El proceso de la lectura y el de la escritura son opuestos, mientras
que en la escritura es codificación (análisis) en la lectura es
decodificación (síntesis). Decodificar significa interpretar un código.
La lectura es la reproducción de una serie de fonemas, los cuales han
sido representados gráficamente, pero ahora están sintetizados en una
palabra completa que significa algo. La lectura se logra aproximadamente
6 meses después de la escritura.
La lectura tiene 3 etapas:
1. Etapa Mecánica o de Prelectura
Durante el periodo anterior, el niño se ha vuelto consciente del
significado de los sonidos del lenguaje que se habla a su alrededor y ha
conocido los símbolos de los sonidos. En esta etapa mostramos al niño
un objeto o una figura que hace claro el significado de la palabra. El
niño tiene que reconocer el sonido de cada una de las letras e irlas
uniendo oralmente hasta pronunciar la palabra correctamente. En
Montessori existen varias presentaciones que ayudan al niño a lograr
este proceso. El aparato bucal está lo suficientemente desarrollado para
permitir al niño una adecuada enunciación de los sonidos que forman a
su vez palabras. El niño adquiere el tiempo y sintaxis adecuada de las
palabras, lo cual proporciona al niño los medios para poder comunicar su
mensaje a los demás. No sólo palabras sino expresar todo un
pensamiento.
2. Etapa Interpretativa o de comprensión de la lectura
En esta etapa el lector “siente” el propósito de las palabras. Es la
habilidad de comprender el estilo y términos específicos escritos por el
autor.
3. Etapa de Lectura Total
Se define como la habilidad de poder integrar totalmente la palabra
escrita; el ser uno intelectualmente con el autor; abstraer aquello que
lee, absorber y comprender los sentimientos del autor, sentir la
construcción, comprender el estilo. Es un punto de arribo para cada
individuo. Por lo tanto, en la enseñanza de la lectura, uno sólo puede
ofrecer al estudiante las herramientas que podrá utilizar para
desarrollar esta habilidad. Así que la lectura es más que el descifrar
palabras. Es una expresión directa de la comunicación verbal. El niño no
aprende de repente a leer ni se le muestra automáticamente a hacerlo;
más bien, la lectura es una serie de pasos de aprendizaje, cada uno de
ellos siendo una extensión de una habilidad previa.
Un adulto que lee será siempre un niño que leyó.
El placer por la lectura se inicia muy temprano o no se da, por lo
tanto, es en esta etapa en la que debemos empezar a trabajar para
despertar el amor por la lectura que más tarde convertirá al niño en un
lector asiduo y entusiasta.
Las actividades de lenguaje responden a una necesidad básica de los
niños a esta edad. Las canciones, poemas, rimas, cuentos e historias
están muy presentes en el día a día de un entorno Montessori. Los niños
llevan un largo tiempo analizando los sonidos de las letras que van
reconociendo fonéticamente. Además del juego del análisis de sonidos,
hay muchas otras actividades, tanto en vida práctica como en sensorial,
que preparan indirectamente el brazo y la mano al gesto del trazado de
las letras, y los dedos a la sujeción del lápiz. Los símbolos del
lenguaje escrito se exploran sensorialmente en el aula: se ven, se tocan
y se oyen. Cuando el niño está listo, tiene todas las herramientas
necesarias para empezar a formar palabras y frases.
La escritura está directamente relacionada con algo que se quiere
comunicar. Ésta es la función primordial de la escritura, y así lo
transmitimos al niño. Primero, los niños tienen la necesidad de
comunicar lo que piensan, algo que quieren contar o un mensaje que le
quieren escribir a alguien.
La lectura- entendida como la curiosidad por saber lo que otros
piensan, lo que otros quieren comunicar… llegará más tarde. Llegará
cuando uno ya haya podido expresar lo propio. Siempre partimos de uno
mismo para luego podernos abrir al otro.