“Acabo de aterrizar en Montessori, estoy abrumada con tanto información, ¿cómo empiezo?”
1/EMPATIZA CON TU HIJO/A
Empieza por hacer un ejercicio de
empatía: Siente lo que vive tu hijo en el día a día (Por ejemplo, camina
en cuclillas a la altura de tu hijo y observa que cosas están fuera de
tu alcance, si aún no anda, gatea por toda la casa y visualiza todo lo
que se ve desde su altura, si ya tiene tres o cuatro años, sube todo lo
que utilizas normalmente para cocinar a los armarios más altos a los que
no llegas…). Se trata de imaginar como se sienten nuestros
niños viviendo en una casa no adaptada a su altura y capacidades e
identificar los puntos críticos que les pueden llevar a la frustración.
2/ ACTÚA SIN PRISA PERO SIN PAUSA
Una vez identificados los problemas
piensa que cosas son difíciles de cambiar (Ejemplo: Cambiar el wc de
adulto por uno de niño) y cuales son fáciles (Ejemplo: Dejar un cajón de
la cocina reservado a los niños). Empieza por cambiar las cosas más factibles y busca alternativas para las primeras
(Ejemplo: una banqueta + un reductor). Puedes hacerlas todas de una
vez o puedes ir poco a poco, puedes tener rachas de cambiar mucho, junto
con otras de cambiar nada. Lo importante no es la velocidad, sino tener
muy claro que el ambiente preparado, que es nuestra casa, debe ir
acorde al desarrollo del niño y debe favorecer también la comodidad de
toda la familia. Y que no es estático, cambia cada día.
3/ REPLANTÉATE LOS TIEMPOS
Si crees que has llegado “tarde” a
Montessori, es decir a los 4-6 años, piénsalo dos veces. Incluso en la
tercera edad se está aplicando cuando existe un deterioro cognitivo. Nunca
es demasiado tarde para ofrecer más empatía, más respeto y más amor a
un niño. Nunca es demasiado tarde para animarles a desarrollar su
autonomía y su autoestima. Si crees que Montessori no es para
tu hijo porque no se concentra en las actividades que le propones,
piensa que a lo mejor el error no es del “método”, o del niño, sino de
tu visión o tus expectativas. Piensa también si estás prestando menos
atención a tu hijo por conocer el método y eso está afectando a vuestra
relación… Y recuerda que a ciertas edades, tan solo quieren que pasemos
tiempo juntos, especialmente si pasamos muchas horas separados.
4/ INFÓRMATE EN BUENAS FUENTES
Busca información veraz. Cuando empecé a
interesarme por Montessori, la primera fuente que encontré fueron los
blogs. Y muchas veces -y esto quizás es tirar piedras contra mi propio
tejado-, la información sobre Montessori que se encuentra en la
blogosfera está distorsionada ( se presuponen mitos que no son ciertos y
se incluyen materiales, como la mesa de luz, que aunque acordes con la
filosofía, no son Montessor, u otros materiales que parecen Montessori y
no lo son) No me malinterpretéis, no tiene nada de malo, porque
cualquier material que apoye el conocimiento es grandioso, pero cuando
estás intentando entender algo no hay cabida para esta confusión. Hay muchos libros sobre el método Montessori asequibles para padres (los podéis consultar pronto en el blog, mis alumnos ya los tienen :P), pero si
hay algo que alguna vez os chirríe, no os convence u os resulta
chocante, lo mejor es acudir a la fuente: Las vasta colección de
escritos de Maria Montessori. Hay un libro, muy afamado, pero
que yo no soporto, que lo empecé como 20 veces y tenía que dejarlo a
menudo para volver a leer a la fuente. Pues en el fondo ha sido uno de
los libros que más me ha ayudado a entender la filosofía Montessori, por
todo lo que me he cuestionado mientras lo leía.
5/ CUESTIÓNATE TU OBJETIVO
Piensa en que quieres conseguir
implantando los principios Montessori en vuestra casa, ¿Queremos un niño
más autónomo? ¿Más feliz? ¿Reforzar lo que está aprendiendo en el cole
de una manera más manipulativa? ¿O estamos haciendo escuela en casa o
homescholing? ¿Queremos que jugue solo o preferimos compartir
nuestro tiempo con ellos?. La respuesta está en vosotros, si realmente
lo único que queremos es aplicar los principios generales y favorecer su
autonomía, no es necesario hacer un desembolso de dinero en materiales
específicos. Si, por el contrario, somos homeschooler, si que puede ser
necesario ir recopilando materiales poco a poco (muchos se pueden hacer
caseros, como los de este post) y en Jaisa Educativos, nuestros
colaboradores, suelen sacar de vez en cuando outlets y ofertas en
productos. Sea como sea, solo con cambiar nuestra mirada hacia la infancia, ya estamos aportando beneficios a nuestra casa.
6/ EQUIVÓCATE SIN MIEDO
Este fin de semana una familia adorable
con un bebito ideal de 5 meses me dijo que querían profundizar en
Montessori porque, entre otras cosas, no querían equivocarse. Fue como
volver al pasado con Marty McFly, nosotros tampoco queríamos
equivocarnos… Pero lo hemos hecho un montón de veces, y las que nos
quedarán, pero eso es lo bonito de ser padres, es una experiencia tan
transformadora, en la que tienes que arriesgarte tanto y tomar tanta
responsabilidad, que hagas lo que hagas, vas a equivocarte : ) En Montessori el error no solo no se penaliza sino que es la base del aprendizaje. Dicen que a veces aciertas y a veces aprendes, y lo cierto es que solo viviendo en primera persona el error es como muchas veces interiorizamos en qué hemos podido fallar y podemos subsanarlo.
Por otro lado, en entornos educativos en los que el error se penaliza,
se produce un detrimento importante en la creatividad, la capacidad de
los seres humanos de encontrar nuevas soluciones a situaciones nuevas o
ya conocidas. Hemos crecido en un sistema educativo en el que no había
espacio para error, ni para creatividad, pero por suerte no es así en la
crianza de nuestros hijos, ¡no hay que pasar ningún examen!. La mejor
forma de normalizar el error en nuestros hijos es equivocarnos nosotros
mismos. Nuestra actitud es la clave, ¡somos su ejemplo constante!
7/ RELATIVIZA SOBRE “LO NECESARIO”
Para mí, equivocarse de verdad es
olvidarte al niño en casa como en aquella película, todos nuestros
ensayos y errores son pequeños experimentos de crianza y educación para
saber que es lo que necesitan nuestros hijos (y si tenemos varios cada
uno necesitara algo distinto). Muchas personas también leen y releen
antes de lanzarse a aplicar Montessori en casa porque tienen miedo de
hacer una inversión muy grande y que no se adapte a las necesidades de
su familia.
Si te preocupa hacer una inversión grande, no la hagas, empieza por materiales DIY o por lo
más importante y olvidado de Montessori: Vida práctica. Solo necesitas
una banqueta y un mini delantal para que desarrolle su potencial. No
necesitas NADA más. NADA. Cocinar y hacer las tareas de la casa juntos
os conectará más, podréis pasar más tiempo juntos y sus habilidades se
desarrollaran a pasos agigantados.
Por otro lado, aunque estés plenamente
convencido de que funciona para tu familia, sigue sin hacer falta una
gran inversión (salvo para material sensorial, pero hay mil formas de
refinar los sentidos) y muchos se pueden hacer caseros. Montessori no es
solo materiales,¡casi diría que no es apenas materiales!
8/ CÉNTRATE EN LO IMPORTANTE
A la misma María Montessori no le
gustaba utilizar la palabra método, porque Montessori es más que eso, es
una filosofía, una nueva forma de entender la infancia. El ambiente
preparado es clave para que el niño se desarrolle plenamente, pero igual
de importante, o más, es el adulto que está junto al niño. Recuerda que
una casa no es una escuela y no es necesario tener todos los materiales
para empezar, ni tampoco restringir el uso de otros, solo porque no
sean Montessori, si al niño le benefician. En casa no es todo o nada. Hay que ser flexibles.
Y quizás sea mejor comprar materiales para usar juntos, como juegos de
mesa (y así compensamos el tiempo que no estamos juntos cuando estamos
en el trabajo y ellos en el cole). El bingo “Montessori” les encanta a las niñas, cocinar es todo un juego sensorial y de vida práctica y hay juegos de mesa que desarrollan los sentidos como el estereognósico que ya os enseñó MachoAlfa.
9/ OLVÍDATE DE LAS COMPARACIONES
Cada niño es un mundo. Es algo que
repetimos constantemente, pero no terminamos de interiorizarlo. Sólo el
niño sabe que tiene que practicar en cada momento de su desarrollo y
nosotros solo podemos si acaso facilitar o sugerir. Os cuento una
anécdota personal: Mis hijas son muy parecidas, pero también muy
distintas, como todos los hermanos.
Abril era la típica bebé que le
encantaba estar sentada preguntando por todas las palabras y muy
interesada en las personas, nunca quiso gatear y poco antes del año
comenzó a andar y ¡adiós al bebé tranquilo! Se convirtió en puro
torbellino (hasta tuvimos que ponerle una alarma antirrobo XD). Emma
enseguida gateó y le encantaba (bueno, encanta, jiji) liarla todo el
rato, pasaba bastante de hablar y solo empezó a andar porque el césped
picaba. Cada una ha llevado un ritmo, y aunque os mentiría si os dijera
que no me he preocupado alguna vez porque eran distintos, lo cierto es
que al final han llegado al mismo sitio y sus habilidades son bastante
similares a los dos años y medio.
10/ DES-CÚLPATE
Mi madre dice siempre que hay que ocuparse y no preocuparse y yo añado que hay que desculparse
en vez de culparse. Parece que cuando decides ser madre -o padre, pero
quizás algo menos-, se carga una versión 2.0 de ti misma con muchas
cosas buenas, pero también con la culpa preinstalada. Formatéate de vez
en cuando. ¿Cada decisión que has tomado respecto a tu hijo la has hecho
con la información que tenías en ese momento? ¿Sí? Pues entonces
libérate de culpas.
Siempre, salvo excepciones de las que
salen en los periodicos, los padres lo hacen lo mejor que pueden con
sus hijos. No importa si has llegado tarde, o si hubiéras hecho las
cosas de otra manera si hubieras tenido otra información. Debemos ser
responsables, por supuesto, pero lo único que importa es el ahora.
Solo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada. Uno se llama ayer y otro mañana. Por lo tanto hoy es el dia ideal para amar, crecer, hacer y principalmente vivir. Dalai Lama
+1 DIVERTÍOS
Disfruta los cambios. Vive el momento,
aprovecha los nuevos descubrimientos y habilidades que está adquiriendo
tu peque, no entres en comparaciones con otros niños o lo que ves en
éste u otros blogs. Cada niño es único y especial, tiene unos intereses y
unas particularidades. Montessori es una filosofía, una forma
de ver la vida, es ver al niño pequeño como un embrión espirítual y
poner todo nuestro empeño en que sea feliz y pueda desarrollar todo su
potencial. Montessori tiene mucho que ver con seguir al niño y
ofrecerle lo que necesita y mucho menos con ponerle delante de la torre
rosa y decirle lo que tiene que hacer a cada momento. Montessori es
respetar al niño y no chantajear su voluntad en formación con premios y
castigos. Montessori es mirar al niño a los ojos y maravillarse.
Montessori es una filosofía, una forma de ver la vida, es ver al niño como un embrión espirítual y poner todo nuestro empeño en que sea feliz y pueda desarrollar todo su potencial. Montessori tiene mucho que ver con seguir al niño y ofrecerle lo que necesita y mucho menos con ponerle delante de la torre rosa y decirle lo que tiene que hacer a cada momento. Montessori es respetar al niño y no chantajear su voluntad en formación con premios y castigos. Montessori es mirar al niño a los ojos y maravillarse.