Texto escrito por la Dra. Montessori con
motivo de la Inauguración de la primera Casa dei Bambini en el barrio
de San Lorenzo, Roma, el 6 de enero de 1907.
“Era
el 6 de enero de 1907 cuando se inauguró la primera escuela para niños
de tres a seis años, no con mi método, pues entonces no existía todavía:
pero se inauguró aquella escuela donde mi método debía nacer un poco
después
Aquel día, no se componía más que de
unos cincuenta chiquillos pobrísimos, de aspecto rústico y tímido,
algunos lloraban, casi todos, hijos de analfabetos y sometidos a mis
cuidados.
El proyecto inicial era reunir a los
hijos de los inquilinos de una casa de vecindad, en un barrio obrero,
para impedir que quedaran abandonados por la calle y en las escaleras,
ensuciando las paredes y sembrando el desorden.
El la misma casa se dispuso una
habitación para este objeto y fui encargada de esta institución, que
“podría tener un excelente porvenir”. Por una sensación indefinible,
sentí confusamente en mi interior que se iniciaba una obra grandiosa de
las que hablaría todo el mundo así se anunció con énfasis en la
inauguración.
Todos los que acudieron a la
inauguración quedaban asombrados y decían: ¿por qué la Montessori
exagera tanto la importancia de un asilo para niños pobres?
Comencé mi obra como un campesino que
hubiera guardado separadamente la buena semilla y le ofrecieran un campo
fecundo donde sembrarla con toda libertad.
Pero no fue así; apenas removí los
terrones de aquella tierra virgen, encontré oro en lugar de grano. La
tierra ocultaba un tesoro precioso. Ya no era el aldeano que habíase
imaginado: era como el talismán que Aladino tenía entre las manos, sin
saberlo, una llave capaz de descubir inmesos tesoros ocultos.
Los únicos gastos posibles eran los
ordinarios en una empresa de escasos recursos, es decir, los muebles y
objetos obsultamente necesarios. Por esa razón, se comenzó por fabricar
muebles y adquirir algunos objetos.
La Casa de los niños, no era una
verdadera escuela: era una especie de máquina de contar, puesta a cero
al inicarse una labor. Sin medios para crear el ambiente de los niños,
con bancos y mesas escolares, con los muebles de uso corriente en las
escuelas, se preparó un mobiliario sencillo como el de una habitación
cualquiera de una casa.
Al mismo tiempo, hice fabricar un
material ciencífico exactamente igual al que yo usaba en una institución
de niños con discapacidad mental, el cual por haber sido utilizado para
ese objeto nadie pensó que pudiera llegar a ser un material escolar. No
hay que imaginar que el “ambiente” de la primera Casa de los niños
fuera amable y gracioso como el que presentan en la actualidad estos
colegios. “
Fuente: María Montessori. Autores: Juan José Morales – Luis Jorge García. ( montessoriparatodos.com)