La investigación científica en torno a la educación
Montessori comienza en 1965. Desde entonces y por 50 años se han
realizado estudios que demuestran una y otra vez la eficacia del sistema
Montessori, y que confirman que María Montessori tenía razón.
El Proyecto de Investigación Montessori Cincinnati (1965), llevado a cabo por el Depto. De Psicología de la Universidad de Cincinnati, compara científicamente niños Montessori con niños no Montessori. Los resultados son sorprendentes: “En 3 años de pruebas, los niños Montessori obtuvieron calificaciones consistentemente más altas, o próximas a las más altas, en todas las (14) variables”.Hasta 1964, ninguna investigación científicamente planeada sobre la educación Montessori había sido llevada a cabo. En ese año, un grupo de padres de Cincinnati comenzó a desarrollar tal programa. Consideraban que era esencial tener pruebas documentadas de los éxitos en el aula, para que el método Montessori se apartara de su visión histórica en los márgenes del panorama educativo y entrara en la corriente principal.
Interesaron al Departamento de Psicología de la Universidad de Cincinnati para que organizara un equipo de investigadores, y recaudaron dinero entre fundaciones locales para cubrir los gastos de la investigación.La investigación planeada debía cubrir un período de tres años, con un estudio consecutivo que se haría en el sexto año, cuando los sujetos originales estuvieran en tercer año, según se esperaba. El estudio comenzó a llevarse a cabo en 1965 y fue conocido como el Proyecto de Investigación Montessori Cincinnati. El doctor Thomas Banta del Depto. De Psicología de la Universidad de Cincinnati fue elegido como director del proyecto.Después de que los exámenes y la selección inicial de aprox. 150 niños para las clases Montessori comparativa y de control fueron terminados, el equipo de investigación comenzó la tarea de elaborar tests para evaluar los resultados de las experiencias educativas. Se consideró que las pruebas en uso para determinar la inteligencia de los niños pequeños, tales como la de Stanford Binet o la del Vocabulario Ilustrado de Peabody, serían inadecuadas como la única medida de estudio. Dichos tests, diseñados para medir respuestas adecuadas, convencionales y rápidas, no indicarían el desarrollo de otras capacidades más importantes para la educación Montessori.Las pruebas elaboradas llegaron a ser conocidas como la Batería de Tests de Autonomía Cincinnati.
El Proyecto de Investigación Montessori Cincinnati (1965), llevado a cabo por el Depto. De Psicología de la Universidad de Cincinnati, compara científicamente niños Montessori con niños no Montessori. Los resultados son sorprendentes: “En 3 años de pruebas, los niños Montessori obtuvieron calificaciones consistentemente más altas, o próximas a las más altas, en todas las (14) variables”.Hasta 1964, ninguna investigación científicamente planeada sobre la educación Montessori había sido llevada a cabo. En ese año, un grupo de padres de Cincinnati comenzó a desarrollar tal programa. Consideraban que era esencial tener pruebas documentadas de los éxitos en el aula, para que el método Montessori se apartara de su visión histórica en los márgenes del panorama educativo y entrara en la corriente principal.
Interesaron al Departamento de Psicología de la Universidad de Cincinnati para que organizara un equipo de investigadores, y recaudaron dinero entre fundaciones locales para cubrir los gastos de la investigación.La investigación planeada debía cubrir un período de tres años, con un estudio consecutivo que se haría en el sexto año, cuando los sujetos originales estuvieran en tercer año, según se esperaba. El estudio comenzó a llevarse a cabo en 1965 y fue conocido como el Proyecto de Investigación Montessori Cincinnati. El doctor Thomas Banta del Depto. De Psicología de la Universidad de Cincinnati fue elegido como director del proyecto.Después de que los exámenes y la selección inicial de aprox. 150 niños para las clases Montessori comparativa y de control fueron terminados, el equipo de investigación comenzó la tarea de elaborar tests para evaluar los resultados de las experiencias educativas. Se consideró que las pruebas en uso para determinar la inteligencia de los niños pequeños, tales como la de Stanford Binet o la del Vocabulario Ilustrado de Peabody, serían inadecuadas como la única medida de estudio. Dichos tests, diseñados para medir respuestas adecuadas, convencionales y rápidas, no indicarían el desarrollo de otras capacidades más importantes para la educación Montessori.Las pruebas elaboradas llegaron a ser conocidas como la Batería de Tests de Autonomía Cincinnati.
La “Autonomía” fue considerada como “los comportamientos
autorregulantes que facilitan la solución eficaz de los problemas”. Esto
significaba que varias fuerzas del niño tenían que ser medidas. Catorce
variables fueron seleccionadas para determinar los siguientes
comportamientos: curiosidad y agresividad, comportamiento exploratorio,
creatividad, comportamiento innovador, control del impulso motor,
atención, persistencia, reflexividad, independencia en el campo, y
procesos analíticos perceptivos. Los tests fueron diseñados
cuidadosamente para que no favorecieran a Montessori, y no se usaron
materiales que fueran más familiares para los niños Montessori, que para
los otros chicos.
En los tres años de pruebas, los niños Montessori obtuvieron calificaciones consistentemente más altas, o próximas a las más altas, en todas las variables.
En los tres años de pruebas, los niños Montessori obtuvieron calificaciones consistentemente más altas, o próximas a las más altas, en todas las variables.
En los años de investigación consecutivos, otras pruebas
adicionales fueron aplicadas, y se siguieron obteniendo este tipo de
resultados que fueron considerados por el equipo de investigación como “un descubrimiento muy prometedor para el método Montessori”.CONCLUSIONES DE LA INVESTIGACIÓNDestacan estas conclusiones:*
Bonnie Green, investigadora asociada del Depto. de Psiquiatría del
Colegio de Medicina de Cincinnati, y miembro del equipo de
investigación, afirma:
“En conclusión, al
finalizar la escuela de párvulos (pre-escolar), se demostró que el
grupo Montessori era el más maduro y listo para la instrucción
correspondiente al primer año (de Primaria)”.* “Los niños Montessori, como grupo, parecían mucho más extrovertidos, comunicativos…tenían más que decir, podían expresarlo mejor, y tenían menos problemas de pronunciación.
La avanzada capacidad de los niños Montessori para comunicarse, por lo
tanto, los hacía aparecer más confiados y seguros socialmente, y más
cómodos en la compañía de los adultos”.* “Los padres Montessori parecían más comunicativos en general que los de otros grupos, y más enterados respecto a los objetivos de la enseñanza”.* “Mientras que otras maestras expresaban su preocupación por el desarrollo individual de las potencialidades, las maestras Montessori parecían ser más experimentadas y refinadas por lo que respecta a la individualización del aprendizaje.
Si la educación convencional acepta el aprendizaje individualizado como
un valor positivo, es aquí donde el método Montessori, como enfoque,
podría entrar en la corriente principal de la educación”.Fuente: Paula Polk Lillard, “Un Enfoque Moderno al Método Montessori”