¿Recordáis las jornadas sobre Juego libre donde se presentó el documental Imagine Elephants, que organizaron Mamielo, Clap y Miscelánea con la colaboración del Ayuntamiento de Castellón y del Patronat de Esports en Castellón y en Villarreal?
Para quien no pudo asistir a ninguna de las dos ediciones, os comparto un resumen de mi aportación como ponente en calidad de Presidenta de la Asociación Montessori de Castellón y Guía Montessori:
Una vez, una madre preocupada me hizo una consulta: «Sé que jugar con mis hijos y sobre todo dejarles que jueguen ellos solos de forma libre y espontánea es super importante para ellos, pero no me imagino cómo va a ser ello posible cuando los tenga que llevar a la escuela.»
Sé que esta duda la tienen muchas familias. Voy a intentar aclarar esta cuestión acerca de la educación Montessori y cómo ésta incorpora el juego en su día a día.
Un niño Montessori se pasará el día jugando, tanto en el aula como en casa. Y eso es así porque en el aula se practica el juego como estrategia de aprendizaje.
Entre dos y cuatro horas al día (dependiendo de la edad y de otros factores), los niños estarán jugando en el aula con materiales específicos con fines concretos y unas pautas de actuación.
Y digo jugando porque son ellos los que eligen lo que les apetece hacer, durante cuanto tiempo hacerlo y además se divierten haciéndolo, por lo tanto la tarea se convierte en juego. La única diferencia es que esas horas de aula, el juego estaría «dirigido».
Para que os hagáis una idea de cómo es un aula Montessori, son espacios amplios y luminosos, donde los niños pueden moverse con libertad. Se intenta de alguna manera recrear una casa pero en miniatura, con muebles del tamaño de los niños y materiales de su tamaño a su alcance que pueden usar si lo desean. (Vasos, platos, jarras de cristal, cuchillos, cuencos, botellas, estanterías, mesas, sillas… todo está adaptado a ellos) Confiamos en ellos proporcionándoles elementos reales, solo que de su tamaño.
Se permite que jueguen con lo que quieran siempre que estén preparados para ello, sin intervenir, ni dirigir, ni interrumpir cuando juegan, así se favorece su autonomía, su concentración y autoestima pues al repetir la misma acción una y otra vez, las habilidades van mejorando y se van dando cuenta de ello. Y solo se les proporciona ayuda si el niño la solicita, o se ofrece si se observa necesidad.
El día a día en una escuela Montessori:
Primero pasan 3h/día en el aula concentrados con unos materiales específicos especialmente pensados y diseñados para ellos, con un propósito definido y unas pautas de actuación, y después pasan a hacer actividades grupales o a jugar libremente si lo desean en el exterior o en otra aula.
Por ejemplo, un niño de 3 años que llega a la escuela, muestra especial interés por los trasvases con agua, pasará 3horas practicando una y otra vez a trasvasar líquido de un recipiente a otro, con pipetas, jeringuillas, directamente… y después, se pondrá a jugar con los demás como cualquier otro niño, solo que ese día habrá perfeccionado una tarea que realmente le apetecía realizar. Y si durante el juego hay que trasvasar algo, ya lo tendrá dominado.
A lo largo del día hay tiempo para todo, y todo es importante.
Es decir que por una parte en el aula se usan materiales Montessori específicos con un propósito concreto, los niños tienen libertad de elegir con cual quieren trabajar y cuanto tiempo quieren estar, así como libertad de uso de los mismos, siempre y cuando se respete el material y los compañeros.
Y por otra parte, el resto del tiempo jugarían con:
Materiales no estructurados:
Son aquellos que no han sido especialmente pensados para educar o jugar, pero que sin embargo ofrecen grandes posibilidades para que el niño investigue por sí mismo, desde su propio interés y curiosidad naturales. Normalmente se trata de objetos cotidianos o naturales.
Agua, barro, piedras, palos, ovillos de lana, conchas, tapones de corcho, anillas de cortina, cajas, rollos de papel de WC, llaves, pinzas de la ropa, rulos del pelo, cochas, pintura…
Juguetes:
Los juguetes más sofisticados y complicados no son siempre los mejores ni los más apropiados. Precisamente suele ser lo contrario, cuanto más sencillo es un juguete, más posibilidades tiene el niño de complementarlo con su imaginación y creatividad.
El problema de los juguetes complejos es que sólo dejan al niño la posibilidad de verlos como espectador, en cambio, en los juguetes sencillos el niño puede completarlos con su imaginación.
Me gusta citar una frase que dice así: “JUGUETES ACTIVOS, MENTES PASIVAS”
Por ejemplo, un coche muy bonito de policía que enciende las luces, emite sonidos y anda sólo, únicamente permite jugar con el coche mirándolo y sólo puede ser un coche de policía.
En
cambio, un simple coche de plástico o de madera, permite al niño
imaginar que es el coche de los papás, un coche de policía, una
ambulancia, un coche de carreras, puede empujarlo con sus propias manos,
emitir sonidos, jugar a que se estropea y hay que llamar a la grúa para
que lo lleve al taller y lo arreglen…
Espero que os haya gustado, que paséis aún más tiempo jugando con vuestros hijos/as y que para las próximas Navidades o cumpleaños de vuestros hijos, sobrinos, nietos… os planteéis qué juguetes vais a regalar.
Recuerda que si te apetece jugar con tus hijos/as el máximo tiempo posible pero se te acaban las ideas de actividades educativas y divertidas al mismo tiempo, puedes apuntarte a uno de mis cursos de MONTESSORI EN EL HOGAR.
Espero que os haya gustado, que paséis aún más tiempo jugando con vuestros hijos/as y que para las próximas Navidades o cumpleaños de vuestros hijos, sobrinos, nietos… os planteéis qué juguetes vais a regalar.
Recuerda que si te apetece jugar con tus hijos/as el máximo tiempo posible pero se te acaban las ideas de actividades educativas y divertidas al mismo tiempo, puedes apuntarte a uno de mis cursos de MONTESSORI EN EL HOGAR.