Venciendo el caos: ordernar la casa según Montessori
María Montessori nunca dijo cómo teníamos que ordenar nuestra casa,
así que el título de este artículo es mentira, jejeje, pero se entiende.
Sin embargo, lo que nos decía esta doctora italiana es que el orden es una tendencia humana, es decir, algo que toda la vida hacemos, tratamos de hacer o buscamos. Y esto es así porque nos sirve para sobrevivir.
¿Te apetece sobrevivir? Mejor que sobremorir, ¿verdad? ¡Vamos con el orden!
El orden de los objetos
Échale un vistazo a tu dulce hogar. ¿Cada cosa tiene un sitio? Si hay
algo que no tenga asignado un lugar, dale una ubicación. Si no puedes
hacerlo, ese objeto sobra en tu vida o en tu casa. Tú decides qué hacer
con él pero, al menos, observa qué te aporta o si te quita energía
vital. ¿El lugar de cada objeto cumple con estos cuatro criterios?:
Belleza
Lógica
Comodidad
Practicidad
Si no es así, búscale otro lugar donde quede bien, asegúrate de que
tenga sentido, que sea cómodo de colocar y de buscar, y que esté en
relación con otros objetos.
Un cuchillo de untar la mantequilla
no lo tienes en la mesita de noche, por muy cómodo y bello que pueda
resultar, simplemente porque no es práctico ni tiene lógica ninguna…
salvo que tengas el hábito de untar mantequilla en la almohada antes de
dormir.
Para los niños, además de estos criterios, hay que atender a lo siguiente: lo ideal es no poner al alcance de su vista lo que no deban coger. Y lo que sí puedan usar, ponerlo al alcance de su mano.
Por otra parte, no saturemos de objetos la casa y, menos aún, los
juegos y libros de los niños. No a la saturación: exceso de objetos a la
vista = estrés y sobrecarga mental.
El orden físico produce orden mental.
La claridad de cómo y donde están los objetos produce claridad mental,
mayor eficacia, mayor capacidad de concentración, y menor
conflictividad. Todo son ventajas.
El orden de las acciones: rutinas
Por otro lado, tenemos el orden de las acciones. ¿Qué es lo primero
que haces cuando te levantas? ¿Qué hacen los demás? ¿Cada día es
diferente, o más o menos hacéis lo mismo? La rutina no es sinónimo de
aburrimiento; la rutina es el orden de las acciones. Dentro de una
rutina diaria puede haber diversión máxima y emociones extremas si las
deseas. El hecho de adquirir un hábito te da previsión de lo que viene
después y, por lo tanto, seguridad. Esto para los niños es más
importante aún que para los mayores.
Si sientes que tu
vida es caótica en estos momentos, verás que los niños están inquietos.
Por otra parte, si ves que los niños están inquietos, te informo de que
tu vida es caótica en estos momentos.
Te animo a que
encuentres un orden en todos los aspectos de tu día a día y de tu casa,
que lo hagas en consenso con los demás para que todas las necesidades se
vean satisfechas, y que no te rayes si no lo consigues al 100%. La
obsesión por el orden también genera mucha tensión interna. No pasa nada
si no está todo milimétricamente ordenado. Un lugar en uso transmite un
orden orgánico.
Estamos en una cuarentena. Hace más de 100 años
que no se da una situación como esta. Ninguna persona viva recuerda
haber pasado por esto nunca. Somos principiantes en cuarentenas. Es
momento de catarsis a todos los niveles, de cambios estructurales.
Todas
las grandes estructuras establecidas a fuerza de decenas de años, se
han descuajeringado repentinamente en pocas semanas. Aunque sólo sea por
esto, permítete vivir la experiencia del confinamiento sin culpas, sin
presión, observando lo que pasa fuera, lo que pasa en tu casa, lo que
pasa dentro de ti. Tenemos permiso para no ser perfectos.
Un reto para ti
¿Sabes lo que es tener una habitación en excelencia? Sería algo parecido a un ambiente preparado Montessori.
Dicho ambiente está ideado para el entorno escolar. Una habitación en
excelencia es un lugar en el que todo tiene un propósito, todo está
cuidado, ordenado desde un sentido práctico y bonito; un lugar en el que
vas a querer estar metido todo el día porque lo has preparado con todo
el amor y al detalle:
“Tal vez una planta aquí, quizás un punto de luz en aquel rincón…
Esta mesa la saco de aquí, los libros en el otro estante… Este cuadro me
da mal rollo, fuera… Y aquí una bola del mundo…”.
Es una habitación en la que no hay un solo objeto innecesario ni
colocado allí de manera provisional. Te invito a que elijas una parte de
tu casa, la que quieras, y la pongas en excelencia. Fíjate bien en cómo
se convierte en un lugar atractivo para todos.
Después, poco a poco, extiende la excelencia al resto de tu casa.
Automáticamente, se van a producir hábitos precisos, saludables y
consistentes en esos espacios. El orden físico produce orden mental.
¡Pruébalo!
¡Un saludo afectuoso!
Rafa