Y ¿cómo amar nuestros hijos e hijas si no somos capaces de dedicarnos tiempo ni siquiera a nosotros mismos y a nosotras mismas? Las pantallas queramos o no hacen que dediquemos menos tiempo a ser quienes hemos decidido ser padres y madres.
Retomar lo que hacíamos antes de las pantallas, retomar algo que parece tan sencillo y que inevitablemente se está perdiendo: colaborar en casa, compartir tareas del hogar, jugar juntos en familia incluso aburrirse, también salir a la calle a correr, saltar, socializar, ensuciarse un poco o un mucho. Ir a la naturaleza a explorar, a tocar, a sentir, a gritar…vamos todas esas cosas que la tecnología no hace y que sencillamente es compartir tiempo en familia.
No se trata de entretener a tu hijo a tu hija. No se trata de hacerte sentir culpable, porque no lo eres, no lo somos. Lo que si somos es responsables porque nuestros hijos e hijas no molestan simplemente nos necesitan y necesitan nutrir su infancia con cosas reales que se puedan ver, tocar y sentir…sencillamente que se puedan vivir a través de su cuerpo y todos sus sentidos. Así que te propongo algo.