Agradecer es reconocer una acción, un hecho, un momento, un gesto que ha sido capaz de llegarnos y llenarnos.
Agradecer nos da la posibilidad de conectar con otras personas, de ver más allá, de sentirnos escuchadas y escuchados, de sentirnos apreciadas y apreciados.
Solamente tenemos que hacer la prueba. Agradece, cuando lo sientas, a la persona que sientas y te darás cuenta que esa gratitud vuelve a ti en forma de conexión, que la otra persona habrá valorado tus «gracias» y posiblemente sea más condescendiente contigo. Del mismo modo esta persona a que le agradeces, que le has hecho sentir satisfecha, agradecerá a su vez a otra persona.
Agradecer nos da la posibilidad de conectar con otras personas, de ver más allá, de sentirnos escuchadas y escuchados, de sentirnos apreciadas y apreciados.
Solamente tenemos que hacer la prueba. Agradece, cuando lo sientas, a la persona que sientas y te darás cuenta que esa gratitud vuelve a ti en forma de conexión, que la otra persona habrá valorado tus «gracias» y posiblemente sea más condescendiente contigo. Del mismo modo esta persona a que le agradeces, que le has hecho sentir satisfecha, agradecerá a su vez a otra persona.
Una amiga
una vez me dijo que antes de acabar mi día escribiera 5 cosas por las
que me siento agradecida de ese día, algo muy sencillo, que me hace
valorar y revisar todo lo que he hecho en el día y como puedo hacerlo la
próxima vez.
También es cierto que el poder de la gratitud no solo reside hacia personas adultas sino también hacia la infancia, que a veces, tenemos olvidada en este aspecto. Agradecer a nuestras hijas e hijos cosas que hacen o dicen porque lo sentimos debe ser parte también de nuestro día a día deben saber que conectamos con ellas y con ellos, que les tomamos en cuenta, que confiamos y que estamos aquí.
Hay muchas maneras de agradecer, sin ir más lejos, en los ambientes Montessori se utiliza la la cortesía como parte importante del aprendizaje. Este aprendizaje está dentro de área de vida práctica pues es muy importante el cuidado del ambiente, de los demás y de una/uno misma/o.
El cómo nos relacionamos con las demás personas , el reconocer a las demás personas, al mundo, el reconocernos nosotras/os y el dar ejemplo como personas adultas a la infancia sin duda también lo es. No podemos pretender que nuestras pequeñas y pequeños agradezcan a base de «¿y qué se dice ahora?», «le puedes agradecer ahora», «podrías decirle gracias» sencillamente a veces tan solo hay que dejar que nos vean como interactuamos con las demás personas, con otras niñas y niños o con ellas/os «buenos días», «gracias», «disculpa», «por favor». Al principio podrá parecer que no lo toman en cuenta, porque las personas adultas somos así queremos todo rápido y ya, pero realmente el no forzar las situaciones puede traernos regalos tan lindos como un «gracias» sentido. Ese gracias que no se presiona, que surge de la espontaneidad. Si buscamos espontaneidad en el niño, en la niña, entonces debemos no forzar las situaciones.
También es cierto que el poder de la gratitud no solo reside hacia personas adultas sino también hacia la infancia, que a veces, tenemos olvidada en este aspecto. Agradecer a nuestras hijas e hijos cosas que hacen o dicen porque lo sentimos debe ser parte también de nuestro día a día deben saber que conectamos con ellas y con ellos, que les tomamos en cuenta, que confiamos y que estamos aquí.
Hay muchas maneras de agradecer, sin ir más lejos, en los ambientes Montessori se utiliza la la cortesía como parte importante del aprendizaje. Este aprendizaje está dentro de área de vida práctica pues es muy importante el cuidado del ambiente, de los demás y de una/uno misma/o.
El cómo nos relacionamos con las demás personas , el reconocer a las demás personas, al mundo, el reconocernos nosotras/os y el dar ejemplo como personas adultas a la infancia sin duda también lo es. No podemos pretender que nuestras pequeñas y pequeños agradezcan a base de «¿y qué se dice ahora?», «le puedes agradecer ahora», «podrías decirle gracias» sencillamente a veces tan solo hay que dejar que nos vean como interactuamos con las demás personas, con otras niñas y niños o con ellas/os «buenos días», «gracias», «disculpa», «por favor». Al principio podrá parecer que no lo toman en cuenta, porque las personas adultas somos así queremos todo rápido y ya, pero realmente el no forzar las situaciones puede traernos regalos tan lindos como un «gracias» sentido. Ese gracias que no se presiona, que surge de la espontaneidad. Si buscamos espontaneidad en el niño, en la niña, entonces debemos no forzar las situaciones.
Hoy te traigo una actividad sencilla por si te animas a hacerla de manera individual o en familia. Se trata de recortar estas tarjetas que pone «gracias»
y colocar detrás algo por lo que estés agradecida o agradecido, si es
algo personal puedes guardarlo si es algo que quieres compartir dáselo a
la persona que quieras que lo tenga.
Tal vez en casa podáis hacer una caja de agradecimientos, una botella, un tarro. Donde podáis poner tras un encuentro, una reunión, aquellas cosas que agradecéis de las demás personas de la familia. Porque la familia, a veces, de tan vista que la tenemos, de tanta confianza que nos aporta se nos olvida que también es importante agradecerles.
Tal vez en casa podáis hacer una caja de agradecimientos, una botella, un tarro. Donde podáis poner tras un encuentro, una reunión, aquellas cosas que agradecéis de las demás personas de la familia. Porque la familia, a veces, de tan vista que la tenemos, de tanta confianza que nos aporta se nos olvida que también es importante agradecerles.