Nuestra manera de expresarnos influye
mucho en cómo nos relacionamos con los demás, ya sean niños,
adolescentes o adultos, en concreto en las siguientes situaciones:
- Cuando queremos pedirle a alguien que haga algo.
- Cuando queremos recordarle a alguien una norma o límite.
- Cuando queremos indicar a alguien que lo que está haciendo no nos gusta o no nos parece bien.
Estas situaciones se producen muchas veces al día, especialmente cuando tratamos con niños. Y nuestra manera de expresarnos influye mucho en la respuesta que vamos a recibir por parte de la otra persona.
Esto tiene mucho que ver con la comunicación asertiva. La asertividad
es la actitud que tiene una persona al expresar su punto de vista de un
modo claro y de una forma totalmente respetuosa ante el
interlocutor. Por ejemplo: Mi peque de 4 años quiere ir al parque pero
tiene sus juguetes tirados por todo el suelo del salón. Puedo hablarle
de varias formas:
"Como no recojas tus juguetes te quedas sin ir al parque"
"Hasta que no recojas los juguetes no nos vamos al parque"
"Iremos al parque en cuanto termines de recoger tus juguetes"
¿Cuál de estas frases te suena mejor? Si
te las dijeran a ti, cual de ellas te animaría más a recoger tus
juguetes de buena gana? El simple hecho de elegir una u otra de estas
frases puede marcar la diferencia entre una comunicación efectiva y una lucha de poder (y como seguramente ya has comprobado en tu vida, las luchas de poder no conducen a nada bueno... al final nadie gana).
No tiene mucho misterio, somos más proclives a hacer algo que nos piden si lo percibimos de manera positiva, sin agresividad ni amenazas.
Pues esta es toda la "teoría" del reto de este mes, aquí lo complicado es ponerlo en práctica en el día a día, porque supone "desaprender"
frases y maneras de expresarnos que tenemos muy arraigadas desde
nuestra propia infancia, y sustituirlas por expresiones más positivas. La clave es la práctica,
al principio cuesta un poco buscar la manera de decir una determinada
frase de manera positiva, pero cuando te acostumbras llega un momento en
que ya te sale solo.
Para ponértelo más fácil he preparado una especie de chuleta con 10 expresiones habituales y su versión más positiva. No
tienes que utilizar estas frases, se trata de ejemplos para que te
hagas una idea y puedas crear tus propias expresiones positivas a tu
medida 😉
Haz click aquí o en la imagen para descargar la chuleta en PDF:
Algo que suele funcionar muy bien es
pensar en qué situaciones utilizamos este tipo de frases y practicar la
nueva frase que queremos empezar a utilizar. Si ya lo hemos
"ensayado" en frío nos resultará más fácil tener lista esa nueva
expresión cuando necesitemos utilizarla en caliente.
El reto que os propongo para este mes
es darle una vuelta a esas expresiones que utilizáis habitualmente con
vuestros hijos y que sentís que ni funcionan ni os hacen sentir bien,
utilizando las expresiones de la chuleta como ejemplo seguro que se os
ocurre la forma de expresar lo mismo de una manera más positiva,
efectiva y respetuosa. Os animo a probarlo no solo con vuestros hijos
sino también con adultos, ¡esto no tiene edad! 🙂