La primaria Montessori es conocida dentro de la filosofía
montessoriana como Taller. Aquí acuden los niños de 6 a 12 años que han
alcanzado la madurez para conocer lo que hay más allá de casa y de la
familia: están preparados para la educación cósmica. Es decir, conocerán
diversos aspectos como la creación del mundo, su lugar en el mundo y
áreas interesantes que el mundo les puede ofrecer.
Pero, a diferencia de la escuela tradicional, el Taller Montessori
trabaja con la imaginación. Esto no quiere decir que los conocimientos
se fundamentan en irrealidades. Todo lo contrario.
La imaginación es la capacidad de la mente para visualizar imágenes
de situaciones no presentes. Y en Montessori hay dos tipos de
imaginación:
Imaginación reproductiva.
Este tipo es cuando podemos traer a la mente imágenes de situaciones
pasadas. Por ejemplo, cuando recordamos cómo se siente caminar en el
pasto, o cuando recordamos el sabor del jugo de naranja, estamos usando
la imaginación reproductiva.
Imaginación creativa.
Es el tipo de imaginación que nos permite crear imágenes nuevas a
partir de las experiencias pasadas. Por ejemplo, conocer rocas de varios
tamaños y texturas nos permitirá imaginar los asteroides del cinturón
de Saturno. La imaginación creativa la van adquiriendo los niños de 6
años en adelante, y esta habilidad nos da la apertura de poder enseñar
otro tipo de aprendizajes “abstractos”.
Ahora bien, María Montessori quería aprovechar esta inteligencia
imaginativa para que los niños la alimentaran con conocimientos, y no la
mataran con rigidez. Por ello trató de implementar materiales que
fomentaran la imaginación, como historias, experimentos, líneas del
tiempo, cartelones y más.
Así, a partir de estas experiencias los niños pueden construir otros
pensamientos con mayor facilidad. Además, pueden guardar en su memoriza
estas experiencias de forma agradable, lo que ayuda a que aprendan “para
la vida” y no para el momento en que se necesitan evaluar.
La educación Montessori es una forma de enseñanza que se basa en los
niños con una visión integral. Se preocupa por usar las capacidades y
deseos de los pequeños para impulsarlos con las mejores herramientas.
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