1.7.20

Diferencias entre los métodos pedagógicos alternativos: Montessori, Waldorf, Reggio Emilia y Pikler

Existen métodos de enseñanza alternativa Montessori, Waldorf ... 
Existen métodos de enseñanza alternativa Montessori, Waldorf, Reggio Emilia Y Pikler que, a diferencia del sistema educativo convencional, proporcionan a los niños herramientas para ser más autodidactas.
Se conocen como métodos de enseñanza alternativa a aquellos que difieren del sistema educativo convencional, aunque no son una novedad, ya que llevan décadas funcionando. Existen colegios que basan su sistema pedagógico en alguno de estos métodos que, además, también se pueden utilizar como actividades extraescolares, como es el caso del método Kumon.
En una época en la que el fracaso escolar alcanza cotas de hasta el 30%, y resulta especialmente significativo en algunas comunidades, los expertos advierten que la prevención a tiempo, es decir, en primaria, es la mejor forma de evitar que los alumnos fallen al llegar a la educación secundaria (que es donde se produce, de hecho, la mayoría del fracaso escolar, que puede conducir incluso al abandono precoz de los estudios).
Compartimos con fines educativos – pastorales la siguiente publicación en donde tratamos de diferenciar cada uno de los métodos ya mencionados, creemos que será de gran ayuda para los docentes y sobre todo para los padres de familia.

1. MÉTODO MONTESSORI
El método Montessori se basa en la creencia de que cada niño puede aprender de forma espontánea todas la habilidades que requiere para su vida adulta. En los colegios Montessori los niños aprenden a escribir, a leer y a contar de una forma diferente a los colegios tradicionales, dejando que cada niño descubra esos conocimientos según se van desarrollando sus habilidades cognitivas y sin presión.
Como cada niño es diferente y tiene un ritmo diferente, el papel de los profesores del método Montessori también varía respecto a la educación convencional. El profesor observa y analiza a cada niño mientras el niño va descubriendo los conocimientos por sí mismo y le dirige hacia aquellas actividades que pueden potenciar su desarrollo de forma más natural.
No hay castigos, no hay competitividad entre los alumnos, sino respeto hacia el desarrollo individual. Por eso se trata de una educación más personalizada a pesar de que las aulas son compartidos por niños de todas las edades. Y mientras que el aprendizaje de los más pequeños se basa en el trabajo individual, ya en primaria se potencia más el aprendizaje en grupo.
Las ventajas del método Montessori en la educación de los niños
Este método alternativo de educación para niños encuentra numerosas ventajas. La más evidente es la actitud que toma el niño a la hora de ir al colegio. Mientras que en los colegios tradicionales los niños se toman el aprendizaje como una obligación y en ocasiones temerosos de no dar la talla, en los colegios Montessori los niños disfrutan aprendiendo a su propio ritmo.
Esta particularidad del método Montessori protege la autoestima de los niñosenseñándoles desde la infancia que todos tenemos unas habilidades y que son esas las que tenemos que potenciar. Además, los niños Montessori aprenden en un entorno de libertad y de respeto que les ayudará en un futuro a incorporarse a la sociedad con todos los valores y garantías.

Pero uno de los valores más interesantes del método Montessori es la autonomía que proporciona a los niños. Desde el primer momento, el niño descubre el valor del esfuerzo personal y se acostumbra a su propia autodisciplina a la hora del aprendizaje. Sus logros y su trabajo se ve reconocido y recompensado y es cuando comprende que depende de sí mismo para seguir aprendiendo y avanzando. Sin duda, uno de los valores más importantes que le resultará de mucha ayuda en su vida adulta.

2. MÉTODO WALDORF
La pedagogía Waldorf data de inicios de 1900, pero sus principios todavía se aplican.Este método educativo fue ideado por Rudolf Steiner, un filósofo austriaco, poco después de la Primera Guerra Mundial. A este educador le dieron la tarea de dirigir una escuela para los hijos de los empleados de la fábrica de cigarrillos Waldorf, de ahí el nombre del método.
Sin embargo, poco tiempo después las escuelas Waldorf fueron prohibidas, aunque muchas siguieron funcionando al margen de la ley, hasta que se volvieron a retomar cuando terminó la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces cuando el modelo educativo se extendió a otros países. De hecho, en la actualidad existen miles de escuelas que siguen este método de enseñanza. España no se ha mantenido ajena a este modelo, el cual se comenzó a aplicar a finales de 1970.
Las 3 etapas del desarrollo que propone el método Waldorf
La pedagogía Waldorf se enfoca en potenciar las habilidades manuales y artísticas desde una edad muy temprana. Su principal objetivo consiste en estimular las potencialidades de los pequeños con la guía de los adultos, pero en un ambiente no directivo. Este modelo divide la infancia por etapas, para las cuales propone diferentes actividades educativas.

a. Primera infancia
Hasta que el niño tiene 7 años la educación se enfoca únicamente en el juego y el descubrimiento. En esta etapa tanto los padres como los maestros tienen la misión de crear un ambiente que estimule el aprendizaje, el juego libre y la imitación. Durante estos años el niño solo debe descubrir su entorno y aprender a dominar sus habilidades motoras.
b. Edad escolar
Esta etapa, que se extiende desde los 7 hasta los 14 años, se centra en potenciar la imaginación de los niños. De hecho, este método le brinda un papel protagónico a la imaginación ya que asume que esta capacidad es central para que los niños puedan desarrollar su inteligencia y apropiarse de los conocimientos. Para potenciarla se recurre fundamentalmente a las actividades artísticas.

c. Adolescencia y juventud

Esta etapa empieza a los 14 años y dura hasta los 21 años. Durante este período los adolescentes y jóvenes reciben materias que le permiten ampliar el conocimiento de su realidad y entorno.
Le recomendamos leer el artículo completo de Jennifer Delgado en:  ¿EN QUÉ CONSISTE LA PEDAGOGÍA WALDORF?
3. MÉTODO REGGIO EMILIA
La Metodología Reggio Emilia, que lleva el nombre del pueblo italiano donde se originó en la década de los 70, es un innovador sistema de enseñanza. Fue desarrollado por el pedagogo Loris Malaguzzi, quién introdujo el arte en las escuelas infantiles defendiendo que los alumnos aprenden por medio de la observación para, finalmente, poder desarrollar sus propios proyectos creativos.
En los principios Reggianos prevalece “la pedagogía de hablar por la pedagogía de escuchar”. Así, se trata de una filosofía educativa elaborada por las personas que forman parte de la educación cotidiana de los niños/as: los padres, educadores, maestros, artistas y, los mismos niños/as.
El medio natural se incorpora, en la medida de lo posible, en todas las actividades educativas y los idiomas constituyen la herramienta para el desarrollo y comprensión del mundo que les rodea.
Hacer es la forma de aprender
La Metodología Reggio Emilia se basa, según afirmaba Loris Malaguzzi, en que las ideas surgen a partir de experiencias reales que originan consecuencias reales.
El Método Reggiano es mucho más que llevar el arte a las aulas. Es un método de enseñanza vivencial que tiene que ver con el compromiso de todos los miembros de la comunidad educativa en la enseñanza de los niños, para conseguir que estrechen lazos de comunicación con el mundo.
El papel del docente es escuchar al alumno, dejarlo que lleve la iniciativa y guiarlo de una manera productiva. Es una metodología que orienta y potencia la capacidad intelectual de cada niño/a. El alumno/a se compromete en proyectos a largo plazo que se desarrollan en un ambiente relajado, saludable y lleno de amor.
El bienestar del niño/a es considerado muy importante para que pueda aprender. Así, deben tenerse en cuenta los derechos de los niños/as no solo sus necesidades.
Objetivos e ideales
El principal objetivo de la Metodología Reggio Emilia es crear una escuela activa, inventiva, donde predomine la investigación y la reflexión y, un lugar que posibilite el bienestar de niños/as, educadores y familias para así intensificar las relaciones entre todos ellos.

Los ideales más importantes que se persiguen son:
  • Rechazar una educación y cultura que valora los aspectos cognitivos y menosprecia lo que no sea lógico, los sentimientos, y la afectividad en general.
  • Partir del principio de que los niños/as aprenden por sí mismos, como resultado de las actividades realizadas y el uso de los recursos disponibles.
  • Fomentar la bidireccionalidad, en cuanto a que las habilidades de adultos y niños/as se intercambien, para permitir que vayan apareciendo las capacidades de aprendizaje que el niño/a ya posee. Con este principio se pretende desarrollar un pensamiento personal propio y autonomía de acción.
4. MÉTODO PIKLER 
Emmi Pikler (1902-1984) estudió pediatría en Viena y desarrolló su carrera profesional en Budapest. El año 1946 recibe el encargo de dirigir una institución para huérfanos y niños/as abandonados menores de 3 años. La II Guerra Mundial había dejado una gran cantidad de niños/as huérfanos/as que vivían acogidos en orfanatos en condiciones lamentables. Pikler se propuso modificar la situación demostrando que estos niños podían educarse y crecer en condiciones adecuadas, aun residiendo en una institución. En 1970, el instituto Lóczy fundado por Pikler se convirtió en un centro de educación e investigación para la mejora del desarrollo de los más pequeños. Emmi Pikler dirigió el Instituto que trae ahora su nombre hasta 1979. Hoy, más de cien años después del nacimiento de su fundadora, el Instituto Pikler continúa acogiendo niños con el mismo rigor y la misma preocupación en su bienestar, con la misma voluntad incansable de ofrecer a cada cual aquello que necesita. Si tienes curiosidad para saber más acerca de Emmi Pikler, te dejo un enlace aquí.
Los principios fundamentales del pensamiento de la doctora Pikler son:

a. El valor de la actividad autónoma

El pensamiento de Pikler tiene como base la confianza y el respeto al/la niño/a, considerándolo una persona desde el nacimiento, una persona que es parte activa de su propia evolución, una evolución que se basa en la actividad y en la autonomía. Emmi Pikler confía en el niño, en la capacidad innata y social del aprendizaje de los bebés, cree en su capacidad de desarrollo autónomo. Busca favorecerlo respetando su iniciativa en el proceso de evolución de sus movimientos libres, en la manifestación de su desarrollo psíquico, en su juego, en su pensamiento y en su comunicación con los/las otros/as.
Cuando el/la niño/a actúa por su propia iniciativa e interés, aprende y adquiere capacidades y conocimientos mucho más sólidos que si se intenta inculcar desde el exterior estos mismos aprendizajes.

b. El valor de una relación afectiva privilegiada y la importancia de la misma

Para un desarrollo autónomo hace falta primero un apego seguro. Es muy importante sentirse querido y tranquilo para confiar en uno mismo así como en los demás.
Romina de Teta-à-porter
El adulto no interviene de forma directa en la actividad del niño, ni para distraerlo, ni para ayudarlo en sus acciones, ni imponiéndole una estimulación directa o una enseñanza que, en lugar de ayudar a la actividad y a la necesidad de autonomía del niño, lo convierten en un ser pasivo y dependiente. El adulto sólo estimula las actividades de una forma indirecta, creando las condiciones de equilibrio del desarrollo emocional, afectivo, psicomotor e intelectual:
  • Seguridad facilitada por un vínculo profundo y estable, por un interés auténtico y una actitud de respeto por parte del adulto hacia el niño.
  • Valor afectivo del sentimiento de competencia que el niño percibe no sólo en sus relaciones con el adulto sino también en aquellas que inicia con motivo de su actividad autónoma.
  • Riqueza y adaptación del entorno del/de la niño/a, diversidad del material que se pone a su disposición, que responde a sus gustos y a las diversas posibilidades de experimentación en función de su estadio de evolución.
  • Riqueza del lenguaje durante los intercambios: gestos, palabras y otros medios de expresión propuestos por el adulto que permite al niño situarse convenientemente en los acontecimientos que lo afectan.
  • Respeto hacia el ritmo de las adquisiciones motrices de cada niño, que siempre se encuentra en una situación que domina por sí mismo, y no se ve forzado a adoptar una postura que sobrepase sus posibilidades.
c. La necesidad de ayudar al/la niño/a a tomar conciencia de sí mismo y de su entorno
Los niños sanos se interesan por el mundo que los rodea y consecuentemente actúan. Para que puedan desarrollar su iniciativa, Pikler considera imprescindible proporcionarles en primer lugar un marco de vida estable, tanto física como psíquicamente, un adulto de referencia para cada niño, unas curas cariñosas y unas atenciones personalizadas al máximo, que les dan la seguridad necesaria para su actuación libre e independiente. En este contexto es imprescindible facilitarles un entorno y un material adecuado a las necesidades funcionales y a sus intereses.
Sabemos de qué manera el niño acoge, en cada edad, a los adultos conocidos o desconocidos cuando ve que se le acercan, pero casi no sabemos qué le pasa al niño, contento y satisfecho, cuando nadie lo ve, cuando juega en el lugar donde lo hace habitualmente, un lugar espacioso, adaptado a su libertad de movimientos y provisto de variedad de materiales, previamente estudiados, tanto motrices como manipulativos. Para el/la niño/a, este tiempo es tan importante y valioso como los que puede pasar en nuestra compañía. Si podemos observar al/la niño/a en estos momentos sin que él nos vea, nos damos cuenta de su actitud de exploración, tranquilidad y alegría.