Los niños son conscientes de su estado una vez que prueban la diferencia entre la limpieza y la suciedad
Después de que María Montessori estudió medicina, se adentró en la psiquiatría. Iba a hacer sus prácticas a un centro donde vivían adultos y niños, todos aglomerados. Cuenta la anécdota que ella veía a los niños porque le recordaban al suyo, con el que no podía estar por razones mayores.Así que se quedaba observándolos por largos ratos, hasta que fue descubriendo algunos detalles que darían origen a su método de educación. Pero al estar revueltos niños con adultos pidió que los separaran para trabajar mejor.
Y lo primero que vio fue que los niños comían en desorden, muy mal. Pero al llegar las personas encargadas de la limpieza, los niños juntaban las migajas. Al principio pensó que era por hambre, pero después se dio cuenta de que lo hacía por curiosidad. Sin embargo, esto podría ser imitación de los adultos.
También notó que los niños estaban siempre sucios, en malas condiciones en cuanto a higiene. Así que un buen día, María Montessori les llevó bandejas, esponjas, jabones y toallas. Les mostró el proceso para asearse y los niños la seguían. Así ellos aprendieron a asearse, y diariamente lo hacían unos a otros: entre ellos se frotaban con el jabón y realmente se concentraban.
De esta forma María supo que los niños son conscientes de su estado una vez que prueban la diferencia entre la limpieza y la suciedad. Además, vio que era posible que le dedicaran tiempo y esmero a una actividad por sí mismos, cuando esto no era creíble en su época. Los adultos creían que los niños no entendían nada y los trataban como a un ser inútil.
Así fue como María instituyó los ejercicios de la Vida Práctica en su filosofía, que consisten en actividades cotidianas que enseñan a los niños hábitos y manejo de su cuerpo.