9.7.20

Por qué una Guía Montessori es tan especial

Ser una guía Montessori es un acto de fe. Es creer que se puede cambiar el mundo a través de la educación de cada niño.
Para ser una Guía Montessori no se necesita tener estudios y certificados. Se necesita algo más: tener una verdadera vocación por la enseñanza y un profundo amor por los niños. Porque la tarea de estas personas consiste en observar a los niños para detectar sus emociones y necesidades para saber qué es lo que necesitan otorgarles.
Ser una Guía Montessori es un acto de fe. Es creer que se puede cambiar el mundo a través de la educación de cada niño. Es tener fe en que cada una de esas personitas tiene la capacidad de desarrollarse por sí mismo. Es creer en cada individuo y tener fe en que el trabajo como guía será una gran herramienta para su madurez.
Ser Guía Montessori también es un gran acto de amor. Es tratar a cada niño con un gran respeto y de la mejor manera, pues todo lo que recibe el niño de su entorno lo reproducirá más tarde. Es tener un gran corazón para comprender las necesidades de cada niño que se guía y tenerle un gran cariño para que crezca sintiendo ese amor.
Una Guía Montessori es soñadora, pues tiene la firme convicción de que, a pesar de que en el mundo hay una fuerte orientación hacia la competencia, los niños sabrán compartir. Es soñadora porque cree posible que un niño educado en amor pueda hacer la diferencia en su entorno y en el mundo más adelante. Porque cree que con su trabajo puede potenciar la libertad y la autonomía de la niñez.
Una Guía Montessori es una persona que comprende que cada individuo está formado por un cuerpo sensible, una gran inteligencia y un espíritu; su tarea es alimentar cada una de ellas en equilibrio para formar personas que ejerzan los valores y que algún día puedan enseñar ese mismo modo de vida a las nuevas generaciones, a las que quizás ya no veamos.

 

El Guía Montessori es una persona que acompaña y orienta a los pequeños durante su proceso de aprendizaje. Y lo hace siguiendo la metodología de Maria Montessori, pediatra italiana que creía que el principal trabajo de los niños era, simplemente, jugar y experimentar. Un trabajo que, además, según su filosofía, les permite aprender y crecer. ¿Quién dijo que no se pueden potenciar las habilidades y las capacidades de los pequeños a través del juego? Si quieres formarte en esta filosofía educativa, no te pierdas nuestro Curso Montessori Online

El Guía Montessori

Un Guía Montessori es una persona que adopta el papel de orientador para que los niños desarrollen todo su potencial. Y, entre sus tareas, es el encargado de preparar el ambiente en el que el niño juega.
Debe asegurarse de crear un espacio nutritivo, con estímulos y que fomente su creatividad, pero también que aporte seguridad, orden y aceptación de normas. Porque el orden del ambiente y las normas básicas de convivencia ayudan al pequeño a crecer adaptándose al mundo que le rodea.

Función principal

Montessori enfatizaba la función de la preparación del ambiente en el que los niños van a jugar. Pero además de esta tarea el guía tiene otras funciones.
Nos referimos a la observación y a la orientación sobre cómo deben usar los diferentes juguetes. Es decir, cuál es el uso adecuado de los materiales. En este sentido, el guía les da pequeñas indicaciones para que entiendan cómo se utiliza el material. Con él, los niños van aprendiendo a construir, a perfeccionar sus actividades e incluso enseñan a otros niños cómo hacerlo.

¿Cómo debe hacerlo?

Según la filosofía de la italiana, los niños siempre deben ser parte activa del proceso de aprendizaje. No son meros observadores que reciben información, por el contrario: son los protagonistas. Por ello, el papel del Guía Montessori se limita a observar cómo se comporta el niño, sin juzgarle.
Así, una vez conocido ese comportamiento, el Guía puede dar ejemplos o sugerencias a los niños, pero no debe obligarles a cambiar de juego o de manera de usar los diferentes materiales.
Por otro lado, a partir de esta observación, el guía determina el punto de desarrollo en el que se encuentra el niño. Y, sin forzarle a avanzar de un modo u otro, puede diseñar otros materiales pedagógics. Al conocer en qué punto del desarrollo está el niño puede intervenir con estrategias adecuadas. Por ese motivo, un guía es una persona formada en desarrollo infantil.
Así mismo, debe formarse en aprendizaje humano. Y, por supuesto, la formación continua es muy importante.

Principios del método Montessori

El método educativo que propone María Montessori se centra en desarrollar las aptitudes de los niños a partir de técnicas de descubrimiento, colaboración, concentración, imaginación y comunicación, entre otras.
Se trata de una metodología totalmente contraria a al método académico tradicional que toma a los alumnos como un conjunto. Mientras que, los educadores Montessori, tratan el aprendizaje del niño de forma más personalizada para atender las necesidades de cada uno.
¿Sabes en qué principios se fundamenta el método Montessori? La respeto y la independencia del niño son valores primordiales, además de los siguientes:
  • Se fomenta el descubrimiento a través del aprendizaje.
  • Se pone especial atención a la preparación de los espacios educativos.
  • Utilización de materiales naturales, como juguetes de madera, por ejemplo.
  • Se da libertad de decisión y elección al alumno. Lo cual significa reforzar la «autoeducación» y la participación activa del alumnado.
  • El profesor actúa como un supervisor y guía Montessori.
  • Se promueve el aprendizaje a través de juegos colaborativos.

Las cualidades del Guía Montessori

No solamente hablamos de conocimiento teórico o tecnológico. Una persona formada en el método Montessori como guía es conocedora de lo que significa ser humano. Ha estudiado su naturaleza y los objetivos de cada material de trabajo.
A través de la observación será capaz de determinar el momento adecuado para presentar a los niños los diversos materiales.
En consecuencia, su objetivo es que el niño aprenda a través de los diversos materiales que como guía se preparan a conciencia.
El educador Montessori es una persona en constante crecimiento personal. Una persona reflexiva, que tiene capacidad para conocer sus propias cualidades y capacidades. Es una persona que sabe aprender y mejorar su propio carácter.
Además, debe tener actitud activa permanente.

Intereses de un guía de Montessori

  1. Tener gran interés por la humanidad.
  2. Ser capaz de ver a cada niño como un ser único. Cada niño es diferente y cada uno es especial.
  3. Tener fe en que el niño, guiado correctamente, revelará su propio camino y crecerá de forma integral.
  4. La motivación será su forma de apoyar el propio proceso de crecimiento y desarrollo del niño.
  5. Estimular el interés de cada niño de forma que este obtenga la satisfacción de sus necesidades y desarrolle su sensibilidad.
  6. La observación forma parte de su verdadero ser como guía. Esta debe ser acertada y libre de prejuicios.
  7. Una actitud humilde y de profundo respeto hacia el niño.
  8. No enfadarse ni mostrarse orgulloso con el niño. No impone por la fuerza, escucha y sabe guiar.
  9. Es ejemplo. Un Guía Montessorino pide a los niños que se comporten de forma diferente a la suya. Al ser un adulto debe convertirse en una referencia para los niños.
  10. Ser guía es sinónimo de ser una persona activa. Debe preparar cada uno de los ambientes, cada uno de los materiales. Los niños juegan y aprenden en y con ellos.

El aula que prepara el orientador

Como ves, ser Guía Montessori es un gran reto. El aula en el que trabajan estas personas debe ser única y especialmente configurada pensando en este método pedagógico. Su principal objetivo es que, los niños que estén en ella, aprendan por ellos mismos.
Generalmente, se suelen evitar los escritorios, las tarimas y el mobiliario que podría identificarse como “de adultos”. El guía está a la misma altura que los niños y no deben existir elementos diferenciadores.
Asimismo, el aula debe contar con diferentes elementos, juegos o propuestas educativas. Es esta “oferta” preparada por el guía lo que permitirá que los niños elijan sus propios juegos. Y a través de ellos, los pequeños irán desarrollando sus diferentes habilidades y capacidades.

Como ves, ser Guía Montessori es un reto personal y profesional. Una forma de ayudar y acompañar a los niños en su proceso de desarrollo. Y si tu vocación es ser educador, nada mejor que formarte en este método. El crecimiento personal y la gratificación que brinda ser guía bien merecen todo el esfuerzo, ¿no crees?


**** Uno de mis grandes sueños a nivel personal y profesional es aprender más sobre la filosofía Montessori.****
 

10 cosas que debes saber si quieres formarte como Guía Montessori

 

La formación Montessori es una de las grandes dudas que las personas hemos tenido (me incluyo) sobre esta interesante metodología educativa. De hecho, este blog nación con una entrada que hablaba (y sigue hablando) sobre qué hay de formación Montessori, en este caso, en España. Este fué uno de los «problemas» con que me encontré cuando hace unos años decidí formarme como Guía Montessori AMI.
Es por ello, que he intentado recopilar una serie de recomendaciones, de ideas, propuestas, respuestas, etc. que vosotras y vosotros habéis estado consultando en nuestro blog durante este periodo de tiempo. Espero que te sean útiles, pues, resumidas, son grandes dudas que tenéis cuando os planteáis iniciaros en este apasionante mundo Montessori.

1- De inicio, debes diferenciar entre «Asistente Montessori» y «Guía Montessori».
Porque no es lo mismo. La formación de «Asistente Montessori» dura unas dos semanas y suele tener un coste económico que, por ejemplo, aquí en España, ronda los 800€. Debes saber que en la formación de «Asistente» no conocerás los materiales Montessori, pues no se presentan, al no ser esta la función del «Asistente». La formación de Guía Montessori, requiere de más tiempo y de un desenvolso económico mayor. Suele tener una duración de unas 17 semanas, repartidas en dos o tres veranos en una formación intensiva (a no ser que realices un Máster presencial, de Septiembre a Junio). A esto le tienes que añadir tres semanas de observaciones y otras cuatro de prácticas en centros Montessori donde tú elijas. AMI  (Association Montessori Internationale) te exige realizar ambos periodos en colegios Montessori donde haya Guías formados en AMI. Para más info sobre la formación Montessori, pulsa aquí.
2- ¿Debo tener una titulación Universitaria?
Para la formación de «Asistente» no se requiere formación universitaria, para la de Guía, sí.  Para la formación de Guía te exigen tener una diplomatura o una licenciatura universitaria, de la rama que sea, no tiene por qué ser de la rama de educación.
3- Son formaciones «no oficiales»
Es decir, que no están reconocidas por el Ministerio de Educación, con lo que no te servirán para oposiciones, ni para ascender dentro del sistema público de educación, ni nada de eso. Las formaciones las realizan centros de estudios privados que planifican la formación en base a los criterios que ellos consideren oportunos, y AMI (Association Montessori Internationale), que es la asociación creada por María Montessori y Mario Montessori (su hijo), con el fin de mantener la integridad de esta metodología educativa. Así que será un convencimiento muy personal sobre tí mismo y sobre el concepto de educación,  el principal motor que, sin duda alguna, te llevará a decidir formarte en Montessori.
4- ¿Tendré trabajo cuando termine la formación?
Es una pregunta muy común. Yo siempre digo que el trabajo, en este caso, no debe ser el principal motor que te lleve a formarte en Montessori. Si es así, quizás te sientas un poco «desubicado» en este mundo. Montessori, al no estar dentro de los sistemas oficiales de estudios de los estados, hace que el futuro laboral parta, sobre todo, de iniciativas privadas. Y al ser iniciativas privadas, cada una de ellas se rige por los criterios que ellos consideren oportunos. Digamos que no hay una «baremación común Montessori» a través de la cual se establezcan unos criterios generales para todas aquellas personas que realicen estudios de esta índole. Dependerá siempre, en última instancia, del colegio Montessori al que decidas enviar tu currículum vitae.
5- Quizás «no sea el proceso de formación que esperabas».
Uno de los aspectos que más me llamo la atención, es que se llamara «entrenamiento» a lo que para mí, desde siempre, ha sido «formación». Cuando estás en el proceso eres consciente de por qué es así. No te lo dicen directamente, pero consideran que el proceso de «formación» es algo más personal, que depende en gran medida de cada una y uno de nosotros y que deberás iniciarlo (si no los has hecho ya) por tí mismo. Por lo tanto, el «entrenamiento» se basa, en gran medida, al «entrenamiento» en la práctica y conocimiento de materiales y presentaciones Montessori. Como hay tanto trabajo por hacer, prácticamente no queda tiempo para debates, compartir experiencias, etc. Sí, es algo un tanto incongruente, a mí tambie´n me llamó y me sigue llamando mucho la atención. Lo beuno, que en el proceso hay tanta gente interesante, que siempre se acaban haciendo «huecos» para compartir experiencias y conocer a las personas.
6- ¿Quién imparte la formación Montessori?
Sobre esto hay mucha controversia, y también, por qué no decirlo, un poco de «ocultantismo». Como hemos dicho, AMI (Association Montessori Internationale), es la Asociación que la misma María Montessori, junto a su hijo Mario Montessori, crea para perpetuar la integridad de su método. También hemos dicho, que la formación Montessori no forma parte de los programas de estudios oficiales de la mayoría de los países. Así, hay centros de estudios privados que lanzan en demasía, y con cierta perspicacia, el mensaje de que «Montessori no tiene estudios oficiales». Hay que tener cuidado con esto, pues quizás no estén contando «toda la verdad». Claro que «Montessori no tiene estudios oficiales», ya hemos dicho que los Ministerios de Educación no tienen esta formación en sus Universidades; pero sí que es cierto, que a nivel mundial, AMI es mucho más reconocida, con un prestigio y un nombre, que cualquier centro de estudios privado. Personalmente, nunca me he posicionado sobre este tema. Siempre suelo decir que «sea tú quien tome la decisión» de con quién te quieres formar, pero desde hace ya un tiempo, me vengo encontrando con mensajes de personas a las cuales han confundido con este tema, y considero, para el desembolso de tiempo y dinero que tienes que hacer, en parte, me parece «jugar un poco sucio». Así que mucho cuidado e infórmate bien, a ser posible, que te pasen todo lo que te aseguran por escrito.
7- Elige la etapa educativa en que te quieras formar.
Formarse en Montessori no es «hacer un curso y ya lo sabes todo». El método Montessori y su formación está dividida por etapas y serás tú, según tus intereses y motivaciones, quien deba decidir sobre qué etapa te formas. Puedes formarte de 0-3 años (Comunidad infantil), de 3-6 años (Casa de niños), de 6-12 años (Taller o Elementary) y de 12 a 18 años (Preparatoria). AMI te exige que para poder realizar la formación de 6-12 años, debes tener la formación de 3-6 años o haber realizado con antelación un curso previo de «Fundamentos Montessori». Es un criterio, bajo mi punto de vista, muy coherente, pues hacer la formación de 6-12 sin conocer de «dónde viene el niño», puede convertirse en un «mar de dudas» y algo bastante confuso.
8- ¿Dónde me formo?
Añade el texto «formación Montessori» al buscador de tu ordenador y seguro te aparecen centros de estudios Montessori en tu país. A nivel más oficial, entra en la página web de AMI clickeando aquí y conoce dónde se encuentran sus centros de entrenamiento y quién imparte dichas formaciones. Como ya hemos comentado, que recaiga en tí la última decisión, esi sí, previo a tener todas tus dudas muy resueltas. Nosotros te invitamos a que visites nuestro post sobre formación Montessori pinchando aquí y aclares algunas de tus dudas.
9- Economicamente, ¿cuánto cuesta la formación Montessori?
Vaya por delante que tendrás que hacer un esfuerzo y desembolso económico y de tiempo muy importante si decides realizar esta formación. Como hemos dicho anteriormente, el coste en formación varía dependiendo de la etapa en la que te quieras formar. La de menor coste económico suele ser la formación de «Asistente», que ronda los 800€ y un periodo de duración de unas dos semanas; le seguiría la formación de «Casa de niños» (3-6 años) con un coste de unos 6500€ y una duración de unas 18 semanas a las que deberías de añadir costes asociados (alojamiento, dietas, etc.), más tres semanas de observación y cuatro de prácticas en centros Montessori; y por último, estaría la formación de «Taller» o «Elementary» (6-12 años), que es la Primaria Montessori. Esta formación, en España, ronda los 10000€, a los que tienes que añadir costes asociados (alojamiento, dietas, etc) más tres semanas de observación y cuatro de prácticas en centros Montessori. Por último, estaría la formación de Preparatoria o «Erdkinder» (que en alemán significa «niño de la tierra», y que únicamente se puede realizar en EEUU.
10- Resumiendo
Llegado a este punto, no se si se te ha quedado un poco «cara de sorpresa». A mí, en su momento, me ocurrió algo parecido. Personalmente, estoy muy orgulloso de haber iniciado este camino. Es un proceso y un camino muy distinto a cualquier formación que haya hecho jamás (incluida la universitaria). Una vez te inicias en Montessori, comienzas un camino que, quizás te ha costado descubrir, pero del que te sientes tremendamente agradecido de que la vida te haya traído hasta aquí. Seguro, que si estás leyendo esto, es porque eres una personas con inquietudes personales, convencida y convencido de que un cambio real de sociedad, y por lo tanto, de modelo social, únicamente puede venir de la educación, comenzando desde sus bases. Por lo tanto, te animo a que des el paso, y en la medida que pueda, que sepas que aquí estamos para cualquier duda que te pueda ir surgiendo por el camino.

¿Qué es un Guía Montessori?

El Guía Montessori es la persona que representa el papel de orientador en una clase, es decir, lo que podríamos llamar «maestro» o «profesor» en una clase tradicional de una escuela infantil o primaria. Este papel de orientador está enfocado en la observación, para que los niños puedan ser capaces de desarrollar todo su potencial y habilidades.
A su vez, en las aulas Montessori es fundamental el papel del Asistente Montessori, ayudante del Guía en sus labores de observación y trabajo con los niños en el día a día de su educación. Entre sus tareas destacan: ayudar a los niños a prepararse, garantizar la seguridad y dinámica del grupo, labores administrativas, etc.
 
 

Ventajas de convertirse en Guía Montessori

1. Trabajar como Guía Montessori es muy gratificante, ya que se participa en la evolución de los alumnos.
2. Encontrar empleo no es complicado. La oferta de estos educadores supera la demanda.
3. El sueldo de un Guía Montessori suele ser más elevado que el de otro tipo de profesor.
4. Grandes oportunidades para desarrollar tu carrera profesional.

Funciones de un Guía Montessori

1. Acompañar y orientar a los niños en su proceso de aprendizaje.
2. Crear un espacio creativo y estimulante, a la vez que seguro y ordenado.
3.Observar a los niños e indicar sobre los materiales Montessori.
4. Dar ejemplos o sugerencias a los niños para fomentar su aprendizaje y desarrollo, a su propio ritmo.


Hablamos de inclusión con una guía Montessori

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Hablamos de inclusión con una guía Montessori

¿Qué es en realidad la Educación Inclusiva?

Probablemente todos hemos oído unas cuantas veces la expresión Educación Inclusiva pero… ¿Sabemos qué significa realmente, o nos hemos planteado qué implica convertir esto en una realidad?

La Fundación Hineni escribió: “La educación inclusiva implica que todos los niños y niñas de una determinada comunidad aprendan juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos que presentan una discapacidad. Se trata de un modelo de escuela en la que no existen ‘requisitos de entrada’ ni mecanismos de selección o discriminación de ningún tipo, para hacer realmente efectivos los derechos a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación.” —UNICEF, UNESCO, Fundación HINENI, (2001) “Hacia el Desarrollo de Escuelas Inclusivas”.
Sobre el papel, seguramente el 90% de las personas estarán de acuerdo con esta nota de la Fundación Hineni, puesto que a todos nos parece obvio que los niños y niñas deberían poder aprender juntos, sin exclusión alguna, porque la discriminación no nos gusta. Pero lo cierto es que al trasladar esta inclusión al plano real, la cosa cambia, y parece que nos es difícil aceptarla cuando nos toca vivirla en las aulas de nuestros hijos.
Lo cual me lleva a preguntarme: ¿Por qué sucede esto? Tal vez, parte de la respuestas se halle en el actual modelo educativo, que confunde el derecho de que todos los niños aprendan juntos con la idea de que todos, en el aula, deben ser tratados por igual, sin tener en cuenta las diferencias individuales de cada uno.
Y es que si lo pensamos bien …, ¿qué hay más injusto que tratar por igual a todos sin tenerles en cuenta como personas individuales? No me refiero a derechos, puesto que todos sin excepción alguna tenemos los mismos derechos; sino que hablo de no disfrazar las limitaciones existentes
Cuando se trata por igual a todos los niños y no se tiene en cuenta lo que cada uno necesita para poder disfrutar de los mismos derechos, entonces sí se está discriminando y excluyendo al individuo.
Y esto es lo que ocurre en el 90% de las aulas. Y así, se hace imposible dar una educación de calidad para nadie. Todos los niños y niñas tienen derecho a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación, y esto implica poder hacerlo juntos, sin exclusión alguna por condiciones concretas.

¿Cómo se consigue la inclusión en las aulas?

Desde mi experiencia como guía Montessori, creo encontrar en el método Montessori una alternativa real a la inclusión efectiva de niños y niñas en las escuelas.
En primer lugar, si pensamos bien en lo que significa inclusión en el contexto educativo, nos damos cuenta de que incluir significa precisamente reconocer a cada persona con sus capacidades individuales; no disfrazar las limitaciones, y dar a cada niño o niña lo que necesita de forma personalizada. Y esto es precisamente lo que ofrecen las escuelas Montessori.
En las aulas Montessori, llamadas ambientes, encontramos tres elementos esenciales: la guía, el niño, y el propio ambiente.
Cada uno de estos elementos tienen su propio rol:
La guía —no se la llama profesora sino guía porque su función es la de guiar y acompañar— observa al niño atentamente y pone a su alcance aquello por lo que muestra interés; el niño muestra interés en algo y trabaja en ello; y el ambiente ofrece a los niños aquello que pueda despertar su interés. La función de la guía es observar y preparar el ambiente adecuándolo para cada alumno con el propósito de despertar su interés y que éste trabaje.
De este modo, se crea un trabajo personalizado para cada alumno, un entorno en el que todos participan y trabajan juntos pero en el que cada uno, respetando y aceptando sus necesidades, va avanzando a su propio ritmo. En las escuelas Montessori no se limita a las personas a un modo de ser, pensar y actuar “normalizado”, sino que se da plena libertad para que cada uno se ‘auto-construya’ según sus propias necesidades. Se aceptan las limitaciones de cada uno respetando a cada niño y niña en su totalidad, creyendo en ellos, dándole a cada uno lo que necesita, de forma individualizada y eliminando cualquier tipo de barrera.

Material sensorial para el desarrollo…

Montessori creía que el ansia de exploración es el motor del desarrollo del ser humano; veía la exploración como una tendencia importantísima de la persona. Por ello, intuyó que debía darles a los niños la posibilidad de explorar a través de la actividad libre, sosteniendo que desde el principio de la vida, el ser humano tiene en su interior un poder creativo y el niño se construye a sí mismo con esa actividad.
En las primeras etapas del desarrollo, el niño tiene una mente absorbente, por ello es necesario adaptar el ambiente a esa mente. Y esto se consigue a través del uso de material sensorial, (materiales que permiten la experimentación y utilizan las distintas vías sensoriales). Esta experiencia sensorial, durante esta primera etapa del desarrollo, es esencial para el método Montessori, pues es la que más tarde llevará al desarrollo de la abstracción en una etapa posterior. En otras palabras, es necesario adaptar el ambiente con material sensorial, para que el niño pueda experimentar a través de los sentidos aquello que más tarde formará en su mente de forma abstracta.

María Montessori

María Montessori (1870-1952) observó que el niño posee dentro de sí el patrón para su propio desarrollo. El niño se desarrolla plenamente cuando se permite que este patrón interno dirija su propio crecimiento, construyendo así su personalidad y su propio conocimiento del mundo, a partir de ese potencial interior. Advirtió también que todos los niños y niñas, sin excepción, tienen un potencial inherente interior; y todos tienen derecho a construirse. Y esta tarea de construirse ha de llevarse a cabo de forma natural y con felicidad. De ahí que la la doctora Montessori sostuviera que “la alegría del niño debía ser tomada como un indicador de los aciertos del sistema educativo”.
En la actualidad trabajo en una escuela Liberi situada en Premià de Mar, Barcelona, en la que todo su profesional y fabuloso equipo apuesta realmente por una educación inclusiva; y en la que, a pesar de las dificultades del día a día —porque nadie ha dicho que sea fácil— se acepta a todos los niños y niñas por lo que son.
Así, con apoyo del método Montessori, se hace efectivo el derecho a la educación, a la igualdad de oportunidades y a la participación de sus alumnos. Si tomamos como válido el indicador de la Dra. Montessori, creo que en Liberi estamos haciendo algo bien al apostar por este método, ya que puedo decir que los niños y niñas de nuestra escuela son felices.
A día de hoy podemos decir que estamos cada vez más cerca de una inclusión auténtica y eficaz, ya que ello se demuestra cada día en las aulas Montessori.

 

Quiero ser Maestra Montessori ¿Qué necesito? 

  Quiero ser Maestra Montessori, ¿Qué necesito?

Lo primero disculparme si pongo "Maestra" en lugar de "Guía" que es como se denominaba María Montessori por ser justamente eso, una Guía en el desarrollo y fomento del aprendizaje de los niños.

Pero por generalizar y ofrecer cercanía al Método y hasta que se haga más conocido prefiero seguir utilizando términos más habituales como maestra en lugar de "Guía" o aula en lugar de "Salón" .... Todo llegará.

Me he animado a escribir esta reflexión ya que muchas personas me preguntan que hay que hacer para ser Maestra Montessori en cuanto a formación académica. El caso es que cuando comento mi experiencia o los medios que conozco para estudiar esta pedagogía siempre pienso en que es precisamente este un Método Educativo que requiere unos requisitos muy específicos y fundamentales intrínsecos en la persona que lo estudia a parte de los conocimientos académicos.

Ser Guía Montessori requiere, por lo menos en mi país, España, una Diplomatura en Magisterio, o un Curso Superior de Educación Infantil y después la Especialización en Pedagogía Montessori. Pero también requiere de otras características que no se aprenden con los estudios y que son las que quiero destacar aquí.

Una persona que quiera ofrecer a sus alumnos y familias un entorno de aprendizaje basado en este Método debe analizarse y tener presente las siguientes cualidades o virtudes:


  • Una capacidad de observación, análisis y recogida de datos sobre sus alumnos extraordinarias, con capacidad de "observar sin intervenir" y de saber centrarse en lo que se pretende observar en cada sesión y con cada material. Realizar una labor de estudio del alumno sin juzgar y sin realizar comparativas con otros. 

  • Una paciencia absolutamente interiorizada con una destacada paz interior que le permita mantener una actitud de calma y firmeza de forma simultánea, donde el cariño y la comprensión del proceso de aprendizaje sean los pilares fundamentales. Sabiendo que su figura es fundamental para el niño como andamiaje que posteriormente será retirada ofreciendo la ansiada autonomía personal y emocional por parte del niño. Para ello el Guía debe saber manejar las situaciones de conflicto que puedan surgir en el aula con calma y responsabilidad, huyendo de las prisas, las imposiciones y los castigos de cualquier tipo.

  • Una comprensión del niño y su mundo fruto de los estudios realizados sobre desarrollo infantil, acompañada de una especial empatía por el mismo. Entendiendo y respetando las limitaciones derivadas del proceso de desarrollo y maduración de los diferentes ámbitos; motor, cognitivo, lenguaje, emocional y social.

  • Saber, defender y trabajar teniendo presente que cada ser humano es diferente por lo que sus ritmos de evolución también lo son así como sus intereses, motivaciones y habilidades. Eso se verá reflejado en el ambiente preparado por el maestro que debe responder a los intereses y necesidades de todos los alumnos de forma independiente ya que no todos los niños hacen, disfrutan o aprenden lo mismo y a la misma vez. 

  • Una concepción del tiempo desde el punto de vista del niño y no del adulto. Conceder tiempo al niño en su desarrollo es un pilar fundamental de esta Metodología por lo que es esencial en el aula. Se trata de un tiempo real que facilitará que el niño viva e interiorice las experiencias significativas de aprendizaje sin presiones y sin sentir que tiene un tiempo limitado para realizar la tarea que se proponga. 

  • Estar dispuesto a revelarse y atreverse a iniciar, con su pequeño granito de arena, el cambio en el sistema educativo actual que poco tiene en cuenta los aspectos aquí comentados.

Os animo a realizar un análisis interno de vosotras y vosotros mismos y prestéis especial atención a evaluar si podéis las características aquí mencionadas. 

Si es así sois unos profesores Montessori en potencia!!!