Entre los 4 y 6 años la mayoría de los niños ya domina el lenguaje materno,
tiene un vocabulario bastante amplio y su cerebro ha madurado lo
suficiente, por lo que ya están preparados para aprender a leer y
escribir. De hecho, no es necesario esperar a que empiecen la escuela ya
que desde casa se puede empezar a familiarizar a los niños con la
lectura y la escritura. Uno de los métodos más sencillos y efectivos a los que puedes recurrir es el método Montessori, creado por la pedagoga italiana María Montessori.
Otra de sus peculiaridades de este método es que insta a aprovechar los períodos sensibles del niño, esos momentos del desarrollo en los que ya está preparado para asumir nuevos conocimientos y es más receptivo a determinados aprendizajes. Según el método Montessori, no sirve de nada forzar a un niño a aprender algo para lo que no está preparado, por lo que es importante esperar a que haya alcanzado la maduración necesaria para que pueda aprender a leer y escribir.
Asimismo, el método apuesta por adaptar el proceso de aprendizaje al ritmo de cada niño. Algunos pequeños son más precoces que otros y pueden avanzar rápidamente en los contenidos. Sin embargo, otros niños tendrán más dificultades para aprender a leer y escribir y es importante, readaptar el contenido a su ritmo de aprendizaje y ofrecerles el tiempo que necesitan.
A diferencia del método tradicional que se centra en las sílabas, el método Montessori enfatiza en el aprendizaje de los fonemas de forma independiente ya que al ser unidades de sonido más pequeñas es más fácil que el niño las aprenda. Asimismo, el método destaca la importancia de la conciencia fonológica, una habilidad que le permite al pequeño reconocer y reproducir los sonidos del lenguaje hablado de forma más sencilla. De esta manera, en vez de nombrar las letras como las conocemos tradicionalmente en el alfabeto, se nombran por su sonido, por ejemplo, la letra B, en vez de llamarse “be” se llama “bbb”.
Otra de sus mayores diferencias con el método tradicional y también una de sus mayores ventajas es que intenta evitar la abstracción, instando al niño a asimilar los nuevos conceptos a través de sus sentidos. Según el método Montessori es muy importante que el pequeño manipule las letras, visualice la vocalización de los fonemas y sienta las vibraciones en su garganta mientras las pronuncia ya que de esta forma no solo aprenderá más rápido sino también, mejor.
Básicamente, se trata de unas tarjetas de cartulina que tienen pegadas al relieve las letras, confeccionadas con material de lija. De esta manera, el niño no solo puede ver la grafía de las letras sino que también puede sentirlas al tacto, lo cual le ayudará a aprender cómo se escriben. Lo ideal es que las manipule con las letras en la posición en la que se escriben ya que, de lo contrario, podría confundirse con su grafía. Se trata de un material didáctico muy útil ya que además de facilitarle al pequeño el aprendizaje del alfabeto, también le permite formar palabras, lo cual puede resultar muy entretenido.
Este es un material muy sencillo que puedes hacer en casa ya que solo necesitas pinzas de madera y un marcador. Básicamente, debes escribir a ambos lados de las pinzas cada una de las letras del alfabeto. Una vez listas, puedes darles varios usos. Por ejemplo, puedes utilizarlas para que el niño forme palabras con las pinzas colocándolas sobre una hoja de papel o puedes hacer tarjetas con distintas palabras y pedirle que empareje cada letra con la pinza correspondiente. Además, es un ejercicio excelente para entrenar su coordinación mano-ojo.
Para tener a mano este material puedes comprar los típicos cajones de bricolaje para guardar piezas o fabricar uno similar en casa con madera o cartón resistente. En cualquier caso, se trata de un mueble con cajones en los que están dibujadas las diferentes letras del alfabeto. Puede colocarse en la habitación del niño o en otro lugar de la casa ya que la idea es guardar en su interior objetos cuyo nombre comience con la letra de cada cajón. Por ejemplo, en el cajón de la letra M se puede guardar una maceta de juguete, un muñeco o una manivela. De esta manera, el pequeño irá relacionando las letras con los sonidos y los nombres.
El método Montessori para enseñar a los niños a leer y escribir
El método Montessori se caracteriza por promover la independencia y autonomía del niño durante su aprendizaje, otorgándole un papel activo a la hora de aprender a leer y escribir. De hecho, uno de los principios básicos de este método consiste en dar libertad al niño para que descubra las letras y palabras por sí mismo. Por eso, debes apostar por el uso de materiales sensoriales que le permitan al pequeño experimentar los fonemas a través de los sentidos.Otra de sus peculiaridades de este método es que insta a aprovechar los períodos sensibles del niño, esos momentos del desarrollo en los que ya está preparado para asumir nuevos conocimientos y es más receptivo a determinados aprendizajes. Según el método Montessori, no sirve de nada forzar a un niño a aprender algo para lo que no está preparado, por lo que es importante esperar a que haya alcanzado la maduración necesaria para que pueda aprender a leer y escribir.
Asimismo, el método apuesta por adaptar el proceso de aprendizaje al ritmo de cada niño. Algunos pequeños son más precoces que otros y pueden avanzar rápidamente en los contenidos. Sin embargo, otros niños tendrán más dificultades para aprender a leer y escribir y es importante, readaptar el contenido a su ritmo de aprendizaje y ofrecerles el tiempo que necesitan.
A diferencia del método tradicional que se centra en las sílabas, el método Montessori enfatiza en el aprendizaje de los fonemas de forma independiente ya que al ser unidades de sonido más pequeñas es más fácil que el niño las aprenda. Asimismo, el método destaca la importancia de la conciencia fonológica, una habilidad que le permite al pequeño reconocer y reproducir los sonidos del lenguaje hablado de forma más sencilla. De esta manera, en vez de nombrar las letras como las conocemos tradicionalmente en el alfabeto, se nombran por su sonido, por ejemplo, la letra B, en vez de llamarse “be” se llama “bbb”.
Otra de sus mayores diferencias con el método tradicional y también una de sus mayores ventajas es que intenta evitar la abstracción, instando al niño a asimilar los nuevos conceptos a través de sus sentidos. Según el método Montessori es muy importante que el pequeño manipule las letras, visualice la vocalización de los fonemas y sienta las vibraciones en su garganta mientras las pronuncia ya que de esta forma no solo aprenderá más rápido sino también, mejor.
3 materiales Montessori indispensables para enseñar a leer y escribir a un niño
1. Letras de lija
Básicamente, se trata de unas tarjetas de cartulina que tienen pegadas al relieve las letras, confeccionadas con material de lija. De esta manera, el niño no solo puede ver la grafía de las letras sino que también puede sentirlas al tacto, lo cual le ayudará a aprender cómo se escriben. Lo ideal es que las manipule con las letras en la posición en la que se escriben ya que, de lo contrario, podría confundirse con su grafía. Se trata de un material didáctico muy útil ya que además de facilitarle al pequeño el aprendizaje del alfabeto, también le permite formar palabras, lo cual puede resultar muy entretenido.
2. Pinzas de letras
Este es un material muy sencillo que puedes hacer en casa ya que solo necesitas pinzas de madera y un marcador. Básicamente, debes escribir a ambos lados de las pinzas cada una de las letras del alfabeto. Una vez listas, puedes darles varios usos. Por ejemplo, puedes utilizarlas para que el niño forme palabras con las pinzas colocándolas sobre una hoja de papel o puedes hacer tarjetas con distintas palabras y pedirle que empareje cada letra con la pinza correspondiente. Además, es un ejercicio excelente para entrenar su coordinación mano-ojo.
3. Caja de sonidos
Para tener a mano este material puedes comprar los típicos cajones de bricolaje para guardar piezas o fabricar uno similar en casa con madera o cartón resistente. En cualquier caso, se trata de un mueble con cajones en los que están dibujadas las diferentes letras del alfabeto. Puede colocarse en la habitación del niño o en otro lugar de la casa ya que la idea es guardar en su interior objetos cuyo nombre comience con la letra de cada cajón. Por ejemplo, en el cajón de la letra M se puede guardar una maceta de juguete, un muñeco o una manivela. De esta manera, el pequeño irá relacionando las letras con los sonidos y los nombres.