Deshacerse del pañal es uno de los grandes hitos del desarrollo de los niños pequeños. Por una parte,
significa que ya han alcanzado la madurez neurológica suficiente como para controlar sus esfínteres
y, por otra parte, que han desarrollado un nivel de autoconocimiento
corporal básico que les permite captar y comprender las señales que
indican que necesitan ir al baño. Sin embargo, es importante que el
proceso de retirada del pañal transcurra de manera natural, para que se
convierta en un motivo de orgullo para el niño y no en un trauma. Para
lograrlo, nada mejor que seguir los principios de María Montessori.
Cinco indicaciones para retirar el pañal con naturalidad
1. Cerciórate de que tu hijo esté preparado
Los especialistas recomiendan retirar el pañal cuando el niño cumple los dos años, pero
lo cierto es que cada pequeño sigue su propio ritmo de desarrollo,
por lo que es importante que te asegures de que tu hijo esté preparado
para dar ese paso. Algunos niños alcanzan la madurez fisiológica antes y
otros tardan un poco más. Intentar adelantar ese proceso solo servirá
para generar frustración. De hecho, incluso debes olvidarte de la
temporada del año. Aunque es cierto que en verano es más fácil retirar
el pañal ya que el niño lleva menos ropa,
si tu hijo está preparado cuando llegue el invierno, no tienes que esperar a tener la “temperatura idónea” ya que en realidad el momento ideal lo marca el pequeño.
2. Asegúrate de que todo lo que necesite esté al alcance de su mano
En
el método Montessori, es fundamental que el niño tenga todo lo que
necesita al alcance de su mano. Cuando se trata de quitarle el pañal,
ello significa que debe tener un orinal o un escalón para que pueda subir solo al váter.
También es importante que lleve una ropa que sea sencilla de poner y
quitar, para que no se produzcan escapes indeseados mientras lucha por
zafar un botón. La idea es que tu hijo no sienta que depende de ti para
dar ese paso en su desarrollo. De hecho, antes de retirar el pañal, el
pequeño debe haber aprendido a quitarse la ropa y debe comprender la
diferencia entre los pañales mojados y secos. Así todo será más fácil.
3. No le obligues a usar el váter
Si
sientas a tu hijo en el váter como si fuera un castigo, estarás creando
una asociación negativa que, a larga, puede dar pie a malos hábitos
que causen estreñimiento o que le hagan retener la orina. En vez de
obligarle, es mejor que le preguntes cada cierto tiempo si necesita ir
al baño y que te mantengas al tanto de sus gestos y comportamientos. No
olvides que la forma en que gestiones la retirada del pañal suele crear
una impronta en la mente infantil que determinará su manera de asumir
estos procesos fisiológicos. Por tanto, es fundamental que asumas todo
este proceso con extrema naturalidad y sin tensiones innecesarias.
4. No recurras a premios ni castigos
La
retirada del pañal es un proceso natural, que forma parte del
desarrollo infantil, por lo que no es necesario plantearlo como un reto,
de manera que el niño se esfuerce por lograr su objetivo lo más rápido
posible ya que eso solo le añadirá una presión que termina siendo
contraproducente. Eso significa que no debes castigarle cuando se
producen escapes y que debes prepararte para los retrocesos, ya que son
normales.
Puedes premiarle por mantenerse seco y usar el váter, pero es mejor que lo asumas como una pequeña motivación y que no condiciones la retirada del pañal a un regalo mayor.
5. Asume el rol de facilitador
En el método Montessori los padres se convierten en facilitadores del aprendizaje infantil,
lo cual implica que el nivel de madurez de tu hijo es el que marca el
ritmo a lo largo de todo el proceso. Puedes motivarlo, pero recuerda que
esa “batalla” es suya, es un paso más para conquistar su independencia y
ganar en autonomía.