A
veces a los padres nos duele disciplinar a los hijos porque pensamos
que si lo hacemos nos dejarán de querer. Hay padres que pueden
ser demasiado “blandos” o permisivos pensando que es mejor para sus
pequeños, pero la realidad es que les están haciendo un flaco favor a sus pequeños.
El árbol hay que regarlo desde pequeño se dice, y es que al igual que un árbol que esperamos crezca fuerte y sano requiere cuidados, los niños para que se conviertan en personas de éxito necesitan disciplina.
El amor hacia los hijos también requiere disciplina, y hacer cosas incómodas como poner límites o disciplinar cuando es necesario. Es necesario que los padres sepan que ser una figura de autoridad y disciplina es un requerimiento para la buena educación de los hijos, aunque a veces nos duela emocionalmente porque pensamos que no estamos haciendo las cosas bien.
Hay errores graves como creer que un castigo es una paliza o una reprimenda son gritos. Estos errores que parecen “normales” en los momentos de disciplina pueden acarrear graves consecuencias emocionales y de comportamiento en los hijos cuando pasa el tiempo.
Tus hijos te miran cada día, hacen lo que haces y escuchan lo que dices, aunque a veces pienses que no es así. Los niños se forman a través de todo lo que ven en sus padres y en el entorno donde viven. Aprenden cada día a ser de un modo u otro dependiendo de lo que viven en su familia. En este sentido, además de ser el mejor ejemplo de persona adulta para tus pequeños, también necesitan para poder crecer que le des amor y disciplina. Solo de esta manera podrán ser niños equilibrados que aprenderán a defenderse en la vida y trazar su propio camino.
Del mismo modo, si experimentas un exceso de disciplina en la crianza o mantienes presente un exceso de autoridad, tus hijos crecerán con inseguridades, sin querer expresar sus emociones por miedo a las reprimendas y sin hacer lo que realmente desean. Solo sentirán que deben obedecer a sus padres a toda costa para evitar ser “sancionados”. Esto tampoco es beneficioso para tus pequeños… el secreto está en encontrar el equilibrio y saber escoger bien las situaciones de flexibilidad o de disciplina.
Cuando los niños se dan cuenta de que existen límites, acciones y responsabilidades que deben cumplir, comienzan a tener un comportamiento adecuado siempre, y será su decisión hacer las cosas bien. Así entenderán la disciplina y la importancia de las normas en casa y de las leyes en sociedad.
En el momento que le enseñes a tu hijo qué es la disciplina justa le estarás haciendo ver que la vida se rige por nuestras acciones. Podrá aprender a enfrentarse de forma asertiva a cualquier situación y lo que es más importante, aprenderá de sus errores.
El árbol hay que regarlo desde pequeño se dice, y es que al igual que un árbol que esperamos crezca fuerte y sano requiere cuidados, los niños para que se conviertan en personas de éxito necesitan disciplina.
El temor de los padres
Normalmente, uno de los mayores miedos de los padres a nivel educativo, es no saber disciplinar a los hijos correctamente y que a medida que pasen los años, sus pequeños comiencen a tener comportamientos irrespetuosos.El amor hacia los hijos también requiere disciplina, y hacer cosas incómodas como poner límites o disciplinar cuando es necesario. Es necesario que los padres sepan que ser una figura de autoridad y disciplina es un requerimiento para la buena educación de los hijos, aunque a veces nos duela emocionalmente porque pensamos que no estamos haciendo las cosas bien.
La disciplina y los hijos
Muchos padres tienen el pensamiento equivocado de que disciplinar a los hijos significa que éstos les tengan miedo, como si fuese la única manera de obediencia que existe. Nada más lejos de la realidad, los hijos no necesitan tener miedo para tener un buen comportamiento. Para establecer normas no son necesarios los castigos, pero sí las consecuencias pactadas previamente para que los niños entiendan la necesidad de poder decidir sobre ellos mismos ante su comportamiento.Hay errores graves como creer que un castigo es una paliza o una reprimenda son gritos. Estos errores que parecen “normales” en los momentos de disciplina pueden acarrear graves consecuencias emocionales y de comportamiento en los hijos cuando pasa el tiempo.
El amor hacia los hijos
Aunque tengas que disciplinar lo que nunca puede faltarle a tus hijos es sentir tu amor cada día. A pesar de que en ocasiones te enfades o tengas que reñirles por el mal comportamiento, tu amor hacia ellos jamás debe verse mermado y eso tus hijos deben verlo diariamente. Los niños necesitan amor y atención constantes para poder evolucionar correctamente. Establecer reglas, normas y límites no está reñido con el amor hacia tus hijos.Tus hijos te miran cada día, hacen lo que haces y escuchan lo que dices, aunque a veces pienses que no es así. Los niños se forman a través de todo lo que ven en sus padres y en el entorno donde viven. Aprenden cada día a ser de un modo u otro dependiendo de lo que viven en su familia. En este sentido, además de ser el mejor ejemplo de persona adulta para tus pequeños, también necesitan para poder crecer que le des amor y disciplina. Solo de esta manera podrán ser niños equilibrados que aprenderán a defenderse en la vida y trazar su propio camino.
Cuidado con favorecer malos comportamientos
Hay ocasiones, que los padres favorecen los malos comportamientos sin darse cuenta, pensando que están haciendo un favor a sus pequeños. Por ejemplo, si le compras todo lo que te pide o le das todas sus exigencias, sin darte cuenta y por evitar rabietas o discusiones estarás creando a un niño caprichoso, egoísta, sin empatía, irresponsable y que no entiende de disciplina ni autoridad. Siempre querrá salirse con la suya y esto no es algo que le beneficie en su vida futura.Del mismo modo, si experimentas un exceso de disciplina en la crianza o mantienes presente un exceso de autoridad, tus hijos crecerán con inseguridades, sin querer expresar sus emociones por miedo a las reprimendas y sin hacer lo que realmente desean. Solo sentirán que deben obedecer a sus padres a toda costa para evitar ser “sancionados”. Esto tampoco es beneficioso para tus pequeños… el secreto está en encontrar el equilibrio y saber escoger bien las situaciones de flexibilidad o de disciplina.
Siempre con amor y respeto
Siempre que tengas que disciplinar hazlo con amor y con respeto hacia la persona que es tu hijo. De esta manera podrá sentirse respetado todo el tiempo y valorará más la disciplina que le impongas. Hazle entender a tu hijo que cada acción tiene su recompensa o sus consecuencias dependiendo de lo que haga y de la opción que escoja. Así empezará a aprender cómo funciona la vida y podrá tomar las decisiones correctas tanto a corto como a largo plazo.Cuando los niños se dan cuenta de que existen límites, acciones y responsabilidades que deben cumplir, comienzan a tener un comportamiento adecuado siempre, y será su decisión hacer las cosas bien. Así entenderán la disciplina y la importancia de las normas en casa y de las leyes en sociedad.
En el momento que le enseñes a tu hijo qué es la disciplina justa le estarás haciendo ver que la vida se rige por nuestras acciones. Podrá aprender a enfrentarse de forma asertiva a cualquier situación y lo que es más importante, aprenderá de sus errores.