Saludar es fundamental para poder conectar con los demás,
saludar al llegar y despedirse al marcharse es un gesto básico en la
educación de las personas. Saludar es cortés cuando conocemos a alguien,
entramos en algún sitio o nos encontramos con personas que conocemos.
Quizá sea una costumbre para ti y no le des importancia, o quizá seas de esas personas que prefieren evitar el saludo por timidez.
Recuerda que tu ejemplo siempre es el mayor maestro para tus hijos, por lo que tu conducta es fundamental para poder modelar su educación básica como es el saludo a otras personas.
A continuación queremos compartir contigo una breve historia para que reflexiones sobre la importancia del saludo y por qué es necesario que lo inculques en tus hijos. Incluso, si tus hijos son algo mayores y te gusta esta breve historia, la puedes compartir con ellos para que reflexionéis sobre ella.
No cuesta nada hacer que el mundo sea más educado, comprensivo y que nos sintamos bien unos con otros. No es tan difícil ser educado y si cada uno ponemos un poco de nuestra parte, la sociedad cambiaría a mejor y nos sentiríamos mucho más unidos todos, ¡aunque no nos conozcamos!
Recuerda que tu ejemplo siempre es el mayor maestro para tus hijos, por lo que tu conducta es fundamental para poder modelar su educación básica como es el saludo a otras personas.
Tiene un gran valor
Saludar a los demás tiene un gran valor puesto que los que lo reciben tienen una buena sensación, en cambio para quien no recibe un saludo por parte de alguien conocido la sensación es de inquietud y desagrado. Cada cultura tiene su propia forma de saludo, como decir una palabra, una sonrisa, un apretón de mano, una inclinación frente al otro, etc.A continuación queremos compartir contigo una breve historia para que reflexiones sobre la importancia del saludo y por qué es necesario que lo inculques en tus hijos. Incluso, si tus hijos son algo mayores y te gusta esta breve historia, la puedes compartir con ellos para que reflexionéis sobre ella.
Belleza del saludo
Había un hombre que trabajaba en una fábrica de embutidos. Después de una larga jornada laboral y haciendo las inspecciones de rutina, se acercó a una nevera a inspeccionar que todo estuviese bien y la gran puerta de hierro que había se cerró tras él dejándolo encerrado dentro. Sentía una gran desesperación pero a pesar de sus intentos de abrir la puerta o pedir ayuda, todo resultó inútil.
El horario de los demás trabajadores había acabado y nadie le escuchaba gritar. Las horas pasaban y el frío del lugar le hacía perder sus fuerzas, además poco a poco se acababa el oxígeno y tras cinco horas dentro de la nevera el hombre comenzaba a pensar que ese era su final.
Sus fuerzas comenzaros a fallar y de la desesperación pasó a la resignación… ¡de repente la puerta de la nevera comenzó a abrirse! La abrió el guardia de seguridad de la fábrica y para él fue como su ángel de la guarda porque le estaba salvando de una muerte segura.
Cuando le preguntaron al guardia de seguridad que como es que se le ocurrió abrir la puerta de la nevera (puesto que esa acción no formaba parte de su trabajo), el hombre al contestar lo tuvo muy claro, las palabras que dijo fueron las siguientes:
– Llevo trabajando en esta empresa más de 35 años y veo a diario a cientos de trabajadores que entran y salen, que empiezan su jornada y de repente ya no les veo más durante todo el día, pero solo hay uno de todos estos hombres que hace que me preocupe por él. Es este hombre, que todas las mañanas es el único de toda la fábrica que cordialmente me saluda y cuando se va es el único que con mucha amabilidad se despide… para el resto de trabajadores soy invisible. Esta mañana no me faltó su saludo matutino, pero no escuché su “hasta mañana” de despedida por lo que cuando pasaron varias horas me preocupó y por este motivo entré a inspeccionar, le busqué y le encontré.
Los beneficios del saludo
El saludo tiene beneficios. Nunca dejes de ofrecer este gesto humilde y amable a los demás. Te hará sentir bien a ti y además puedes cambiar el día de otra persona de una forma sencilla. Es necesario ser consciente de que vivimos todos en la misma casa puesto que nuestro planeta es nuestro hogar conjunto.No cuesta nada hacer que el mundo sea más educado, comprensivo y que nos sintamos bien unos con otros. No es tan difícil ser educado y si cada uno ponemos un poco de nuestra parte, la sociedad cambiaría a mejor y nos sentiríamos mucho más unidos todos, ¡aunque no nos conozcamos!