Sin embargo, a pesar de vivir en la era de la información, a veces nos sentimos un poco perdidos, leemos la teoría, pero a la hora de ponerla en práctica, no sabemos por dónde empezar.
Así que espero que este artículo sea de inspiración y ayuda para poder hacer realidad nuestros anhelos sobre ese cambio educativo que todos deseamos. ¡Lee con atención!
Cuando queremos aplicar la pedagogía Montessori hemos de recordar la famosa triada: el niño, el ambiente preparado y el adulto que acompaña, y los padres podemos hacer mucho en casa, aunque no podamos llevar a nuestros hijos a una escuela con esta pedagogía.
Tal y como contasteis en vuestro anterior artículo, estos tres pilares son el resultado de las investigaciones que realizó María Montessori sobre los trabajos de Jean Itard, Eduard Séguin y Pestalozzi, (los dos primeros médicos franceses y el tercero un famoso pedagogo suizo).
Cuando los adultos tomamos conciencia de que somos un ejemplo para nuestros niños 24 horas al día y 365 días al año, solo entonces, es cuando empezamos a cambiar para ofrecer nuestra mejor versión a las personitas que más queremos: nuestros niños.
De nada nos sirve decir que no se grita, si luego discutimos con nuestra pareja en casa y elevamos la voz; o que hay que ser educado, si después nos cruzamos con un vecino con el que no nos llevamos bien y no le damos los buenos días…Tal y como decía Teresa de Calcuta: no te preocupes si tus hijos no te escuchan, te están observando todo el día.
El reto es ser capaces de desterrar algunos patrones adquiridos de nuestra sociedad «adultocentrista» que están tan normalizados, como por ejemplo hacer todo por los niños, aunque puedan hacerlo (sintiéndose de este modo dependientes), o negar sus emociones con el clásico “no llores que no pasa nada”, educar basándonos en premios y castigos… etc.
Si ante un “mal comportamiento” castigamos al niño diciéndole que vaya a su habitación o que se quede quieto mirando a la pared, dejará de hacer lo que estaba haciendo, pero, ¿entenderá por qué no era correcto?
La Disciplina Positiva es una filosofía muy acorde con Montessori que puede ayudarnos mucho. Está claro que los resultados no serán tan rápidos como el premio o el castigo, pero estaremos construyendo los valores de nuestros niños, trabajando en ese legado educativo que queremos dejarles, así como fomentando el que puedan desarrollar su juicio propio y pensamiento crítico, que les será de gran ayuda en aquellas situaciones que les presente la vida, ya que los padres no siempre estaremos para acompañarlos cuando vayan creciendo.