24.8.20

“Mamá, es que todo el mundo lo tiene”: para unos Reyes inconformistas

-“Mamá, quiero esto porque todo el mundo lo tiene”
-“Pero cariño, es que eso no es bello. Es violento, es vulgar…”
-“Sí, sí, mamá es bello porque a mi me gusta. Me da igual que no te guste, se lo pediré a los Reyes y ellos me lo traerán.”
Y te quedas pensativa. Tu mente oscila entre la violencia extrema de aquel videojuego y los atentados de Paris… Piensas en las piernas verdosas y esqueléticas de aquellas Monsters High… Y recuerdas el eslogan de Dove “Habla de belleza con tu hija antes de que la industria de la belleza hable con ella”. Sabes lo complicado que es vetar una decisión tomada por los Reyes Magos. ¿Y si los Reyes fueran inconformistas este año?, te atreves a pensar. No sabes que hacer o responder y piensas… “pues, si le gusta…”
¿Es sujeta a gusto la belleza? Hay un tipo de belleza que lo es, sin duda. Los retoques de Victoria Beckham, por ejemplo. Esa “belleza-moda” por un lado es sujeta a cambios (las modas cambian), mientras por otro lado obliga (de ahí la canción “mamá, es que todo el mundo lo tiene”). Podríamos decir que la belleza moda nos obliga a conformarnos a ella.
En cambio, existe otro tipo de belleza que no es sujeta ni a gustos, ni a cambios y que no obliga. Podríamos llamarla “belleza metafísica”, o “belleza objetiva” y de ella hablaba aquel… Estaba un conocido catedrático dando una conferencia sobre la belleza, cuando una mujer de entre los asistentes le hizo la siguiente observación: “En realidad, sobre gustos no hay nada escrito”. El profesor respondió rápidamente: “Señora, sobre gustos hay mucho escrito, lo que ocurre es que usted lee muy poco.” (cita extraída del libro El poder de la belleza)
La belleza es el conocimiento sensible-intelectual del bien y de la verdad, decían los Griegos. “A lo mejor no la sabemos apreciar, pero eso no es suficiente para que lleguemos a la conclusión de que no existe objetivamente.
Por ejemplo, Pitágoras decía que se encontraba en las matemáticas. Como él sabía mucho de matemáticas, la veía en ello, la sabía apreciar. Si algunos de nosotros no la vemos en las matemáticas, no es porque no exista, sino porque no llegamos a verla, a apreciarla. Nuestra ignorancia sobre un tema en concreto hace que nuestro gusto en relación con la belleza que conlleva no se ajuste a la realidad.” (Educar en el asombro)
En un número reciente de la revista científica Nature (526, 7572), David Deutsch, físico considerado padre de la computación cuántica, habla de la objetividad de la belleza:
Las flores han evolucionado para atraer los insectos, y los insectos han evolucionado para ser atraídos por las flores. Pero esa explicación nos deja con un abismo masivo: sólo explica el motivo por el que los insectos sienten atracción hacía las flores. ¿Cómo puede ser posible que algo que ha evolucionado para atraer a los insectos pueda ser atractivo también para los seres humanos? Concluyo que debe existir la belleza objetiva -aspectos de la belleza que existen fuera de los parámetros culturales y de la selección sexual-. Estas verdades estéticas son tan objetivas como las leyes de la física o de las matemáticas.
Es un buen momento del año para ayudar a nuestros hijos a reflexionar sobre la belleza que hay o que no hay en los juguetes que consideran pedir a los Reyes. Quizás el primer paso es ayudarles a no ser víctimas de las modas y del marketing navideño y a aprender a mirar para apreciar la belleza que no es sujeta a modas. ¿Y eso, cómo se consigue? ¿Cómo responder a la pregunta: “¿Mamá, es que todo el mundo lo tiene”? Aquí tienes seis ideas para contrarrestar ese argumento.