Pero ¿por qué siento rechazo hacia las emociones de mis hijos? ¿Qué es lo que está pasando en mí? ¿Cómo puedo identificar mis propias emociones y gestionarlas? ¿Cómo puedo, en este momento de absoluta desconexión con ellos y conmigo misma, acompañarlos desde el respeto y el amor incondicional?
¿Por qué resultará tan complicado?
Puede ser sencillamente porque no lo hemos aprendido, no tenemos las herramientas para salir airosos de estas situaciones y no se puede dar lo que no se tiene. Digamos que tenemos heridas emocionales que aún están por sanar. Quizá porque, desde el desconocimiento y con la intención de modificar un “mal comportamiento”, se nos criticó, rechazó o manipuló por sentir lo que sentíamos.
Frases del tipo:
…Y así, un largo etcétera de desatinos e improperios emocionales.«Pero no te pongas a llorar que te pones muy fea»
«Los hombres no lloran»
«Si te pones tristes, mamá se va a poner malita»
«Como no se te pase la rabieta ya, te quedas sin ir al parque»
«Anda no seas tonto, dale el juguete a tu hermano que es más pequeño que tú»
«¿Pero de qué tienes miedo? ¡Si ahí no hay nada! Los valientes no tienen miedo»
Esta falta de comprensión y acompañamiento nos lleva a desconectar de nuestras propias emociones. Ese rechazo hacia nuestras emociones nos lleva a pensar que no podemos ser tal y como nos sentimos frente a los demás.
Pero resulta que somos seres emocionales, sociales y pensantes. Todo está conectado en nosotros. Científicamente se han identificado hasta 400 emociones diferentes, que no son otra cosa que reacciones adaptativas al ambiente que nos rodea y que nos protegen y nos mantienen alerta. ¡400!
Aprender y tener la capacidad de escuchar, identificar, respetar y “manejar” nuestras emociones y las de los demás, es lo que se conoce como Inteligencia Emocional, y tiene una influencia directa sobre nuestra autoestima y sobre nuestra relación con los demás y con nosotros mismos.
¡Casi nada!
¿No te encantaría acompañar a tus hijos en ese Autoconocimiento tan necesario y vital? ¡A mí sí! ¿Dónde hay que firmar? Y creo que el lugar perfecto para este GRAN RETO es sin duda su propio hogar. Es el primer escenario de nuestra vida donde se comparte espacio, energía y emociones. Podríamos definirlo como una especie de Centro de Entrenamiento o Capacitación, un “Training Place” donde aprender a convivir, a discutir, a poner límites, resolver conflictos, donde desarrollar la capacidad de tolerancia a la frustración, etc. pero en un ambiente controlado, amable y lleno de amor sin condiciones.
¿Qué te parece?
Te propongo que desde hoy, empecemos a tomarnos cada situación difícil que pueda surgir con nuestros hijos, como una nueva oportunidad para aprender juntos y mejorar en la comodidad del hogar, bajo la protección de la familia y, a ser posible, sin una carga dramática excesiva.
Aún estamos a tiempo de aprender. ¡Nunca es tarde si la dicha es buena! Y como bien sabes, nuestros hijos son nuestros grandes maestros.
Por cierto, ¿Te gustaría saber cómo resolvimos la “Gran caída del Imperio Legoliano”? O mejor dicho ¿cómo podíamos haber resuelto ese conflicto?
Quizá podría haber empezado por ¡No posicionarme en uno u otro bando! Que por cierto, es algo muy complicado de controlar… pero si lo hago de alguna manera estoy señalando a uno de mis hijos como el “agresor” y al otro la “víctima”. Y esto es una forma de etiquetarlo, ¿no crees?
Después, ¡Respirar profundamente! y aceptar sus emociones y las mías propias.
Y cuando hubiera bajado un poco la intensidad, continuar con frases del tipo: “Veo que estás muy enfadado porque…”. “Entiendo que estés triste porque…” “¿Cómo te has sentido?”, “¿Cómo crees que se ha sentido tu hermano/a?”, “¿Cómo podríamos resolverlo la próxima vez?”…
Esto es sólo una sugerencia, y seguro que cada uno de nosotros encuentra un modo respetuoso y amable de resolver situaciones parecidas. Nos encantaría leer tus estrategias o las herramientas que empleas para resolver conflictos en casa, en la calle, en el mercado, en el autobús, donde sea.
Te invito a dejar aquí tu comentario y convertir este espacio en un lugar para compartir, reflexionar y aprender bajo la compresión mutua y sin juicios.
¡Que tengas un día lleno de reacciones adaptativas al entorno!
Muchísimas gracias por tu tiempo.
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