A pesar de la creencia popular, la Academia
Americana de Pediatría (AAP) nos dice que el frío no es en sí causa del
resfriado o de la gripe. De hecho, nos dice la AAP que si los
resfriados y las gripes son más comunes en invierno, es porque los niños
no salen de sus clases en las que no hay circulación de aire y están en
contacto entre ellos, lo cual favorece la transmisión del virus. [1].
Así
que para luchar contra el resfriado y la gripe – y de paso tener niños
más resistentes a la frustración y a la dificultad- habría que dejarles,
eso si, bien abrigados con un buen jersey o dos y un chubasquero,
correr al aire libre pisando los charcos con sus botas de lluvia. De
hecho, eso es lo que suele pasar en la gran mayoría de los países
nórdicos en los que los niños acuden a los patios con 40 grados bajo
cero…
La
buena noticia es que se trata de un excelente plan para los días
lluviosos en que pensábamos que no había otra alternativa a tener a los
niños encerrados en casa o en su clase, como leones enjaulados. Si,
existe otra alternativa. Y es mucho más sana que anestesiarles con
películas, durante los días de lluvia de nieve, de tormenta o de helada
al año reportados por la Agencia Estatal de Meteorología del Gobierno de
España (82 en Barcelona, 99 en Madrid y 165 en Bilbao).
El patio de la escuela privada Ursulines de Québec |