Javier Urra es toda una institución en el ámbito de la psicología y de la defensa de los derechos del menor. Por eso, fue todo un honor que abriese el encuentro Gestionando Hijos el pasado 11 de diciembre. Publicamos su ponencia íntegra, que esperamos que disfrutéis y que suponga para vosotros una fuente de inspiración.
Urra comenzó su intervención confesando que el título Gestionando Hijos no le gustaba: “No me gusta el título, no se gestiona a los hijos. No se gestiona a los hijos, se educa uno con ellos. El niño tiene que ser un fin en sí mismo y la educación es un medio para conseguir lo que sea lo mejor para él y para los demás. Los niños no son el futuro, son el presente, ya son ciudadanos de pleno derecho. La infancia es un presente cargado de futuro. Son la esperanza. La esperanza es una obligación.”.
También quiso advertir contra una aspiración de muchos padres: “Educar para que mañana los niños sean felices no es real, no es verdad. Las pérdidas y las incomprensiones son parte de la existencia. Nuestros niños tienen que aprender a aburrirse, a manejarse en la soledad. Creo que esta sociedad exige a la vida mucho más de lo que la vida le puede dar”. Para Javier Urra, es fundamental dotar a nuestros hijos de “un correcto juicio moral para que comprendan que el mundo no está para servirles”. Quizá porque no les transmitimos muchos juicios morales o porque nos empeñamos en que nuestros hijos sean felices, Urra nos cuenta que “Tenemos muchos jóvenes que son como el cristal, duros por fuera pero quebradizos por dentro. Tenemos que educar a nuestros niños para que sean adaptables, elásticos, para que cuando caigan vuelvan a levantarse y tengan capacidad para mirar a la vida de frente”.
Urra habló también de “dotar a nuestros hijos de ideales”. El compromiso con los otros le parece muy importante a Urra, que cuenta que “no soy, somos: nos vemos en los ojos de los otros. Hay que saber y aceptar lo que siente el otro”. Urra, acostumbrado a tratar con personas que han cometido delitos muy violentos y que no se arrepienten de ello, no se rinde: “claro que hay una vacuna contra la violencia” y es, insiste, la educación. Para educar en la solidaridad, “concedamos a nuestros hijos el derecho a dar”: que uno de los regalos de los Reyes Magos lo done sin estrenar, que impliquemos a los adolescentes en actividades solidarias…
Advirtiendo contra la sobreprotección, Javier Urra quiso subrayar algo fundamental: “Los hijos no son nuestros, son del futuro. La patria potestas nos obliga ante ellos, pero no nos da un derecho sobre ellos”. Antes del turno de preguntas, Urra nos dejó una frase preciosa: “Los niños deben ser ricos, pero ricos en sonrisas.”
En el turno de preguntas, Urra advirtió contra la aspiración a ser el padre o la madre perfectos. “Creo que los padres hoy estáis profundamente agobiados porque queréis hacerlo perfecto y no es posible. Y por último, Urra nos dejó esta bonita reflexión:
“Al final de la vida la única pregunta inteligente será para quién he vivido, no para qué. Usted ya es madre, usted ya tiene la respuesta, es un lujo”.