Durante mucho tiempo en mis talleres presenciales escuchaba esta frase: esto está muy bien Marta, pero esto no funcionaría con mi hijo.
Yo misma, hace años, cuando empecé a integrar esto en casa con mi hijo,
recuerdo que traté de adaptar una zona para que él solito se lavase las
manos. Así que coloqué una banqueta y una palangana.
Al peque, que tendría unos dos añitos le hizo mucha ilusión. Pues bien, 5 minutos más tarde teníamos agua por todas partes, menos en la palangana.
Entonces es muy típico pensar: MONTESSORI CON MI HIJO NO FUNCIONA.
Y es que cuando quieres construir una casa y empiezas por el tejado lo
que suele pasar es que la casa se cae. Lo mismo pasa aquí.
En una etapa en la que los niños van a forjar las bases de su seguridad o inseguridad en la vida, tener un ambiente preparado en casa no sólo es importante, sino que es fundamental.
Lamentablemente muchas personas piensan que es sólo una moda, que no tiene importancia que el niño se lave solo las manos o no. Ya le quedará tiempo de lavárselas durante toda la vida, hay cosas más importante, no podemos estar esperando a que se lave las manos y además va a poner todo perdido.
Estos pensamientos surgen porque estamos demasiado desconectados de los niños, priorizamos nuestras necesidades adultas y no somos tampoco conscientes de cómo funciona el desarrollo humano.
Y cuando, a pesar de todo esto, decides adaptar el lavabo porque lo has
visto en Pinterest o en Instagram y te ha parecido una idea muy "cuqui"
quizá vas pensando que va a ser magia: "oye, ha sido poner el lavabo y
automáticamente mi hijo de dos años se ha lavado las manos, se las ha
enjabonado y se ha secado. Ha venido a la mesa y se ha sentado a
comer". Pues no, malas noticias, esto no es magia, esto no funciona
así. Otro extremo sería adaptar el lavabo y cuando el niño va a hacer
uso de él saltar enseguida "cariño, así no se hace. Ten cuidado que lo
pones todo perdido...." Pues no, tampoco funciona así.
TÚ ERES LA PIEZA CLAVE DEL AMBIENTE
Preparar un ambiente adaptado al niño es fundamental para que sienta que
puede conseguir lo que se proponga, pero no es menos importante el
acompañamiento que tú hagas. Tú eres la pieza clave de ese ambiente.
De cómo acompañemos nosotros, de nuestra energía, de nuestra presencia,
de nuestro buen o mal humor, de nuestra confianza o desconfianza, de
nuestra espera o de nuestra impaciencia va a depender que Montessori
funcione o no.
Por tanto, los cimientos de esta estructura pasan por poner el foco en ti, y no en el niño.
Todo esto es lo que trabajamos de una forma práctica en los Talleres presenciales Montessori: cómo nos relacionamos con el mundo, cómo acompañar, cómo saber qué necesita nuestro hijo, descifraz qué hay detrás de su comportamiento y acompañarles desde la empatía sin gritos, sin amenazas, sin castigos.
En breve voy a estar por la zona de Valencia, Castellón y Cataluña. Seguramente tardaré bastante en volver por esa zona porque por logística y distancia no me es fácil. Así que si estás por allí y resuenas con esta forma de educar pero no consigues llevarla a la práctica o te gustaría ir un paso más allá, te invito a que vengas a un taller presencial.
Te voy a dejar todos los carteles, en cada uno de ellos encontrarás
los datos de los organizadores para que puedas contactar con ellos y
reservar tu plaza:
Si quieres saber más sobre el día a día con mi peque puedes seguirme en Facebook e instagram donde compartimos nuestros momentos diarios, lo que nos inspira y también algunos vídeos.