María Montessori pensó que para que realmente pudiese haber un cambio en el mundo. Para alcanzar la paz, teníamos que empezar desde abajo.
Lo que me gusta de la filosofía Montessori es que todo es taaan evidente, que resulta abrumador.
La casa no se puede empezar por el tejado. Tenemos que luchar por la paz, desde las raíces, desde la infancia. Los niños son nuestro futuro, por eso, si les educamos para la paz, estaremos sembrando pequeñas semillitas, para hacer un mundo mejor, y más humano.
Estos días en los que se está hablando de acoso escolar, nos
deben sensibilizar para empezar a hacer las cosas de otra manera, y
aportar nuestro granito de arena, con nuestros hijos, educándoles para
la paz. Se me han saltado las lagrimas al leer la carta de Diego,
el niño que se suicidó por sufrir acoso escolar. Pero no sólo es Diego,
si miramos alrededor, vemos un mundo deshumanizado en muchos aspectos,
todo vale, nada importa...
Vamos a aprovechar la semana de la PAZ, para reflexionar, cambiar,
hacer las cosas de otra forma. Puedes empezar el cambio en tu propia
familia.
¿Por qué el Método Montessori educa para la paz?
María Montessori, pensó en algo más que en un Método educativo, pensó en una filosofía de vida para desarrollar todas las potencialidades, y la espiritualidad del niño. Todo ello la llevó a estar tres veces nominada al premio Nóbel de la Paz.
Dicen que lo que vivimos durante nuestros primeros años de vida, nos marca para siempre. Así que, si el niño crece en un clima de amor, confianza, libertad, respeto, calma, belleza, orden... será un adulto conciliador, y pacifico.
Un ambiente Montessori reproduce una micro sociedad. Por eso hay niños y niñas, de diferentes edades. Diferentes ambientes, de interior y de exterior. Donde el niño tiene total libertad.
El niño tiene que poner de continuo en una balanza su libertad, y el respeto hacia las cosas y las personas. Encontrar
ese equilibrio no es fácil. Pero esa libertad es, precisamente, es la
que le enseña, desde muy pequeño a tomar continuas decisiones de
respeto hacia su entorno humano y material.
Es impresionante ver un salón Montessori, normalmente reina la calma, la
tranquilidad .No se fomenta la competetitividad, como en una educación
tradicional.
En un salón Montessori los niños aprenden unos de otros, se observan,
cooperan, aprenden juntos, se enseñan, se ayudan... Ahora imaginate una
sociedad adulta así... El mundo sería taaann distinto...
¿Cómo educa el Método Montessori para la paz?
-CLIMA DE ORDEN, CALMA: El niño se desenvuelve en un ambiente de
orden, serenidad, y calma. Ese ambiente es el que está asentandose en
su cerebro, que traslada los esquemas que vive a la construcción de la
propia personalidad del niño. (Puedes ver aquí consejos sobre el orden)
Primero tenemos que encontrar nuestra paz interior, para conseguir la paz con los demás.
-SE CONFÍA EN EL NIÑO, Y SE LE TRATA CON EL MISMO RESPETO QUE A UN ADULTO: Que
un niño lo sea, y esté en condiciones de inferioridad por su nivel de
desarrollo, no quiere decir que tengamos potestad absoluta sobre él para
levantarle la voz, pegarle, castigarle, actuar en todo momento como si
no sirviese para nada... La filosofía Montessori respeta al niño, como a
un igual, fomenta su autoestima, confía en él... Todos esos principios
básicos calan en la personalidad del niño, que aprenderá el respeto por los seres inferiores en condiciones y/o capacidades a él.
Cuántas veces he visto a grupos de jóvenes pegar, por ejemplo, a un mendigo, sólo por estar en inferioridad de condiciones...
-FOMENTANDO LA COOPERACIÓN, NO LA COMPETITIVIDAD:
La competitividad es el principio de toda guerra. Si luchamos por
nosotros mismos, y no por compertir con los demás, evitaremos la mayor
parte de conflictos que originan las guerras.
Los colegios tradicionales educan para la guerra; fomentan la
envidia, la competitividad... premiando y castigando en función de los
avances conseguidos. Reparten notas y, a menudo, incluso, las dicen en
alto. "Fulanito muy bien, Menganito muy mal".
Hace unos años se hizo muy famosa una frase de Pablo Lipnisky (fundador del colegio Montessori en Bogotá):
Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz. La
gente educa para la competencia, y la competencia es el principio de
cualquier guerra.
-LIBERTAD PARA APRENDER A DECIDIR ENTRE MI LIBERTAD, Y EL RESPETO AL ENTORNO: Esto es uno de los puntos claves: Libertad.
El niño tiene libertad, y él mismo es el que decide sus acciones, ve el
resultado de ellas, razona desde su entendimiento. NO se ve sometido a
una conducta dirigida e impuesta, recibe una educación libre de premios y
castigos, que al fin y al cabo son chantajes exteriores que modifican
nuestra conducta sin razonar. (Puedes leer cómo evitar castigos, gritos,
y amenzas aquí). Tener esa posibilidad de decidir en cada momento, para buscar el equilibrio entre su libertad y la libertad de los demás, es lo que realmente le marca al niño para tener una conducta respetuosa con los demás, por su propia iniciativa.
De poco sirve que el niño sea obediente, respetuoso, y disciplinado por temor a actuar mal bajo la presión y mirada del adulto, si cuándo no tiene al adulto delante, está perdido.
-CULTIVANDO LA ESPIRITUALIDAD DEL NIÑO: El
Método Montessori se preocupa del niño, mucho más allá de un curriculum
preestablecido. Persigue el desarrollo de todas sus potencialidades, y
cultiva su espiritualidad. Buscando que el niño se conozca a sí mismo,
esté en paz con él, y con su entorno.
Conocernos a nosotros mismos, para eliminar nuestras inseguridades, y vivir en paz.
-ENSEÑA AL NIÑO A APRECIAR LA BELLEZA DE LA TIERRA, Y LOS SERES VIVOS: Montessori
se preocupa de que el niño aprenda, pero aprenda bonito. Cultiva el
respeto por los seres vivos. Los niños cuidan de las plantas, protegen a
los animales. La naturaleza es parte fundamental de su desarrollo. Se
fomenta una mirada que se fija en los detalles, que aprecia la belleza y
la magia del mundo que nos rodea, que es bello, y maravilloso.
Si sabemos apreciar la belleza de lo que nos rodea, nos concienciaremos de que hay que cuidarlo y respetarlo.
-REPRODUCIENDO UNA MICROSOCIEDAD DE PEQUEÑOS Y
MAYORES, FUERTES Y DÉBILES, DONDE LOS NIÑOS APRENDEN A RELACIONARSE, Y A
AYUDARSE: En un salón Montessori se vive en sociedad, y se convive. Los niños aprenden a relacionarse, y a sacar lo mejor de las relaciones sociales. Su aprendizaje, y desarrollo dependen de ellas, así que, su instinto aflora, para dar y recibir lo mejor de los demás.
Un aula Montessori reproduce una microsociedad de la que el
niño aprende. Se cultivan relaciones sanas de respeto, ayuda,
cooperación, que fomentan su desarrollo.
-CON HERRAMIENTAS QUE FOMENTAN LA RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS DE FORMA PACÍFICA: Los niños aprenden a resolver sus conflictos de manera pacífica.
Cuando hay un problema tienen la opción de sentarse a hablar, aprenden a
exteriorirzar sus sentimientos, a buscar soluciones pacíficas que les
lleven al entendimiento.
Ojalá todos los adultos tuviésemos la capacidad de sentarnos en una mesa de la paz, para resolver nuestros problemas.
Algunas frases, y citas sobre educación y paz, de María Montessori, que a mí me han hecho pensar:
"La educación es el mejor arma para la paz"
"El niño que ha sentido un amor intenso por su entorno y por todas las criaturas, que ha descubierto la alegría y el entusiasmo en el trabajo, nos da razones para albergar la esperanza de que la humanidad se puede desarrollar en una nueva dirección".
"Cuando los individuos se desarrollan en forma normal, sencillamente sienten amor no sólo por las cosas, sino también por todas las criaturas vivientes."
Para terminar, te dejo un vídeo precioso, donde se refleja por qué Montessori educa para la paz, y cómo lo hace.
FELIZ SEMANA DE LA PAZ
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