Hoy quiero hablar de un juego genial: El juego del Silencio. El juego del silencio, es un juego Montessori,
pensado para que el niño aprendan a conectar consigo mismo, para que
desarrolle la capacidad de escuchar los detalles, la concentración, para
que aprenda a relajarse, a serenarse, autocontrol, paciencia... Como
todo, se aprende con la práctica.
Los niños corren de acá para allá, se alteran, gritan, chillan, esa es
su esencia. Por eso, es difícil conseguir que se sienten a reflexionar,
que busquen la calma...
A veces, es necesario tener un minuto de paz interior, de calma, de tranquilidad, de SILENCIO.
Para sosegarnos, y sosegar también nuestro YO interior, para aprender a
escuchar aquello en lo que no reparamos, para aprender a hablar en bajo,
para cultivar la paciencia, la concentración, la auto-disciplina.
¿Te acuerdas de lo que te hablaba ayer sobre educar para la PAZ?
Refréscalo aquí.
No se trata de OBLIGAR al niño a que acuda a un rincón de pensar. Los niños aprenden jugando. Así que esto es un juego. Se invita al niño a jugar. No es ningún castigo, es un juego.
Se puede jugar forma individual, o de forma colectiva. Hay algunas variantes, y todas ellas son muy interesantes.
JUGAR AL JUEGO DEL SILENCIO DE FORMA INDIVIDUAL:
Que el niño aprenda a buscar sus momentos de paz es importante, que sepa cómo conectar consigo mismo cuándo
le apetezca, que sepa escuchar el silencio. Se trata de cultivar esa
espiritualidad tan necesaria, desde bien pequeñitos. La paciencia, la
calma, saber escuchar... son valores fundamentales.
Jugaremos al juego del silencio de forma progresiva, primero
empezaremos con unos 15 o 30 segundos, e iremos incrementando el tiempo,
a medida que el niño consiga estar en silencio.
El niño se sienta en el suelo, o en una silla, en un entorno tranquilo. Y le explicamos que vamos a jugar al Juego del silencio, y que tenemos que tratar de averiguar qué se escucha en el silencio.
Podemos marcar, también, el principio y el final del juego con algun
instrumento de percusión suave; Una campanita, la nota de un xilófono,
una caja china, un triángulo...
Si al niño le cuesta mantener la calma, quizá le ayude encender una velita para simbolizar ese momento de calma, y fijar su atención en ella, el niño la apagará cuando acabe el juego.
-CON LOS OJOS ABIERTOS:Esta es una buena forma de empezar a jugar a este juego del silencio. El niño aprende a mantener la calma, y se detiene a ver, a observar los detalles, y escuchar lo que le rodea. Invitamos al niño a jugar al juego del silencio; "Vamos a estar en total silencio hasta que se acabe el reloj de arena, y trataremos de averiguar qué se escucha en el silencio". El niño puede jugar sentado en el suelo, o en una silla . Ponemos un reloj de arena de un minuto (Las primeras veces podemos empezar con 20 o 30 segunditos). Cuando el reloj termina, podemos preguntar al niño; qué ha escuchado, cómo se siente... Puedes ayudarte de una velita, y que el peque la sople cuando acabe el tiempo de silencio.
-CON LOS OJOS CERRADOS: Procedemos de la misma manera, pero, en esta ocasión, sí que sería más recomendable utilizar algún instrumento que marque el inicio y final del juego, ya que el pequeño va a tener los ojos cerrados. El peque cerrará sus ojitos. Al principio su mente estará distraída, pero poco a poco, se empieza a escuchar el silencio, poco a poco va llegando la calma... Cuando pasa un minuto se toca la campanita, el niño abre los ojos, y apaga la velita (opcional), para simbolizar el fin de ese momento de calma. Al finalizar le preguntamos qué ha escuchado, es increíble todo lo que se oye en calma, seguramente vamos a obtener respuestas sorprendentes.
JUGAR AL JUEGO DEL SILENCIO DE FORMA COLECTIVA:
También podemos buscar la calma en grupo, cultivar la paciencia, la cooperación, la serenidad, y la paz dentro del grupo...
-DOS ESPACIOS: Buscamos dos espacios que estén contiguos (pueden ser dos habitaciones, una al lado de la otra), un poquito tenues,
que inviten a la serenidad. Vamos a jugar con un grupo de niños. El
adulto o guía se situa en espacio vacío. Y los niños se quedan en
silencio en un espacio contiguo sentaditos, en el suelo, por ejemplo.
"Vamos a jugar al juego del silencio, para eso necesitamos
estar calladitos, y en silencio, os iré llamando uno a uno en voz
bajita, tendréis que estar en silencio para escucharme, y venir
sigilosos para no romper el silencio". La guía empieza a
llamar a los niños, que se van levantando de uno en uno, y acuden al
espacio donde se encuentra la guía, que dice "Ahora va a venir.... María". María se levanta en silencio y va andando al espacio donde está la guía. "Ahora va a venir... Alejandro". Alejandro se levanta en silencio, y va andando al espacio donde está la guía y María....
Cuando los niños llegan a la habitación de al lado, la guía les sonríe, o les susurra algo bonito al oído. Los niños se van sentando en círculo,
(podemos tener un círculo dibujado en el suelo para que les sirva como
guía, con cinta de carrocero, por ejemplo), esperando en silencio, hasta
que llegan todos sus compañeros.
El juego sigue hasta que todos los niños están en el espacio de la guía. Es genial ver cómo lo hacen pausados, cómo esperan en silencio, cómo respetan, cómo cultivan su paciencia...
Al final del juego se les puede preguntar cómo se han sentido, qué han escuchado.
-CONOCEMOS NUESTRO CUERPO: Otra variante de este juego, en grupo, consiste en jugar por pareja. Se les da los peques una cinta con cascabeles cosidos a ella. Un niño sujeta el extremo delantero, y el otro el extremo trasero de la cinta. La clave es conseguir que no suenen los cascabeles.
Podemos preparar un circuíto, por ejemplo, con los listones rojos, o con cinta de carrocero. Los dos niños tienen que hacer el circuíto, sujetando la cinta, sin que suenen los cascabeles, tratando de mantener el silencio. Un niño va delante, y el otro detrás. Tienen que compenetrarse, ayudarse, trabajar en equipo, moverse con calma, con cuidado, con paciencia... Es otra forma de buscar esa serenidad en grupo. Los niños que observan, aprenden tanto cómo los niños que están haciendo el juego en ese momento.
Si este circuíto resulta muy difícil, para empezar podemos trazar una línea recta en el suelo (con cinta de carrocero por ejemplo) y tratar que no se salgan de ella, uno detrás de otro.
¿A partir de que edad se puede jugar al juego del silencio?
Depende de los niños. Pero a partir de los dos años y medio o tres es buen momento. Tengo que decir que he visto peques de un año jugando en grupo, en un salón Montessori, y era un gusto verlos.
Puedes hacer todas las variantes que se te ocurran de este juego tan genial, tanto individuales, como en grupo. Lo más importante, es tener en cuenta que es un juego, y que se trata de cultivar la paz, la calma, la serenidad.
Saber conectar con nosotros mismos, relajarnos cuando lo necesitamos, saber pararnos a escuchar la lluvia que cae, un pájaro que está cantando fuera, controlar nuestro cuerpo, nuestra mente, aprender la virtud de la paciencia, el auto-control... Sin duda, son ejercicios que servirán a los niños durante toda su vida.
Ojalá todas las personas supiésemos encontrar nuestra paz interior.
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