Nosotros, como padres, no tenemos una tarea sencilla. Muchas veces es duro ser el adulto, actuar como padres, tener que decir un firme “No” y ver la carita, y muchas veces enfado, de nuestros hijos.
Para mí lo que lo hace más facil es pensar en el futuro. Como escribí en otro artículo, “No lo olvides! Estas criando a un adulto” para mí repetirme las palabras “Estoy criando un adulto, que hombre va a ser mi hijo si cedo a sus caprichos, si no marco los límites..” me ayuda a mantenerme firme.
Es como si nosotros fueramos las raíces de un arbol, y nuestro hijo el arbol en crecimiento. Para que este árbol crezca firme, fuerte y seguro, necesita unas buenas raíces que lo sostengan y lo protegan. No importan los errores que ellos cometan, tienen que saber que nosotros estaremos allí, que seremos sus raíces, esto es lo que ellos necesitan. Ellos entonces pueden tomar sus propios riesgos y crecer, pues saben con seguridad que si caen o cometen errores, nos tendrán allí.
Nosotros somos las raíces, nuestro hijo el árbol en crecimiento Clic para tuitear
En la vida hay altos y bajos, nuestros hijos tienen que saber que estamos apoyándolos en los momentos bajos, y que estos momentos pasan y que hay que aprender de ellos una y otra vez.
En el día a día nos vamos a enfrentar a los enfados del niño, a que no “estamos de su lado” si nos mantenemos firmes en el establecimientos de límites. Pero esto es necesario, esto es ser el adulto.
Por lo tanto, tenemos que desempeñar el papel de adultos tan bien como sepamos, esto implica mantenerse en la postura ante la ira y la rabieta del niño hacía nosotros, porque tenemos que pensar en el futuro, en su bien mayor, en lo que ellos necesitan, que es a alguien que les de las bases, que les proteja y que les guíe tanto en los días soleados como en los tormentosos.