12.2.21

¿Niños caprichosos o incomprendidos?

 

Cuantas veces habremos escuchado a adultos decir frases como estas al ver a un niño con una pataleta. "Uy!! que caprichoso se ha vuelto! Eso es que en su casa se lo consienten todo..."  Realmente creéis que es así? Que el niño es un consentido? O quizás el niño se comporta de tal modo por que se siente incomprendido o frustrado?
Los niños pasan por épocas en las que fácilmente se irritan o se enrabietan, de hecho existen dos etapas donde este tipo de comportamientos se acentúa más, la primera es alrededor de los dos años y la segunda es la famosa adolescencia. Muchas veces tendemos a pensar que estos comportamientos se dan por que el niño o el adolescente es caprichoso o está consentido, pero no nos paramos a pensar que quizás la raiz de esta "mala conducta" es porque no estamos comprendiendo sus necesidades. 

Me explicaré mejor, a la edad de los dos años los niños pasan por la llamada crisis de la autoafirmación, más conocida como la crisis de los 2 años. Ésta empieza cuando el niño dice la pablabra "NO" con sentido, y termina cuando utiliza la palabra "YO". 
En este periodo el niño está dejando de ser un bebé y se está convirtiendo en un niño, por eso es normal que cuando a esta edad vemos que a veces se comportan de una forma más "madura" y otras veces como un bebé. Estamos ante una época de transición, por lo que debemos aprender a entenderles y a apoyarles.
Como he comentado antes, esta crisis tiene tiene comienzo cuando el niño empieza a utilizar la palabra 'NO" de manera consciente. Ésto se debe a que siente la necesidad de reafirmarse, de hacernos saber que ya puede y es capaz de tomar pequeñas decisiones. Esta necesidad muchas veces tendemos a mal interpretarla pensando que es caprichoso y que si cedemos "lo estaremos consintiendo" . Al no darle esa oportunidad, el niño se siente frustrado e incomprendido y su manera de expresar y desahogar sus sentimientos es con las temidas rabietas.  
Es importante destacar que a esta edad se empieza a desarrollar la confianza en si mismo, por lo que, al dejar al niño tomar ciertas elecciones reforzará su seguridad. Evidentemente no estoy diciendo que todas las decisiones deban pasar por él, pero a veces, el hecho de preguntar pequeñas cosas como "Qué prefieres para cenar esto o esto otro?" o "Por donde te apetece pasear hoy?" pueden marcar la diferencia haciendo sentir al pequeño satisfecho e importante. Esta crisis termina cuando el pequeño utiliza la palabra "YO" con sentido, esto indica que ya es consciente que es un ser individual y único.

La otra etapa a la que me he referido es a la adolescencia. Ésta se divide en dos subetapas, la primera sería la pubertad y abarcaría de los 12 a los 15 años, y la segunda la adolescencia e iría desde los 15 a los 18 años. En ambas subetapas el adolescente sufre un cambio severo tanto a nivel físico, como fisiológico como emocional. Estamos nuevamente ante otra etapa de transición en la que finalmente el niño alcanzará la madurez. Durante este periodo el adolescente busca su independencia a nivel económico, social y emocional. En la primera subetapa, la pubertad, el adolescente pasa por un momento crítico a nivel psicológico, tiene un mar de dudas e incertidumbres, sensación de desánimo y además en algunos casos incluso hay una disminución en las capacidades intelectual, ésto no se debe a una falta de interés o voluntad por su parte, si no que se trata de de una dificultad para poder concentrarse que forma parte de las características psicológicas de esta época. La segunda subetapa es la adolescencia, durante estos años se desarrollan sus intereses con la preocupación de que lugar ocupa él en la sociedad, es decir, el trabajo, la pareja y la responsabilidad social. Como se puede ver entre los 12 y los 18 años el niño ha dejado de serlo para pasar a ser adulto, es un periodo de transición de la vida familiar a la vida social. Además, fisiológicamente el adolescente necesita más horas de descanso, algo erróneamente tachamos de perezoso, cuando realmente es una necesidad, al igual que la tendencia a comer más cantidad.  Son características de este período que se suelen malinterpretar y a menudo no son tenidas en cuenta por las exigencias académicas que hay establecidas. 
En resumen, la adolescencia es una etapa emocionalmente difícil y con muchos cambios físicos y fisiológicos, por eso, es de vital importancia conocer las necesidades y las inquietudes que tienen para poder darles nuestro apoyo y comprensión.

Como conclusión podemos ver que la mayoría de veces los "malos comportamientos" no se deben a que son niños o adolescentes caprichosos, seguramente si les escuchamos y tenemos en cuenta sus necesidades en cada época podremos comprenderles y apoyarles, en lugar de mostrar desaprovación causando así frustración. En cada etapa los niños van desarrollando diferentes aptitudes, seguridad en uno mismo, la responsabilidad, la autocrítica, ... el hecho de no detectar en que momento se encuentran y no ofrecerles nuestra comprensión puede obstaculizar el desarrollo de éstas.

" No viciamos al niño cuando cedemos a sus caprichos, si no, cuando le impedimos vivir impulsándole hacia las desviaciones"

Maria Montessori