Para ello debemos tener en cuenta varios puntos:
>> Los materiales o las actividades deben estar ubicadas siempre en estanterías bajas, de manera que queden a la vista y al alcance del niño. Éstos deberán estar siempre ordenados, limpios y listos para ser usados. Es preferible que hayan pocos materiales y que éstos estén separados entre si para que el niño pueda diferenciar una actividad de otra. Si no os cabe todo, podéis ir rotándolos cada cierto tiempo.
>> En las estanterías los materiales estarán ordenados según la dificultad, colocándolos de izquierda a derecha, y según las áreas (vida práctica, escritura, sensorial...).
>> Cada actividad se presentará en una bandeja distinta con todos los elementos necesarios para poder desarrollarla. Me explico mejor, si se trata de hacer trasvases con líquido o agua, la bandeja deberá tener una jarra con el líquido, un vaso vacío para poder hacer el trasvase y un paño para poder secar los posibles derrames y limpiar todo el material antes de volverlo a guardar. El hecho de colocar cada bandejas con una actividad concreta favorece el orden tanto en el ambiente, como propio orden mental del niño, ya que le ayudará a visualizar cada actividad por separado.
>> Al lado de la estantería donde tengamos colocados los materiales tendremos un cesto con distintas alfombras, tapetes y manteles individuales. Éstos nos servirán para delimitar el espacio de trabajo. Antes de coger cualquier material o actividad, el niño extenderá un tapete en el suelo o un mantel individual si la actividad se realiza encima de la mesa y éste será su área de trabajo, encima de él colocará el material para desarrollar la actividad. En caso que hayan más niños, éstos deberán respetar cada mantel y no interferirán en la actividad a no ser que sean invitados a participar en ella.
Con los manteles y los tapetes el niño se creará el concepto del espacio que dispone para trabajar. Además, el uso de éstos fomenta la concentración del niño ya que evitan las distracciones y permiten centrarse en la tarea que está haciendo.
>>Por último, cualquier material de los que pongamos en la estantería lo habremos presentado previamente al niño. De esta manera él conocerá cada actividad y como trabajar con ella. Además, siempre respetaremos sus tiempos e intereses y no le pondremos materiales que aun no pueda entender, por ejemplo, a un bebé de 18 meses no le ofreceremos una actividad de escritura.
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