Para aplicar el Método Montessori ya sea en nuestras casas o en un
aula, debemos tener en cuenta los tres pilares fundamentales sobre los
que se construye esta filosofía.
>> EL ROL DEL ADULTO
>> EL AMBIENTE PREPARADO
>> LOS MATERIALES
Durante las siguientes semanas hablaré de cada pilar. Hoy quiero empezar por el primero y más importante, el rol del adulto.
¿CUÁL ES NUESTRO PAPEL COMO ADULTO EN MONTESSORI?
Aunque cada pilar complementa a los otros dos, este se podría decir que es el de mayor importancia ya que sin un adulto preparado que sepa observar y detectar las necesidades de cada momento de los niños, los otros pilares no tienen sentido.
En Montessori, siempre se habla de proporcionar al niño un entorno libre de obstáculos que puedan entorpecer su desarrollo y su autonomía. Nosotros, los adultos, también podemos ser un obstáculo si, al igual que su entorno, no respetamos sus necesidades y sus ritmos en cada momento.
Para evitar serlo, el primer paso que debemos dar es cambiar nuestra mirada hacia la infancia y hacia el niño. Debemos confiar en él y en sus posibilidades, dejar que sea él quien dirija su aprendizaje, quien elija con que y como quiere trabajar y aprender. Para ello debemos aprender a observar sin interrumpir o interferir, solo así podremos detectar cuales son sus necesidades en cada momento, sus etapas en el desarrollo, sus periodos sensibles, etc y podremos facilitarle en cada momento ese entorno y esos materiales que le ayudarán en su desarrollo.
"Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo"
-Maria Montessori-
Hace unas semanas escribí sobre la importancia de no interrumpir, os dejo el enlace para que podáis profundizar más si os apetece.
Por otro lado, los niños nos observan mucho más de lo que nos pensamos, por lo que es muy importante predicar con el ejemplo, tanto en nuestro cuidado personal, como en los modales, en nuestra forma de tratar las cosas, hábitos saludables etc. No tiene sentido que le enseñemos al niño a no gritar si después nosotros mismos vamos dando voces por casa...
Si lo que queremos es aplicar la filosofía Montessori en nuestra casa, otro aspecto importante que como adulto deberemos trabajar el sentido de la pertenencia, es decir, fomentar que el niño se sienta una parte importante del hogar y de la familia. Para ello podemos hacerle partícipe de tareas cotidianas (siempre adecuadas según su edad), por ejemplo, cocinar, que haya hecho, asearse, poner la mesa, regar las plantas, hacerse la cama, etc.
Otro punto a tener en cuenta, es que en Montessori no existen ni los castigos, ni los premios, ya sean éstos físicos o verbales como los elógios, pues a pesar de lo que muchos puedan pensar son contraproducentes ya que el niño no realizará las cosas para su propia satisfacción, si no que lo hará para recibir algo positivo a cambio, o para evitar una riña o castigo.
En Montessori en lugar de premiar con recompensas o castigar se muestra al niño las consecuencias lógicas que tienen sus actos. Por ejemplo, en lugar de castigar por no querer recoger las piezas de un puzzle, podemos explicarle que si no las recoge éstas se acabarán perdiendo y ya no podrá volver a montarlo otro día. En el caso de las recompensas se aplicaría del mismo modo pero en lugar de hacer chantaje con un premio (no tiene porque ser algo físico, si no jugar un rato más a algo, por ejemplo) le explicaríamos la consecuencia positiva que tendrá si hace tal cosa.
En cualquier casa, por muy montessorizada que esté, siempre pueden surgir rabietas y conflictos, ya sea entre hermanos o con nosotros mismos. Es importante que dentro de nuestras posibilidades evitemos que se generen este tipo de situaciones. Por ejemplo, cuando se trata de niños pequeños a veces las pataletas que a veces pueden coger son por temas que tienen que ver con sus horarios y rutinas (su hora de comer, su hora del sueño, ...), éstas son fácilmente previsibles pues solo debemos estar atentos y adelantarnos a la situación.
Otras situaciones conflictivas que pueden ser evitables son por ejemplo, tener el cajón donde guardamos los cuchillos al alcance de los niños... sobretodo si son pequeños, es mejor cambiar la distribución y los objetos que puedan ser peligrosos apartarlos de su alcance y de esta manera evitaremos el estar apartando al niño todo el tiempo de ese cajón diciéndole la famosa frase de "eso no se toca".
Evidentemente, no podemos evitar todos los conflictos, para ello, en Montessori existen herramientas como la Mesa de la Paz, un espacio donde se resuelven riñas y peleas a través del dialogo y de expresar como se sienten ambas partes.
Otro punto importante como adultos Montessori es saber gestionar la libertad y los límites. Mucha
gente cree erróneamente que en Montessori no existen los límites, pues
bien es verdad que la libertad es una de las principales premisas para
favorecer el desarrollo del niño. Pero, ¡ojo! no nos confundamos,
libertad no es libertinaje.
En Montessori, se suelen aplicar 3 límites:
>> El respeto hacia uno mismo
>> El respeto hacia los demás
>> El respeto hacia los objetos y el entorno
Los límites que establezcamos siempre deben ser claros, tener sentido común y ser entendibles para el niño. Estos límites deberán ser cumplidos por todos los miembros de la casa, adultos incluidos, ya que esto también ayudará a que los interioricen y los respeten.
Según la edad del niño, se pueden hacer reuniones familiares para poder consensuar entre todos los límites o normas de convivencia.
Cuando nos encontremos ante una situación donde debamos aplicar un límite, éste lo podemos exponer de manera positiva, es decir, explicando lo que SÍ puede hacer en lugar de decirle lo que NO puede hacer. Os pongo un ejemplo, si el niño quiere dibujar en la pared, en lugar de decirle "en la pared NO se pinta!!" podemos decirle "se dibuja sobre el papel". El mensaje final es el mismo pero el enfoque es completamente distinto.
Estos son los puntos principales que debemos tener en cuenta y
debemos intentar aplicar en nuestro día a día. Que no es poco!! Como os
he dicho al principio, en las próximas semanas os hablaré de los otros
dos pilares.