¿Cómo sería la escuela ideal?
La escuela ideal se tendría que adaptar a las necesidades reales de los niños, convirtiéndoles en los protagonistas de su aprendizaje.Debería respetar sus ritmos y priorizar sus intereses y motivaciones, en un espacio de seguridad y crecimiento constante. Una escuela abierta, flexible, cercana e integradora, que no coarte el interés y la curiosidad innata por aprender.
Sería un entorno creativo que respete la personalidad y potencial de cada niño.
La escuela ideal debe promover una educación integral y un aprendizaje integral y vivencial, para ello hay que crear espacios abiertos, en contacto con la naturaleza y entornos preparados, con gran variedad de materiales manipulables, para favorecer ese desarrollo.
¿Y respecto a sus emociones y autoestima?
La escuela ideal refuerza la conciencia y autoestima personal en lugar de fomentar la competitividad. Donde los grupos sean heterogéneos, con niños de diferentes edades y el maestro acompañe los procesos de aprendizaje de los niños.
En definitiva un entorno donde los niños vivan con ilusión y pasión sus propias vidas.
Que facilite su desarrollo como personas críticas, creativas, entusiastas, tolerantes, flexibles, emprendedoras, con capacidad de análisis e iniciativa propia, respetuosas con los demás y con el medio natural, individualmente distintas. Una escuela donde sociedad, familias y profesionales de la educación cooperen en un proyecto común.
La escuela y la vida deben ir unidas.¿En que falla fundamentalmente el sistema educativo?
El sistema educativo se creó en una época distinta para responder a retos diferentes a los de hoy en día.
No se puede educar a los alumnos con los mismos métodos del siglo pasado, ya que el mundo está cambiando a un ritmo vertiginoso, nos encontramos con muchas escuelas que siguen recurriendo a metodologías heredadas del siglo XIX: grupos homogéneos, currículos cerrados y no centrados en los intereses del niño, fomento de la competitividad frente a la colaboración, desconsideración hacia la diversidad individual, figura autoritaria del maestro, separación artificial entre el mundo real y el académico.
¿Existe demasiada presión por los resultados?
Obsesión por el resultado, diría yo. Ya desde pequeños los niños están sometidos a mucho estrés. La tensión de medirse con los otros y las que soportan por un suspenso es un drama en su vida y genera mucha ansiedad desde que son pequeños.
Esa tensión empieza con la escasa conciliación familia-trabajo. Las familias tienen poco tiempo para estar con sus hijos. Desde bebes tienen que ir a en escuelas infantiles donde hay una presión enorme para adelantar el aprendizaje formal, lejos de reforzar su voluntad por el aprendizaje los niños tienen que realizar fichas y más fichas sin ningún significado.
Los niños tienen que aprender de la misma forma y al mismo ritmo. En primaria memorización, exámenes, deberes, muchas normas, poco juego, notas... Que pasa que los menores llegan a secundaria con una escasa motivación y autoestima. No han descubierto lo que se les da bien, no saben cuáles son sus talentos.
¿Es compatible aprendizaje y libertad de elegir aprender o todo debe ser impuesto?
Sin duda es compatible. El aprendizaje es una función vital de todo organismo vivo. El proceso de aprender se inicia dentro de la propia persona como respuesta a una necesidad básica, biológica, y no es un proceso de condicionamiento exterior de fuera hacia dentro. Por tanto se aprende aquello que a uno le interesa, no aquello que se impone.
Por eso, cada aprendizaje es un proceso individual. Se podría decir que es un viaje desde dentro hacia fuera.
¿Todo aprendizaje parte de la necesidad espontánea de conocer pero sucede de manera distinta en cada individuo?
Los niños aprenden de muy diversas maneras. Por ello, considero que no hay que imponer a los niños un conjunto de conocimientos establecidos que hay qué aprender cada uno, ni mucho menos cómo hacerlo ni cuándo. Lo que se aprende por uno mismo permanece en uno para toda la vida.
Cuando un niño descubre algo por sí mismo, las conexiones neuronales que esto crea son más ricas, complejas y sólidas que las que se producen con el simple aprendizaje memorístico. Por eso lo que se aprende es importante, pero muchísimo más importante todavía es cómo se aprende.
¿Has podido llevar a la práctica todo esto en Espacio para Crecer?
En nuestra escuelita, el protagonista del aprendizaje es el propio niño, sus intereses y sus necesidades de desarrollo.
Este proceso activo, más rico y complejo, lleva a conocimientos más sólidos porque tienen sentido para el niño. Además, son conocimientos interconectados y no fragmentarios. Las niños no aprenden datos aislados. Esta forma de aprender respeta la curiosidad y la creatividad naturales de los niños, que las conservarán toda la vida.
¿Cuál es la clave de la motivación en el aprendizaje?
La motivación personal puede llegar de la libertad de la elección en el aprendizaje, del desarrollo natural en el medio adecuado y adaptado a las necesidades personales, a la creación de espacios que responden a las demandas de cada niño.
Siempre en un entorno y ambiente acogedor y afectivo en el que el niño se encuentre seguro. Los padres y educadores tienen que ayudar al niño a descubrir sus potencialidades, a elegir cuál es su dominio, que es lo que le gusta, lo que le apasiona y facilitarle el que pueda explorarlo, aprenderlo y motivarse por ello.
¿Cómo nace de verdad la motivación por aprender?
La motivación por aprender aparece espontáneamente cuando los niños están ante situaciones reales: cuando tienen que resolver un problema que les afecta, cuando tienen que buscar una solución, cuando se encuentran ante un problema que les ocupa o preocupa, entonces aprenden a solucionar problemas en el mundo real y no en el cuaderno de ejercicios.
Los niños aprenden de aquello que les interesa, de aquello que está en su mundo más cercano, de aquello que está relacionado con ellos.