1.7.19

Entrevista a Cristina Sanz de Life Skills, experta en Pedagogía Montessori

Marián C: Para empezar, me gustaría preguntarte, especialmente para todas aquellas personas que no conocen todavía la metodología Montessori en profundidad, ¿nos puedes resumir brevemente en qué consiste y cuáles son sus principales diferencias en relación con otras metodologías educativas?
Cristina S: La educación entendida desde la perspectiva de la Dra. María Montessori es una concepción nueva, incluso hoy en día, usualmente conocida como Pedagogía Científica. Esto significa que es fruto de lo observado en los niños y no parte de una teoría o corriente defendida ideológicamente. La Dra. María Montessori pone en entredicho lo que se suponía tenía que ser la educación de los niños y niñas, y se embarca en la observación de niños y niñas de todo el mundo, descubriendo así la forma y naturaleza en que aprenden los niños. Basándose en esa forma de aprender y de sus necesidades, distintas en cada etapa de desarrollo, se va conformando la filosofía y el método Montessori. En Montessori el niño está en el centro de su propio aprendizaje, siendo la Guía -o maestr@- y el ambiente preparado los otros 2 elementos que ayudan a cada niñ@ a hacer florecer todas sus potencialidades.
Fundamentalmente, el niño nace con una mente absorbente y con el “élan vital” que hace que aprenda y se desarrolle de forma natural, el rol del adulto es alentar, y no impedir este desarrollo natural que le es propio a cada ser humano. Crear un ambiente en el que pueda ser autónomo y crecer en seguridad y confianza en sí mismo es el primer paso para que pueda continuar otros aprendizajes más complejos. En esencia se trata de una ayuda a la vida, vida que se desarrollará para un bien mucho más grande, la paz para la humanidad, si dejamos de ofrecer toda ayuda innecesaria por considerarse un obstáculo al desarrollo natural de casa ser y tenemos fe en cada niñ@.
Lo más revolucionario es que el niño sabe lo que necesita y el hecho de poder escucharse a sí mismo y ser su propio maestro en primer lugar supone un cambio de paradigma para el adulto. A medida que va ganando en autonomía, seguridad, desarrollo sensorial, lenguaje y poder de observación, el niño va necesitando cada vez menos al adulto cuya principal función es observar las necesidades del niño para poder entenderlo mejor y saber de qué forma guiarle y ofrecerle experiencias relacionadas con sus necesidades y habilidades. Cuando uno tiene todo a su alcance puede desarrollar su sentido de capacidad, dignidad y respeto mutuo.
Los ambientes se organizan con niños de 3 edades distintas permitiendo así un microcosmos en el que el aprendizaje y la convivencia entre grandes y pequeños hacen florecer un clima de colaboración y de camaradería. Los niños escogen las actividades que realizan cada día  tras habérselas presentado en primer lugar la Guía. Es necesario un ambiento ordenado, en calma para que se desarrolle esta libertad de forma armoniosa para tod@s. Libertad y límites, libertad y orden, 2 fuerzas que aprendemos a combinar como adultos para el bien de tod@s.
MC: ¿Cuál consideras que puede ser la mayor aportación que la metodología Montessori puede proporcionar al panorama socio-educativo que estamos viviendo en la actualidad en nuestro país? ¿Qué acciones se están llevando a cabo a día de hoy en España desde esta metodología?
CS: Saber quién es uno, conocer sus virtudes sin complejos y seguros de que el error no es un fracaso, o no me convierte en un fracaso, sino que es algo natural y de lo cual no me avergüenzo. Montessori hace que cada ser confíe en sí mismo, se respete y ame, y ame a los demás y al mundo que le rodea. Autoestima y compasión a partes iguales, agradecimiento y colaboración que combinado con la creatividad que caracteriza a estos niños que crecen en un ambiente de calma, respeto y rigurosidad hace que reviertan esa bondad en ayudar al mundo que les rodea. Se trata de preservar la dignidad del ser humano y su capacidad de aportar y aprender, prosperar, ayudarse y ayudar a otros.
MC: ¿En qué ámbito se puede aplicar la metodología Montessori y desde qué etapa de edad? ¿Es una metodología aplicable principalmente a la educación en casa desde las familias o más bien enfocado desde las escuelas o centros educativos o quizás desde ambos ámbitos?
CS: Ojalá que esté presente en ambos entornos y los progenitores la conozcan desde la misma concepción. Montessori es una ayuda para la vida por lo que es una visión preventiva de muchos problemas mentales derivados de una baja autoestima o de falta de control percibido por uno mismo por ejemplo, estos pueden aparecer a lo largo de la vida de un ser humano si no se ha podido desarrollar en un ambiente alentador, amoroso y predecible en el que me siento capaz y en el que puedo elegir. Cuando tanto en casa como en la escuela se brinda a cada ser humano la posibilidad de escucharse a sí mismo y de desarrollar todas sus potencialidades latentes de una forma respetuosa sin forzar ni juzgar sus fracasos o logros desde fuera, entonces aprende a quererse tal y como es y a encajar el error como algo normal en la línea de la vida. Desde las escuelas Montessori se sensibiliza y se informa de los beneficios de adaptar la casa para la edad del niño y de como alentar su iniciativa y autonomía desde una edad muy temprana. Ese será sin duda alguna, el mejor legado que les podamos dejar.
MC: A parte de guía Montessori, eres también entrenadora y facilitadora de Disciplina Positiva ¿Consideras que ambas metodologías son complementarias? ¿Hasta qué punto coinciden o se diferencian en sus principios o métodos educativos?
CS: Así es, coinciden en algo esencial, el maestro es el niño. Cuando miramos hacia dentro de uno mismo para encontrar respuestas con el apoyo alentador del entorno externo, tanto las personas como el ambiente me ayudan a conseguir lo que me propongo. No se basan en premios ni castigos, la motivación extrínseca es un obstáculo al desarrollo personal, por lo que no tienen cabida. Las dos son filosofías humanistas que creen en el ser humano como agente de cambio y le brindan experiencias en primera persona para poder seguir avanzando y creciendo con respecto a sí mismo. La colaboración es otro de los pilares en ambas, la cual convierte el trabajo para uno mismo y para ayudar a los demás en algo esencial.
El sentimiento de comunidad y el aprendizaje significativo son las grandes guías del clima del grupo. Las herramientas del adulto Guía son la observación, confiar en el niño y crear un vínculo de respeto mutuo que genere confianza y seguridad en uno mismo, no sumisión. Se desarrolla algo muy impactante: la obediencia hacia el maestro por parte de los niñ@s. Sin embargo esta obediencia no es ciega y por miedo hacia el adulto, sino que es un proceso progresivo y voluntario que nace del amor y de la confianza mutua que se va desarrollando entre la Guía y la niña. Nace así la autodisciplina, el niño quiere hacer lo correcto cuando nadie le está mirando. Disciplina Positiva habla de lo mismo, desarrollar la capacidad de autoregularse y de decidir por uno mismo, algo que le lleva al ser humano a desarrollar habilidades que les permiten ser responsables, resolutivos, resilientes, autosuficientes y compasivos. La libertad con límites o libertad con orden ayuda a adquirir a definir el carácter de cada niñ@.
En Disciplina Positiva lo llamamos amable y firme a la vez, es esencialmente el mismo concepto que permite el respeto hacia los niños y hacia uno mismo. Adler y Montessori fueron contemporáneos y reconocían mutuamente su labor. Fueron dos grandes médicos especialistas en la salud mental, al servicio de la mejora de la humanidad, sus teorías en torno al desarrollo del carácter coinciden en lo esencial: para prosperar necesitamos ser alentados, ayudados, más no rescatados o castigados. “Lo que haces por mí me lo quitas” dice María Montessori. Todavía hoy siguen siendo revolucionarias sus visiones de la educación como una ayuda a la vida, al desarrollo humano holístico que crea ambientes y comunidades de paz que hagan avanzar el mundo hacia una posibilidad de mejora. La salud mental empieza por dejar al ser humano ser, contribuir y enfocarse en buscar soluciones a los problemas que vamos encontrándonos.
MC: ¿Qué recomendación darías a todas aquellas familias o profesionales de la educación que quieran iniciarse o profundizar un poco más en el método Montessori, por dónde les recomiendas comenzar, por ejemplo, por cuál libro, curso, etc.?
CS: Formarse en la pedagogía Montessori si desarrollan su trabajo en un entorno de escuela, formándose como Guías Montessori para conocer cómo aprenden los niños y niñas y trabajar desde el aquí y ahora. Es una formación transformadora al igual que Disciplina Positiva y la Psicología Adleriana. Ambas son la columna vertebral de muchas corrientes actuales, como la Gestalt, las Constelaciones Familiares de Berte Hellinger, la logoterapia de Victor Flankle.
Estos 2 libros son una buena manera de empezar para conocer la visión Montessoriana:
“Un Ser Humano” de la Dra. Silvana Quatrochi Montanaro, colaboradora de María Montessori. Habla de la importancia de los 3 primeros años de vida, descubrirán como no ser o poner obstáculos a los niños desde que nacen, e incluso cambiar de mirada antes de nacer.
“La Mente Absorbente del Niño” de la Dra. María Montessori, es un libro esencial que toda familia y maestro deben de leer para comprender cuál es el verdadero rol del adulto para un ser que se está construyendo a sí mismo día a día, segundo a segundo.
Si quieren realizar un curso introductorio para poder entender bien la filosofía Montessori y llevarlo a la práctica en casa, los cursos de Asistente de Guía son una excelente forma. Suelen durar de 1 a 2 semanas y constituyen una introducción rigurosa que ayuda a las madres y padres a tener una idea correcta de lo que verdaderamente es Montessori. Así mismo son la cualificación mínima que necesitarán las futuras Guías Montessori para poder trabajar de asistentes junto a las Guías en un ambiente Montessori.