En Montessori Village tenemos una filosofía clara y definida, trabajamos para crear un ambiente familiar, tranquilo y seguro. Y es por eso por lo que procuramos que los padres y madres de las escuelas estén presentes en nuestra comunidad Montessori. Todos los años, les invitamos a qué observen en nuestros ambientes a sus hijos e hijas. De esta manera, mostramos que somos una escuela transparente.
Con estas Jornadas de Observación, queremos que los padres sean participes de nuestro proyecto y que se sientan involucrados en la educación de los niños. Además, creamos un ambiente de confianza con las familias y cuidamos la comunicación que reciben las familias. De esta manera, confían en nosotros y encuentran un mentor educativo que respeta a sus hijos e hijas.
Para demostrar que somos una escuela con valores basados en la pedagogía Montessori, hemos preguntado a cuatro padres y madres que han observado en Casa de Niños sobre cómo ha sido su experiencia.
Guía de observación en el ambiente
Solemos abrir las puertas del ambiente de Casa de Niños, una o dos veces al año, para la observación del trabajo en el aula. Previamente, informamos a los padres y madres de las pautas a seguir durante el arte de la observación científica en el aula Montessori.
- Evitar el contacto con los niños y con la guía. Lo más importante es que no se sientan observados. Si un niño se acerca, siempre contestarán “estoy observando como trabajáis”.
- Observar primero el contexto general para posteriormente centrarnos en el niño.
- Observar las actividades que se dan en las distintas áreas.
- Observar cómo utilizar y cogen los niños el material.
- Observar la interacción de la guía con los niños.
- Observar los flujos de trabajo en la mañana.
- Observar cómo se relacionan entre ellos los niños y su actitud en el ambiente.
- Anotar la impresión final sobre el ambiente.
Los padres y madres deben ser meros observadores, sin interactuar y sin participar en el trabajo diario de los niños en el ambiente.
Testimonio de padres y madres en nuestra escuela transparente
Dos madres y dos padres nos cuentan su experiencia en las Jornadas de Casa de Niños.
“Es una experiencia interesante acudir al ambiente para ver cómo se desarrolla un ciclo de trabajo. Fue sorprendente ver cómo niños de entre 3 a 6 años se autogestionan, son autónomos, eligen el material libremente y trabajan. He observado como las guías están pendientes, de manera no directa, de los niños. Algunos niños estaban realmente concentrados en su trabajo, sin distracciones”. Belén, madre de una niña de 5 años.
“Fue una experiencia muy positiva y enriquecedora para padres y madres y niños y niñas. La recomiendo gratamente a todos los adultos de la escuela. Se mueven libremente por el ambiente, cogen el material que está a su alcance y trabajan. He percibido cómo los niños dominan el ambiente y se sienten cómodos. Es una maravilla ver a mi hija como interactúa con sus compañeros y guías. Me ha sorprendido la facilidad que tienen al resolver pequeños conflictos entre ellos e incluso cómo otro niño les ayuda a conciliar y a buscar una solución. He sentido cómo se apoyan unos a otros. Para terminar, lo que más me ha gustado es el ambiente de respeto mutuo que se respira protagonizada por una relación horizontal”. Gerardo, padre de una niña de 3 años.
Dos testimonios más de padres y madres
“Había un ambiente de concentración muy marcado, tanto de los niños que trabajaban individualmente como los que trabajaban en grupo. Observé como las guías estaban compenetradas y coordinadas entre ellas, cada uno con su papel (presentando, observando …). Me impresionó como con una sola mirada, sin necesidad de hablar, reconocían la necesidad de asistencia entre ellas”. Andrea, madre de un niño de 4 años.
“Mi impresión personal fue que construí una película real de lo que vivían mis hijos y lo que pasaba en el día a día en el ambiente. Me dediqué a observar y para la mayor parte de los niños pasé desapercibido. Cada niño y niña estaba concentrado en su trabajo y a su ritmo, incluso nada de lo que pasaba a su alrededor les distraía de su tarea. Me sorprendió como algunos niños sabían perfectamente con qué querían trabajar en esa mañana. Me llamó la atención que tanto adultos como pequeños formaban un equipo, como si fueran uno en el ambiente, marcado por una relación horizontal”. Javier, padre de dos niños de 3 y 5 años.