FINLANDIA, UN MODELO EDUCATIVO (II)
AUTOR INVITADO: XAVIER MELGAREJO DRAPER, doctor en Pedagogía y autor del libro Gracias, Finlandia.
Hablar de uno de los sistemas educativos más admirables del mundo, como es el de Finlandia, sin tener en cuenta la visión social que ese país ha ido construyendo en los últimos años sobre la familia, daría lugar a un análisis muy pobre y parcial. Si en el anterior artículo hicimos un sobrevuelo sobre sus estructuras esenciales y nos centramos luego en el extraordinario soporte sociocultural, hoy pretendemos ofrecer una síntesis de cómo las familias se involucran muy seriamente en la educación de los hijos.
La sociedad finlandesa ha debatido intensamente para clarificar cuál es su concepto de familia. Como resultado de ese debate, la familia finlandesa es hoy decididamente postpatriarcal y está concebida con una gran libertad para organizarse. El papel del padre ya no es central: generalmente la madre (o quien ocupe el rol materno) ejerce el papel principal. Hasta épocas recientes, la madre estaba muy protegida porque se consideraba que era la más competente para mantener a raya el nivel de pobreza infantil. Actualmente no hay discriminaciones en los derechos y deberes de educar y de mantener a los hijos por razones de género, identidad sexual, ideología, religión o nivel socioeconómico.
En Finlandia existe la creencia generalizada que la familia solo debe mantenerse sobre la base del afecto, el respeto y la igualdad de derechos y deberes. Eso incluye que las tareas domésticas son responsabilidad de todos los miembros. Por eso en las escuelas de Primaria se enseña a todos los niños y niñas a planchar, a coser, a cocinar y a arreglar las cosas esenciales de las viviendas.
En el país domina el valor luterano de la responsabilidad y la disciplina personal sobre la propia vida (aunque la práctica religiosa es tan limitada como en España). Y la familia finlandesa no tiene la menor duda de que es la primera responsable de la educación de sus hijos, y eso se traduce en un gran seguimiento por parte de los padres de la evolución educativa de sus hijos e hijas (aunque el papel de las asociaciones de padres es menor que en España). Padres y madres muestran un gran respeto para los profesores y por la educación y, lo más importante, así lo transmiten a sus hijos e hijas.
En los hogares finlandeses los niños observan cómo sus padres y sus madres son ávidos lectores de periódicos y libros. Es más, casi el 80% de las familias acuden con ellos frecuentemente a las bibliotecas de todo tipo.
Por otra parte existen mecanismos que garantizan la compatibilidad laboral y la vida familiar, especialmente para las mujeres. La mitad de la población adulta se encuentra en proceso de formación permanente, una de las tasas más altas del mundo. La mayoría de la gente quiere mejorar y aprender, y eso sirve de ejemplo y estímulo para el estudio a los hijos e hijas.
Mientras que el 12% de los niños españoles vivían en situación de pobreza (con datos anteriores a la crisis), las ayudas a la infancia y la familia permitían que, según la Unicef, la cifra baje al 4% entre los niños finlandeses.
Ese
fuerte compromiso con el Estado del Bienestar, especialmente centrado
en las mujeres, llega a compensar las complicadas consecuencias de que más del 50% de las familias hayan pasado por divorcios.
Muchos progenitores están separados más de dos o tres veces, lo que
lleva a una enorme complejidad de las estructuras familiares.
Uno de los aspectos más significativos es que el nivel de violencia de género es bastante más elevado en Finlandia que en la media europea, en lo que probablemente influya el hecho de que la pobreza en Finlandia es mayoritariamente masculina. Hay muchos hombres que viven solos o en pensiones.
En caso de separación, la pareja que no convive con los hijos debe aportar una cantidad proporcional al sueldo por cada uno de los hijos (de unos 200 euros al mes). El Estado aporta unos 100 euros al mes por cada hijo o hija hasta los 18 años, y los municipios pueden incrementar esa cantidad para atraer la llegada de la población. En caso de separación, estas ayudas van íntegramente al cónyuge que los tiene en custodia.
Hay ayudas para los alquileres sobre todo si hay hijos: nadie se queda en la calle, sin protección ante la adversidad. Como el Estado garantiza la financiación para todos los niños y niñas en lo que atañe a la escolaridad, salud y vivienda en todos los aspectos, ello hace que la cantidad extra para la manutención de los hijos no sea muy elevada.
El extraordinario sentido de la independencia, la autonomía y la responsabilidad que tienen los finlandeses hace que de cada persona deba responsabilizarse de su situación económica una vez que la estructura familiar se ha disuelto. Parece claro que si las tasas de separaciones o divorcios fueran la causa del fracaso escolar, en Finlandia debería haber mucho mayor fracaso que en otros países de la OCDE. Y ocurre justo lo contrario, porque para aquel país hay algo esencial: combatir la pobreza infantil.
La experiencia finlandesa resulta muy inspiradora, pero pienso que deberíamos ser capaces de pasar de la admiración genérica a plantear propuestas concretas.
Propuestas para implantar en España
1. Luchar denodadamente contra la pobreza infantil. Mi propuesta es que nuestra actual situación de debilidad dé paso a una prioridad estratégica nacional, de tal forma que, a medio plazo, la baja tasa de pobreza infantil sea una de las principales características de la sociedad española.
2. Reconocer y amparar una gran libertad para organizarse y definir lo que es una familia, basado siempre en el afecto, el respeto y la igualdad de derechos y deberes entre los cónyuges.
3. Fomentar la responsabilidad familiar en la educación de los hijos, hasta conseguir que la sociedad en su conjunto asuma que las familias son más responsables de la educación que las propias escuelas.
4. Fomentar intensamente el hábito de la lectura en el ámbito familiar, ya que se ha demostrado la relación entre la cantidad de libros en casa y la mejora de los resultados en los informes PISA.
5. Crear los mecanismos estatales que garanticen la compatibilidad laboral y la vida familiar, de forma muy especial para las mujeres.
6. Incentivar la formación permanente de la población adulta, por gran su valor ejemplar ante los niños y para evitar la dura realidad del bajo nivel de estudios de más de la mitad de la población española.
7. Proteger a quienes se quedan en la calle sin protección ante la adversidad, especialmente a los niños y jóvenes. De otro modo, ¿cómo querrían esos ciudadanos pertenecer a un país y esforzarse por él si este les abandona en la adversidad y el sufrimiento?
Nota sobre el autor invitado
XAVIER MELGAREJO DRAPER (@MelgarejoXavier) es doctor en Pedagogía por la Universitat Ramon Llull y licenciado en Psicología por la Universitat Autònoma de Barcelona. Ha sido director del Colegio Claret, de Barcelona.
Es un extraordinario experto en el sistema educativo de Finlandia, a cuyo estudio ha dedicado más de 12 años. Sus conocimientos los plasmó inicialmente en su tesis doctoral, titulada El sistema educativo finlandés. La formación del profesorado de educación primaria y secundaria obligatoria (URL). Pero quiso ir más allá del ámbito académico y ha publicado el libro Gracias, Finlandia. Qué podemos aprender del sistema educativo de más éxito (Plataforma Editorial, Barcelona, 2013). Este libro fue lo que me llevó a él.
El
libro me ha interesado y me ha gustado muchísimo. Lo considero
imprescindible para ir más allá de los titulares de prensa en el
conocimiento de lo que es un buen sistema educativo. A partir de su
excelente conocimiento general del país, describe perfectamente las
esencias del sistema finlandés y, además, las traduce en ideas y
sugerencias países como España, que tan necesitado está de ellas.
Así que considero que cualquier interesado en la educación, en general o en lo que se refiere a sus hijos, lo mejor que puede hacer es leerlo cuanto antes. Por otro lado, a muchos os interesará saber que el libro será objeto de una presentación pública en Madrid el próximo miércoles 7 de mayo. Será en la sede de CEDRO, en la calle Miguel Ángel, 23, 4ª planta, a las 19.00.
Cuando hablé con Xavier para proponerle que escribiera en este blog sobre el modelo finlandés su respuesta fue entusiasta, y enseguida acordamos que serían no uno, sino tres artículos:
1. El primero, con un enfoque general y desarrollando las estructuras socioculturales de apoyo.
2. El segundo, centrado en la participación de las familias dentro del sistema.
3. El tercero, centrado en las propias escuelas y en los profesores.
Los lectores del libro podréis conocer directamente el estilo personal de Xavier. Tiene una capacidad de empatía, responsabilidad social, entrega y capacidad de gratitud verdaderamente admirables. De hecho, en el libro incluye un emotivo apartado de agradecimientos de nada menos que 12 páginas. En estos desabridos tiempos, ver esa capacidad de dar las gracias es algo singular. En el propio libro cita su experiencia con el cáncer de pulmón que se le diagnosticó, con muy mal pronóstico, hace tres años. Lo ha contado junto a Josep Maria Cervera en el libro Ante la adversidad, amor y libertad (Editorial Claret, Barcelona, 2012).
Así que Xavier Melgarejo no es solo un experto profesional. Es un ejemplo personal.