14.9.20

El Diccionario: guardián de sabiduría

 

En la mesa familiar aprendí de nuestros padres un hábito cuyos beneficios, siempre en constante expansión, nunca me cansaré de bendecir: el uso del diccionario. A diferencia de otras familias, en las que hay en un lugar prominente una biblia sobre un atril, nuestro libro maestro era el diccionario, y también reposaba sobre un atril.

Además de usarlo constantemente en las conversaciones del comedor para dirimir nuestras diferencias de opinión, que muy a menudo giraban en torno al idioma, la fuerza del ejemplo de papá nos enseñó a leer siempre en compañía de un diccionario.

Esta costumbre probablemente tuvo mucho que ver con mi elección, a muy temprana edad, de la profesión de intérprete y traductora. Aún con más ahínco ahora que antes, me es absolutamente indispensable leer acompañada de por lo menos un diccionario.

Y aunque el diccionario es una obra humana y, como tal, susceptible de contener errores, sus páginas están llenas de más conocimiento que el simple hecho de definir el significado de listas de palabras ordenadas alfabéticamente.

Los réditos intelectuales generados por la inversión en su consulta permanente se evidencian en la adquisición de un pingüe vocabulario, mucho más amplio que el del promedio de la población; además, mejora cada vez más la comprensión de lectura. Cuando se dispone de un vocabulario rico, es más y más fácil escribir. Si al hacer la consulta prestamos atención a la escritura de las palabras, adquiriremos ortografía. El diccionario fija el uso correcto de las palabras. Nos indica su función morfológica, y su etimología.

He aquí algunos aspectos que deben tenerse en cuenta en el momento de consultar un diccionario monolingüe:

1. En los diccionarios impresos, al iniciar la obra, por lo general figura una lista de abreviaturas, y su significado. En los diccionarios digitales, el significado de las abreviaturas aparece al acercar el puntero a ellas. Ejemplos de algunas abreviaturas comunes: U.t.c.s: úsese también como sustantivo. O también: Apl. a pers: aplicado a personas.

Sin importar cuál sea el formato del diccionario (impreso o digital), es importante tener en cuenta las abreviaturas, pues ellas nos dan información valiosa sobre la palabra, su uso y la función morfológica que podría desempeñar en la oración.

2. Algunos diccionarios incluyen referencias etimológicas, muchas de ellas también en forma de abreviaturas. Hay diccionarios que remontan la referencia etimológica mucho más allá de la lengua de procedencia inmediatamente anterior. En estos casos, podrían decir algo similar a: “De la lengua XXX, y esta, de la lengua YYY”. Acostumbrarse a prestar atención a la etimología no solo nos hace conocedores del origen de la palabra, sino que cultiva la capacidad de deducción del significado de otras palabras que encontremos en el futuro. Así, por ejemplo, si hoy buscamos la palabra “cuñado”, cuya raíz latina es ‘cognatus’ (pariente, similar a un hermano), quizá al toparnos en un futuro con la palabra “cognado” podamos presumir fácilmente que quizás tenga un significado similar a “cuñado”, presunción acertada, ya que “cognado” se refiere a dos palabras que están emparentadas entre sí (son similares).

Siempre que ejerzo como maestra, una de las principales recomendaciones para mis alumnos es no ahorrar diccionario. Con ello quiero decir que no debe escatimarse la oportunidad de consultarlo. No hacerlo equivale a privarnos de un acervo de conocimiento lingüístico y de otras índoles, y de hacer una constante gimnasia intelectual. La tecnología actual hace mucho más fácil la consulta, pues hasta en el teléfono se pueden tener varios diccionarios. Pero si usted no tiene diccionarios digitales, le recomiendo, amigo lector, que anote donde pueda la nueva palabra que oyó o leyó, y cuyo significado no conoce, y la consulte tan pronto esté al lado de su diccionario.

El siguiente es un excelente ejercicio para tener un vocabulario en constante evolución y crecimiento. Lo recomiendo porque lo he practicado durante años, y puedo dar fe de sus beneficios (usted puede empezar a practicarlo haciendo consultas en los diccionarios que aparecen en este artículo, en la nota de pie de página):

  • Consulte la palabra en el diccionario, siempre teniendo en cuenta las abreviaturas y la etimología.
  • Haga un mínimo de dos oraciones con esta palabra que para usted es nueva.
  • Durante el día, repita la palabra varias veces a fin de que se fije en la memoria.

Al estar siempre dispuesto a darnos su generoso aporte, independientemente de lo que haya motivado su consulta, el diccionario es un auténtico guardián de sabiduría. Es el libro de los libros, pues es la llave maestra que ayuda a leer todo lo demás. Aunque él mismo casi nunca se lea de tapa a tapa, es quien nos da su sabia y dadivosa mano para hacernos mejores hablantes, mejores lectores, mejores escritores, y ¿por qué no? mejores oyentes.