Hoy tengo el gusto de enseñarte un cole público de nuestro país donde la ilusión y la pasión de unos maestros hicieron posible el cambio. Montessori en la educación pública es posible. Querer es poder.
Quiero presentarte a Ángela, la maestra responsable de este cambio. Ella nos va a contar cómo fue posible, cómo empezaron y cómo se organizaron para trabajar siguiendo la metodología Montessori.
UN AULA PÚBLICA MONTESSORI. EL CAMBIO FUE POSIBLE
Mi nombre es Angela Velayos , soy maestra de Educación infantil y primaria y madre de dos niñas.
Cuando empecé a trabajar en escuelas infantiles, comencé a investigar y a formarme en metodologías como el trabajo por proyectos. Una vez que aprobé las oposiciones, me inicié en el trabajo por proyectos con mis alumnos, a veces, combinándolos con libros de fichas. Aunque esta forma de trabajo me gusta mucho, sentía que algo faltaba. Tras unas jornadas de educación, empecé a interesarme por la educación Montessori, leí mucho e hice un par de cursos intensivos de fin de semana. Gracias a que mi amigo y compañero siempre me ha seguido, juntos decidimos emprender la aventura de “montessorizar” nuestras aulas cuando empezamos con un grupo de tres años. Después hice el máster de guía Montessori, pues sentí la necesidad de tener una formación más sólida.
LOS INICIOS CON LAS FAMILIAS DEL COLEGIO ¿CÓMO PLANTEAR EL CAMBIO A LOS PADRES?
A los padres les informamos en la primera reunión, y en el periodo de adaptación, nos acompañaron los dos primeros días. Desde ese primer momento, las bases de esta metodología ya estaban en nuestras aulas, el ambiente estaba preparado por áreas y podían trabajar tanto en las mesas como en las alfombras.
Después de tres años algunos padres nos han confesado que tras la primera reunión, no tenían muy claro cómo iban a aprender sus hijos, pero que con el tiempo, han descubierto lo felices que han estado y las muchísimas cosas que han aprendido cada día; sobretodo han destacado la curiosidad y las ganas de aprender que tienen.
¿CÓMO ADAPTASTEIS EL AULA TRADICIONAL A UN AMBIENTE MONTESSORI?
Al principio, no teníamos mucho material Montessori, simplemente adaptamos el que teníamos y poco a poco, fuimos incorporando el material Montessori. Este fue comprado por los padres y como no teníamos libros, la inversión fue mucho menor que si hubieran comprado libros de trabajo.
El incorporar esta forma de trabajar en el aula, nos ha permitido trabajar de una manera más individualizada. Cada niño realiza las actividades en función de sus necesidades e intereses, cada uno a su ritmo, sin presiones ni agobios. Esto permite que el ambiente sea mucho más relajado y tranquilo, apenas hay tiempos muertos y los niños desarrollan una gran independencia y autonomía.
Al principio, como teníamos 27 alumnos, hacíamos las presentaciones en gran grupo y de forma individual. En cuatro años, la mayoría de las presentaciones ya eran individuales o en pequeños grupos.
¿CÓMO FUNCIONA LA METODOLOGÍA DE APRENDIZAJE Y EL CURRICULO?
Hemos complementado el trabajo a través de ambientes preparados con el trabajo por proyectos y ha resultado ser una combinación muy acertada. Al tener la tranquilidad de que los contenidos curriculares ya están en el ambiente preparado, nos hemos podido permitir trabajar proyectos que han sido propuestos por los alumnos, aunque también nosotros hemos propuesto algunos. Realizamos muchas actividades experimentales, vivenciales, que ayuden a comprender el por qué o el cómo de las cosas. Los niños se sienten escuchados y saben que sus propuestas son tenidas en cuenta. Esto fomenta su autoestima y la confianza en sí mismos. Son capaces de plantear soluciones a problemas sencillos y de relacionar contenidos de distintos proyectos.
Además de esto, otro elemento muy importante ha sido la continua relación con las familias, por un lado, a través del blog donde podían ver todas las actividades que desarrollaban sus niños y por otro lado, la participación activa en el aula a través de numerosos talleres, fiestas, salidas… Esta buena relación y la confianza que se genera, también influye en el día a día con los niños, que sienten que familia y escuela están unidas.
Aunque nos hemos encontrado con dificultades, después de tres años trabajando con esta metodología en el aula podemos decir que estamos muy contentos con los resultados obtenidos, incluso sorprendidos.
¿QUÉ CONSEJO DARÍAS A LOS PROFESORES QUE QUIERAN INICIAR UN CAMBIO EN SU AULA Y NO SEPAN CÓMO EMPEZAR?
Si tuviera que dar algún consejo sería que confiasen en sus alumnos y que les den la posibilidad de participar de forma real, llevando la vida al aula, incorporando a ésta sus experiencias, sus intereses, escuchando todo lo que tienen que decir y aportar.
También que las normas y los límites tienen que estar muy claros desde el principio y así, gracias al ambiente preparado y a la actitud del adulto, se va creando, poco a poco, un clima de tranquilidad, sin prisas ni presiones, donde los niños se van desarrollando, pero a su ritmo, sin acelerar procesos. Fundamental también fomentar la autonomía del niño al máximo.
Los comienzos son duros porque tener tantos niños en el aula supone no parar ni un segundo y surgen dudas e inseguridades. No es algo inmediato, al principio siempre hay un poco de caos, es normal, pero poco a poco se va autorregulando.
Por desacuerdos con la dirección, actualmente ni mi compañero ni yo estamos trabajando en ese colegio, pero la experiencia ha sido maravillosa y esperamos poderla reproducir en otros centros, porque realmente creemos en los niños y en sus capacidades y estas metodologías permiten acompañarles desde el respeto, fomentando al máximo su desarrollo en todos los ámbitos.
Desde el año pasado estoy complementando mi trabajo como maestra con el trabajo de formadora; dando charlas y cursos a otros maestros y también a familias. Compartir el trabajo realizado, nuestros aciertos y nuestros errores está siendo una experiencia muy gratificante y además es ilusionante ver como cada vez hay más escuelas y colegios públicos que demandan formación en metodologías activas y, en concreto, en Montessori. En muchos países hay escuelas públicas Montessori; me encantaría que en unos años, esto también pudiera ser una opción en España, porque es perfectamente asumible esta pedagogía por nuestra escuela.
El cambio es posible. Lo más importante es tener pasión por los niños y darle forma a tus ideas. ¡Todos los niños deberían tener acceso a una educación individualizada, que respete sus ritmo y que les permita ser felices aprendiendo!
Como actualmente estoy trabajando en primaria, en compensatoria, puedo comprobar cómo también en esta etapa escolar los ambientes preparados y el trabajo por proyectos serían una muy buena opción educativa, mucho más en consonancia con las necesidades e intereses de los niños de hoy en día. Muchos profesores están haciendo un gran esfuerzo para que esto pueda ser una realidad en nuestros colegios, espero que con el apoyo de las familias y de la sociedad, este cambio se dé más pronto que tarde.