Seguro ya has oído aquello de que 𝐞𝐥 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐞𝐱𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐞 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨. Saber cuál el es lugar de cada cosa cuando la necesitas, donde están los límites de lo que es seguro y lo que no, y reconocer un patrón espacial en tu entorno te ayuda a ubicarte, poder elegir, y sentirte en calma.
También cómo ordenas tus rutinas en el tiempo que tienes para ellas funciona de la misma manera.
𝐎𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐥𝐥𝐨 𝐲 𝐩𝐨𝐜𝐨𝐬 𝐥í𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐨𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐥𝐢𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐨𝐫𝐠𝐚𝐧𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐟𝐚𝐦𝐢𝐥𝐢𝐚𝐫 𝐞𝐱𝐢𝐭𝐨𝐬𝐚 𝐲 𝐚𝐦𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐜𝐨𝐧 𝐭𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐲 𝐭𝐨𝐝𝐨𝐬. Lo sé, muchas nos decimos que hay un orden dentro de nuestro kaos, pero no me refiero a ese orden. ¿De verdad crees que ese kaos ayuda a orientarse y sentir calma?
¿𝐇𝐚𝐬 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐝𝐨 𝐜ó𝐦𝐨 𝐬𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐨𝐫𝐝𝐞𝐧 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐥í𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐭𝐮 𝐜𝐫𝐢𝐚𝐧𝐳𝐚? 𝐒𝐢 𝐭𝐞 𝐜𝐮𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐯𝐞𝐫𝐥𝐨, 𝐭𝐞 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐝𝐚𝐫 𝐮𝐧 𝐭𝐫𝐮𝐜𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐚𝐲𝐮𝐝𝐚𝐫. Cuando el orden es demasiado rígido y los límites excesivos, nuestres niñes suelen desarrollar un concepto negativo de sí mismes y una actitud reactiva y desafiante para conservar su libertad. Si por el contrario hay desorden y falta de límites, suelen desarrollar una aptitud dubitativa de inseguridad y miedo, indecisión y falta de interés. Observarles te dará pistas sobre tu tendencia hacia el autoritarismo o la permisividad, y a tomar acción para acompañarles de la mejor manera.
