Pronto se cumplirán cuatro años del día que quise, apoyada por un
medio de comunicación, escribir este artículo. Me sentía fuera de lugar,
pues no soy periodista. Lo único que he hecho en estos últimos años ha
sido escribir, divulgar y contar con un lenguaje cercano los
conocimientos que tenía para poder acercarlos a los demás. Aun con todo,
me sentí realmente honrada y agradecida por la oportunidad, motivo por
el cual me lancé en el reto de hablar desde mi visión docente acerca de
la metodología Montessori y algo que, aunque ahora mismo ya está más que
claro, por entonces era meterse en un jardín considerable. Me refiero
al negocio que hay detrás de la metodología.
Te
sitúo. Año 2017. El número de personas que vivían del universo
Montessori era considerable: blogs, canales de Youtube, cuentas de
Instagram y Facebook, cadenas y tiendas especializadas de juguetes,
mueblerías, editoriales...; pero sobre todo especialistas en la materia
que ofrecían cursillos, capacitaciones, títulos y que gracias a esta
metodología habían encontrado un modo de subsistencia. Vamos, un
negocio.
Como quise ser profesional, me puse en
contacto con aquellos a los que ya seguía o conocía, incluso con algunos
a los que admiraba, pues; sorpresas de la vida, a mí sí me parece que la metodología Montessori puede ser de ayuda en determinadas etapas educativas,
siempre y cuando no esté basada en un modelo mercantilista. Pero lo que
me encontré fue bastante desolador. Reproches, malas constestaciones,
amenazas e insultos. Sí, todo muy Montessori. También tengo que decir
que recibí contestaciones muy profesionales y amistosas que no voy a
nombrar porque tampoco nombraré las otras, solo faltaba hacerles
publicidad. Incluso ha habido quién ha querido darme una lección pero
luego me ha reiterado por activa y por pasiva que no autorizaba a hacer
pública su respuesta. Casi mejor, pues no la deja en muy buen lugar. Sea
como fuere, en 2017 yo no era quien soy ahora y el artículo quedó en
parón. Vamos, que no me atreví a publicarlo y es más, tuve un momento de
declive en el que me invadió el síndrome de la impostora y que
realmente tardé en superar.
Muy agradecida a Mónica Lemos,
a quién debo el hecho de publicarlo más tarde de lo previsto, eso sí.
Gracias por tu confianza, por tu amistad y como bien me dijiste: "publícalo ante de que otros lo hagan"...
Bueno, esto ya no es posible, pero no me puedo permitir dejarlo en
borradores por orgullo, por profesionalidad y porque cada día más
personas conscientes escriben y divulgan sobre educación, desde un prisma científico e informado y yo quiero estar en este equipo contra viento y marea.
Así que siendo consciente de lo que va a suscitar, allá vamos...
¿Es el modelo Montessori una moda?
En los últimos años, los modelos educativos, las
metodologías, las corrientes pedagógicas, han traspasado las paredes de las
escuelas y los centros educativos, para adentrase en los hogares. La nueva
generación de padres y madres está formada, lee, tiene Internet y no permanece
pasiva ante la educación de sus hijos. Por el contrario, quiere conocer, quiere
interactuar y es totalmente contraria al antiguo modelo educativo, a esa visión
Piagetiana de la educación entendida desde la tradición. La alta cualificación académica y profesional de
nuestra sociedad, hace que este sea un momento educativo sin precedentes.
Padres que son resultado de un sistema formativo en mejora constante, padres
que también colaboran y opinan, padres y madres que crean educación. Pero con los intereses sociales, crecen también las
oportunidades de negocio, de inversión económica y de marketing, y cuando ves que una gran cadena como Ikea, se apunta al estilo Montessori,
es que algo está pasando... Aunque la conocida cadena de muebles y
decoración sueca no es la única que se apunta al estilo Montessori, de hecho,
cada vez son más las publicaciones de blogs, cursos online, webinars e
incluso Másters universitarios que abordan en exclusiva esta pedagogía. Si a
esto le sumamos la creciente proliferación de colegios que emplean la
metodología mencionada como reclamo educativo, el campo de influencia aumenta.
Tanto es así, que la pregunta se torna
indispensable:
¿Es el Modelo Montessori una moda?
Modelo Montessori, ¿metodología o
ideología?
Para aquellas personas que ejercen este modelo educativo tanto
en sus hogares como en las aulas, la pedagogía Montessori no es una
simple pedagogía sino una forma de entender a la infancia desde un
punto de vista no adultocentrista, creando consciencia y autonomía en la
toma de decisiones, etc. Es un estilo de vida. Gracias a muchas de
las personas que entrevisté en la redacción de este artículo, pude
entender acerca del contexto actual de esta metodología que gana adeptos
en cuanto a su visión del niño, con una facilidad asombrosa. Pude, de
hecho, formarme en materia de crianza respetuosa, disciplina positiva y
demás métodos allegados a la metodología con algunas de las personas
entrevistadas y doy fe de que la gran mayoría tienen un amplio abanico
de conocimientos que te llegan, y te hacen considerar aspectos sobre la
práctica de esta pedagogía tanto en el aula como en el hogar.
Hasta aquí no hay reproche ninguno. Toda metodología que
aplique paidocentrismo, respeto al desarrollo natural cognitivo de la
infancia, fomento de la autonomía, etc., me parece de recibo tanto en el
hogar como en el aula. Lo que me parecía, eso sí (y me parece), lo que
semeja inquietar (y no solo a mí, sino en general) de este modelo, es su
masificación
mediática. Hablemos de negocio, de dinero, de mercado, de
oportunidades económicas, pero hagamos contextualización primero para
saber exactamente de lo que hablo.
El contexto en el que surge la metodología Montessori.
La Doctora María Montessori,
desarrolló su método pedagógico desde la experiencia de trabajo en un campo de
estudio concreto y limitado. Trabajó durante años con infantes en
situación de
riesgo social en Italia, pero a pesar del ámbito concreto de su método
éste se
extendió no sólo en el aspecto físico geográfico sino también en el
aspecto histórico, a pesar de que la generalización de sus resultados ya
queda comprometida por su ambiente único.
Analizando un poco la situación social de la época (finales del S. XIX,
principios del XX), es meritoria su carrera en aras del respeto a la
infancia
que generó mucha polémica con los sectores conservadores del momento.
Pero
igualmente, ¿no hemos cambiado de sociedad desde entonces hasta el punto
de que
un modelo educativo perdure tanto tiempo? ¿Por qué motivo algo tan antiguo no se hace obsoleto como así acontece con otras metodologías?
La generalidad de las personas que entrevisté en su momento y
con respecto a este contexto, aseguran que esta no es la única
metodología
abordable para un desarrollo integral del niño. De hecho, otras
pedagogías como la Reggio Emilia o Waldorf,
así como por el contacto con la naturaleza (impulsada por iniciativas
educativas como Bosque Escuela), pasan a ser complementos del estilo
educativo, de modo que este no sería Montessori en exclusiva, sino un
compendio de disciplinas en torno a ideales conjuntos. Esto, que pueda
parecer a ojos de muchos como algo negativo, no lo es tanto, pues aborda
el modelo educativo (en el hogar, cada quien con sus ideas, yo me
refiero al formal educativo en este momento) desde un punto de vista de
recurso y no de ideología. No en vano, debemos recordar que la
metodología Waldorf está cimentada en preceptos sectarios y que la Regio
Emilia no es pedagogía en sí, sino un método totalmente informal que
aplicado a lo educativo puede crear caos y falta de implementación
formal, para el desarrollo de los objetivos curriculares.
De
cualquier modo, en el contexto actual de la aplicación del modelo
Montessori es bastante habitual el empleo de materiales desestructurados
estilo Waldorf o actividades de otras pedagogías. Especialmente
aquellas relacionadas con cambios trascendentales, transformaciones
desde un punto de vista emocional, que aporten, dentro de un modelo
integrador de estructura similar.
Por
tanto, no podemos hablar de ideología, a menos que nos refiramos a
centros formativos con exclusividad en la pedagogía Montessori, que
también los hay.
Esto para mí era muy importante,
pues en la redacción de este artículo me hacía deshechar opiniones
sesgadas, comprometidas con una visión demasiado idealista o ideológica.
El ambiente Montessori, un nuevo
nicho de mercado.
Pero volviendo en exclusiva a Montessori, un hecho que
resulta realmente llamativo, es la creación del ambiente derivado de la
aplicación de la pedagogía. Uno de los pilares básicos de la metodología
Montessori es la adaptación de los espacios educativos. El ambiente preparado
para el aprendizaje con una delicada, cuidada y estética elección del
mobiliario a emplear por los niños, es fundamental desde esta pedagogía, y aquí
es donde entra la polémica. No han tardado muchos en captar ese nicho económico
que se deriva de la educación, en especial de las "nuevas
pedagogías". Ante la creciente preocupación de los padres y madres por
brindar una educación de calidad a sus hijos, muchas son las marcas que se
suman a facilitar este tipo de ambientes. Qué mejor que poder vender muebles
adaptados al tamaño de los niños si sé que tarde o temprano crecerán y tendrán
que volver a invertir en mobiliario. Qué mejor que emplear un material como es
la madera en los juguetes que sé, podrá generar más margen de beneficio en
relación calidad precio. Si además lo hago desde la óptica de la calidad
educativa del producto, ya tengo mucho ganado. Porque, ¿quién no querría lo más
educativo para sus hijos? La misma plataforma Ikea, quien en ningún momento
hace alusiones a la elección de materiales o estética desde un punto de vista
pedagógico, emplea la metodología Montessori como reclamo en algunas de sus
series de muebles infantiles, pero ¿hay un asesoramiento pedagógico en la
elección de materiales y formas? Lo cierto es que Ikea no se ha
querido pronunciar y no ha respondido a ninguno de los mails en los que
les solicité esta información, por tanto, nos quedaremos sin respuesta
por el momento.
Pero oye, el mundo está hecho
como está y me parece muy lícito que la gente quiera ganarse el pan.
Vamos ahora a analizar, a la hora de ganarse ese pan, qué fundamento se
maneja. Porque por más que a una mesa de madera le llamemos por el
apellido de la pedagoga, su mesa NO va a ser, ¿verdad? Lo cierto es que
este ambiente estético y preparado con el tradicional mueble en color
madera, del tamaño del niño, no fue creado con un sentido pedagógico,
sino más bien por un motivo económico. Este tipo de mobiliario era en la
época el más barato, pues resultaba de elaboración propia en el
contexto en el que se gestó la metodología. Como muchas de las
pedagogías europeas del S. XIX, ante una situación de inversión nimia
para la educación universal, se crearon guetos o cooperativas del ámbito
familiar en barrios y localidades donde todo material acostumbraba a
ser de elaboración propia. Por entonces, si querías la mejor educación para tus hijos, les construías el pupitre, dicho muy ampliamente.
En la actualidad, el negocio del rediseño de ambientes educativos se acrecienta día a día, vendiendo mejoras a golpe de clavo.
Y lo peor es que caemos. Creemos a pies juntillas que un aula con
mobiliario nuevo es mejor y que los ambientes son determinantes en el
desarrollo. Pero esas pedagogías que seguimos, crearon ambientes de la
más pura necesidad, sostenibles, reciclados, con una economía familiar,
más que con un rediseño centrado en la inversión y en contribuir a que
la empresa privada se cebara en el modelo educativo público.
Porque, ¿realmente la metodología Montessori propone esto: el reclamo del objeto, de lo material, del producto, del marketing? Rotundamente no, pero una imagen en Instagram puede más que la historia educativa, eso seguro.
¿Modas pasajeras o vienen para quedarse?
Sí, también yo he hecho un bote de la calma, y una mesa de la paz. Pero lo cierto es que hace diez
años nadie los conocía. A día de hoy, si introduces Montessori en cualquier
buscador de Internet o incluso en Pinterest, tendrás a tu alcance miles de
millones de propuestas a realizar. Pero, ¿cuándo ha surgido este despliegue de
actividades sensoriales? Pues solamente cuando empezó a colgarse en la red. Creo que puedo afirmar categóricamente que la pedagogía Montessori abrió en su día la veda para la mediatización de lo educativo.
Otras propuestas le siguieron, otras tantas le seguirán, pero como
pionera, esta fue la primera que se coló en nuestras casas desde la
pantalla de un ordenador y esto es revolucionario...
Ahora,
eso sí, seamos honestos. Hace veinte años, sin redes sociales, nadie
conocía esta pedagogía, más allá de aquellos que la estudiamos en las
facultades o algunas personas especializadas. Si se ha dado en conocer
en la actualidad, por más beneficiosa que pueda resultar (cosa que nunca
negaría) es por todos los productos que ha generado, por todo el
contenido que se ha volcado en Internet, por todas las personas que se
han lucrado con su transmisión y su expansión.
Conclusión.
No me parece apropiado entonces, tachar este
modelo educativo como una simple moda, pues su metodología viene estando
vigente desde finales del s. XIX; pero lo cierto es que en la
actualidad no puedo más que observar una fijación con los esquemas
metodológicos Montessori centrada en la venta de productos. Un
modelo que atrae a padres y a profesores, a
alumnos y a la población en general. Montessori está en todas partes, ya
hay hasta memes. En nuestra responsabilidad estará emplear la
metodología con profesionalidad, empleando sus doctrinas sin caer en el consumismo. Pero también, denunciar su mala praxis (y supongo que esto es lo que temen algunas personas que se sintieron molestas con solo la pretensión de este artículo). No
te deshagas de tus viejos muebles o los juguetes todavía usables por
considerar que tu ambiente no es apto para educar con calidad. Piensa en
el medio ambiente, piensa en el ejemplo consumista que ofreces a tu
alumnado, a tus hijos. No compres el libro de proyectos Montessori,
sabes que no es más que un reclamo para que una editorial haga dinero.
Sé consciente del medio en el que vivimos, mediatizado, desinformado y
aplica tu libertad de elección por encima de las modas.
Educar nunca fue tan complicado como ahora, pero de ti depende que se haga con sentido común y propiedad. Recuerda que María
Montessori luchó toda su vida para crear una sociedad más justa en la
que el libre pensamiento y la lucha de clases fueran también
aprendizajes de los niños y las niñas. Cada vez que veo un nuevo
reclamo económico basado en su pedagogía, me pregunto qué pensaría ella
acerca de cómo su legado ha evolucionado...
Cualquier ayuda innecesaria es un obstáculo para el desarrollo.
✓María Montessori