Roma, 6 de enero de 1907: primera Casa de los Niños Montessori
Por encargo del Instituto dei Beni Stabili de Roma, María Montessori abrió el 6 de enero de 1907, en el Barrio di San Lorenzo, uno de los barrios obreros más pobres de Roma, la primera "Casa de los niños".
A partir de ese momento, la pedagogía Montessori se difundió por Italia y poco a poco por el resto del mundo.
Este método, ya maduro por la experiencia y por la reflexión, fue expuesto por la Dra. Montessori en su libro "Il metodo della pedagogia scientifica applicato all'autoeducazione infantile nella Casa dei bambini (1909)", editado y traducido en diversos idiomas.
La Dra. Montessori escribió en su libro El niño, el secreto de la infancia:
"Era el 6 de enero de 1907 cuando se inauguró la primera escuela para niños de tres a seis años, no con mi método, pues entonces no existía todavía: pero se inauguró aquella escuela donde mi método debía nacer un poco después.
Aquel día, no se componía más que de unos cincuenta niños muy pobres, de aspecto rústico y tímido, algunos lloraban, casi todos hijos de analfabetas y sometidos a mis cuidados.
El proyecto inicial era reunir a los hijos de los inquilinos de una casa de vecindad en un barrio obrero, para impedir que quedaran abandonados por la calle y la escalera, ensuciando las paredes y sembrando el desorden. En la misma casa se dispuso una habitación con este objetivo y fui encargada de esta institución, que "podría tener un excelente porvenir". Por una sensación indefinible, sentí confusamente en mi interior que se inciaba una obra grandiosa de las que hablaría todo el mundo tal como se anunció con énfasis en la inauguración.
Todos los que acudieron a la inauguración quedaban asombrados y decían: ¿por qué la Dra. Montessori exagera tanto la importancia de un asilo para niños pobres?
Comencé mi obra como un campesino que hubiera guardado separadamente la buena semilla y le ofrecieran un campo fecundo donde sembrarla con toda libertad.
Pero no fue así; apenas removí los terrones de aquella tierra virgen, encontré oro en lugar de grano. La tierra ocultaba un tesoro precioso. Ya no era el aldeano que había imaginado: era como el talismán que Aladino tenía entre las manos sin saberlo, una llave capaz de descubrir inmensos tesoros ocultos.
Los únicos gastos posibles eran los ordinarios en una empresa de escasos recursos, es decir, los muebles y objetos absolutamente necesarios. Por esa razón, se comenzó por fabricar muebles y adquirir algunos objetos.
La Casa de los Niños, no era una verdadera escuela: era una especie de de máquina de contar, puesta a cero al iniciarse una labor. Al no poder contar con los medios para crear aulas con bancos y mesas escolares, empezamos a adaptar un mobiliario sencillo como el de una habitación cualquiera de una casa.
Al mismo tiempo, hice fabricar un material científico, exactamente igual al que yo usaba en una institución de niños con discapacidad mental. Precisamente por haber sido utilizado para ese objetivo, nadie pensó que pudiera llegar a ser un material escolar. No hay que imaginar que el "ambiente" de la primera Casa de los Niños fuera amble y gracioso como el que presentan en la actualidad estos colegios. "
Esas fueron sus impresiones, los inicios de lo que hoy es un movimiento educativo internacional que sigue los mismos lineamientos científicos que la Dra. Montessori implementó.
Quien haya estudiado el movimiento pedagógico reformista, sabrá que alrededor de 1900 surgió la consigna: ¡todo a partir del niño! Era más o menos la época en que se descubrió y cultivó "el arte en la vida del niño" y también la época en que el naciente movimiento radical de la juventud reivindicó para sí la posesión del enfoque sano y liberador de la contemplación del mundo. En todos estos inicios se puso de manifiesto que la juventud, en el encuentro pedagógico, ha llegado a ser de manera unilateral el objeto de la voluntad educadora de los adultos. Ella misma es una forma de la vida humana por derecho propio, y ya nunca más debiera perderse del todo el pensamiento de J. J. Rousseau, acerca del valor propio de los tempranos estadios de la vida. El niño existe en un mundo vivencial en donde los factores ambientales dados no significan lo mismo que en el nuestro, el mundo de los adultos. Aún se puede ir más lejos y afirmar que mucho de lo que existe, no existe aun para el niño; algo que para nosotros carece de importancia, es aun importante para él. Pero la amplia zona de las cosas, que en la misma medida parecen existir tanto para el niño como para el adulto, debe ser interpretada psicológicamente en el sentido de que en ella las mismas cosas desempeñan papeles completamente diferentes; es decir, que llevan acentos de significado y valor distintos. Esta diferencia de visiones del mundo puede deducirse esencialmente de la diferencia de las estructuras psíquicas condicionadas por la edad, estructuras que rigen el rumbo y la intensidad de la observación y del comportamiento.
Son hasta ahora exitosos los informes entregados sobre Montessori en las Casas de los Niños que hicieron que sus métodos pedagógicos parecieran a muchos de los hombres más progresistas algo semejante al camino hacia un nuevo día o el sendero más rápido, no descubierto aun, hacia las reformas fundamentales. Muchos de estos hombres progresistas que mantuvieron algunas conversaciones con Montessori interesándose por su trabajo tenían ya una carrera prestigiosa y muchos lograron éxitos.
El luminoso interés que ofreció la primera "Casa de Bambini" en los suburbios de Roma, ha tenido eco hoy en día. Los educadores modernos se enfrentan con el vandalismo y la violencia sin objeto de los niños económica y culturalmente privados que rechazan al tradicional sistema escolar y son rechazados por él.
Montessori se interesó, siendo estudiante de medicina y trabajando como interna en la clínica psiquiátrica de Roma, por los "niños idiotas", que entonces se albergaban en los llamados manicomios. Es innegable que el éxito de Montessori sobrepasó con mucho las más acariciadas esperanzas de sus protectores, aunque no así las suyas. No solo se impidió el vandalismo, sino que estos entre tres a siete años fueron buenos alumnos. Aprendieron modales, limpieza, ciertas gracias en sus actos y algo acerca de una alimentación adecuada, pero, además, se hicieron amigos de los animales y las plantas y se aficionaron a las artes y trabajos manuales. Adquirieron un entrenamiento sensorial y motor con los instrumentos didácticos, e incluso aprendieron las destrezas simbólicas básicas de contar, leer y escribir, muchas veces antes de cumplir los cinco años de edad.
En Italia se habían realizado ya antes del movimiento de la educación nueva algunos ensayos de interés como los de Rosa Agazzi y su hermana con niños pequeños, pero sin ninguna idea pedagógica revolucionaria y original.
El movimiento de la educación nueva comienza con la doctora María Montessori y sus "Casas de los Niños", la primera de las cuales fue fundada en Roma en 1907. Las casas no son solo lugares de instrucción, sino ante todo de educación para la vida.
Paralelamente, se abrieron otras escuelas innovadoras de magno interés como la "Escuela Rinnovat" de Milán, fundada también en 1907 por la señora Giuseppina Pizzigoni, basada en actividades prácticas y artísticas, la escuela fue fruto de la concepción personal de su fundadora y aspiraba a ser una escuela vital para niños de ambos sexos, de seis a catorce años, que disfrutaban una educación activa en todos los sentidos con talleres, campos agrícolas, actividades domésticas, etc. Otra corriente fue la Escuela de la Montesco, fundada por el barón de Fraschetti y su esposa para los hijos de los colonos y en las que el estudio de la naturaleza se desarrolló extraordinariamente. Especialmente interesantes son los cuadernos y calendarios llevados a cabo por los niños en relación a esta educación.
Algo que debe llamar poderosamente la atención a todos los educadores, investigadores, padres de familia y futuros educadores en este milenio, es el papel trascendental que jugó y sigue jugando, la educación de la doctora Montessori, a pesar de su título severo: "Método de la Pedagogía Científica", es el conglomerado de ternura y solicitud para la primera infancia. La gran educadora italiana no solamente ama a los pequeños, sino que, además, los conoce. Ha adivinado las fuerzas misteriosas que recelan y ha comprendido la necesidad de dejar que esas fuerzas se desarrollen sin opresión, mostrando con un lenguaje verdaderamente persuasivo que el niño debe ser libre, que no puede instruirse mas que por su propio esfuerzo y que su evolución es más contrariada que favorecida por las palabras y exhortaciones de las maestras y adultos a su alrededor.
Hay que reiterar que la "Casa de los Niños" es un lugar en que los niños pueden expresarse libremente y revelar necesidades y actitudes que permanecen reprimidas cuando no existe un ambiente adecuado que permita su actividad espontánea. En la "Casa de los Niños", el ambiente adecuado al niño responde a su necesidad de obrar inteligentemente.
En palabras de la Dra.: "He hecho construir mesitas de varias formas, livianísimas, de manera que dos pequeños de cuatro años puedan transportarlas con suma facilidad. Además he mandado a fabricar sillitas, algunas de esterilla, otras de madera, livianas y construidas con elegancia, pero que no son una reproducción en pequeño de la silla de los adultos, sino proporcionales a la forma del cuerpo infantil. Forma parte de la dotación de mobiliario un lavatorio muy bajo, de manera que sea accesible a los pequeños, hay estantes y pequeños cuadros que representan escenas de familias muy agradables a la vista de todos. Las mesas, las sillitas livianas y transportables, permiten al niño elegir la ubicación más apropiada. En fin, en la casa de los niños, ellos aprenden a moverse, moviéndose; aprenden a ser hábiles manejando sin prohibiciones todo aquello que les rodea; aprenden a inhibir torpezas cometiéndolas al principio, sin ser por ello castigados ni amonestados, y comprobando personalmente que los resultados, son desagradables para ellos y para los demás, que esas torpezas provocan la libertad, que le permite el error y que les permite también aprender a corregirlo y evitarlo por experiencia personal."
Estas fotos fueron tomadas hace poco más de un siglo. Seguramente pasarán muchos, muchos años más y seguirán pareciéndonos contemporáneas porque el niño es universal y atemporal.
Psico Aritmética
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- Escrito por Tita Llerandi
Ha sido una gran experiencia poder colaborar con el Centro de Formación de Guías Montessori en Málaga, impartiendo el curso de Matemáticas a los estudiantes para Guías Montessori AMI.
El area de Matemáticas es una de las que más llaman la atención, tanto a niños como a padres de familia, pues los alcances de los conocimientos desarrollados a través del material sensorial enfocado en el proceso del razonamiento matemático, va evolucionando a lo largo de los períodos de desarrollo hasta llegar a puntos en los que las matemáticas y el álgebra alcanzan dimensiones fantásticamente impresionantes. Es nuestra mente matemática, que no es otra cosa que la habilidad de cuantificar con precisión, de razonar a través de patrones abstractos y lógicos, usando la observación y la imaginación. La mente matemática es como el resumen de todas las características del cerebro humano que lo distinguen de los demás animales complejos. Es necesaria para establecer el lenguaje y sus patrones gramaticales, para orientarse mejor en el espacio, desarrollar todas las facetas de la cultura que nos define (alimentación, vestido, herramientas, vivienda, tecnología, expresión artística, etc.). El poder creativo de la mente matemática es tan grande como su capacidad de orden y comprensión.
La Psicoaritmética, un término con el que María Montessori explica a través del material de desarrollo de matemáticas, con un proceso en el que el niño entra en contacto con los números y sus procesos de manera indirecta con su aplicación en la vida práctica, de manera natural.
En la Casa delos Niños, ella comenzó a presentarle al niño el mundo de los números por planos, o bloques, no de manera lineal:
El primer plano se refiere a la numeración hasta el 10 (emparejamiento nombre- cantidad- símbolo)
- presentación de los listones
- presentación de los números
- emparejamiento listones-números
- presentación de los "fuselli"
- presentación de los "marchette"
El segundo plano se refiere a la organización del sistema decimal (valor posicional de las cifras): los números están organizados primero en formas geométricas -punto, línea, superficie- y después en forma linear - perla, palito, cadena.
El tercer plano se refiere a la organización jerárquica de la cifra o sea al valor relativo de las cifras, relativo al asiento que ocupa en el número.
Los planos no son siguientes el uno al otro, sino que pueden sobreponerse.
Cuando los niños llegan a Taller II, se caracterizan por su gran capacidad para cuestionar las consecuencias de los sucesos que observan en su cotidianeidad, tienen un gran sentido de la justicia y un alto grado de curiosidad que los lleva a imaginar y abstraer los conocimientos concretos que han practicado durante la etapa anterior.
Los niños, a esta edad, están deseosos de saber, porque necesitan explicarse a sí mismos todos los cambios que ven a su alrededor, tienen un grado de consciencia social muy alto y les interesa participar con sus conocimientos en el mundo en que viven. Necesitan entender por ellos mismos todo aquello que les rodea.
Como hemos visto a lo largo de las Clases Abiertas (quienes hemos tenido la oportunidad de seguir este proceso), la habilidad que los niños adquieren para abstraer los conceptos se da poco a poco, casi sin notarlo.
En el mundo de las matemáticas, este proceso se da de una manera muy interesante, pues los materiales se convierten en puntos de perspectiva simbólica, es un lenguaje que les da armas para comprender el mundo en que viven: un mundo matemático en donde las jerarquías son una posibilidad de aumentar o disminuir, fraccionar o potenciar todo lo que es medible de alguna manera en el Universo.
El niño se sabe rodeado de un maravilloso mundo matemático que enciende la chispa del pensamiento lógico. El niño se asombra, queda como encantado por lo que va descubriendo y desea saber más en la medida que aprende a hacer suyos los números y su infinito. El Cosmos mismo.
Pasión por nuestro hacer
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- Escrito por Tita Llerandi
Por Gabriela Ortega Esquivel
A propósito de una reflexión en la que me cuestioné sobre la importancia de trabajar con alegría, llegué a la conclusión de que lo expresaría más bien como trabajar con pasión…
La pasión va más allá de un momento alegre
la pasión envuelve todo tu ser
consciente e inconsciente
sin tiempo
se irradia
y llega a ser contagiosa.
¡Somos bendecidos quienes tenemos el privilegio de que nuestro trabajo nos apasione! En esta reflexión, comparto los siguientes aspectos que me parecen fundamentales para continuar en el camino de mejorar en nuestro hacer diario:
¿Pasión o conformismo?
Los
niños sienten lo que les transmitimos. He tenido la oportunidad de
observar a Guías Montessori apasionadas por su trabajo, y el sentir de
su ambiente es distinto: lo respiras, percibes la energía, la actividad
productiva, el ambiente solidario, participativo, incondicional y
amoroso.
En cambio, cuando no existe la pasión, el ambiente es aburrido, pesado; los niños sólo buscan cumplir con lo mínimo necesario, checando el reloj y contando los minutos para la hora de la salida. O bien con la rutina normal que decide: “mañana lo hago”.
Debemos vivir la vida con pasión, trabajar con pasión y cultivar nuestro amor con pasión. Cuando ésta falta, empieza la resignación y el conformismo.
Somos servidores del niño
Ejercer
con pasión nuestra labor eleva nuestro espíritu, porque guía nuestras
acciones para producir, pensar y trabajar. La pasión es el impulso que
te ayuda a alcanzar tu objetivo, es nuestra salvación y un signo de
salud. No el concepto habitual de la pasión como una experiencia
emotiva, sino la pasión de la inteligencia que ve, absorbe y construye.
Se enseña con el ejemplo
Los
niños absorben nuestras actitudes y conductas, y harán lo mismo,
imitarán lo que ven: se trata de una absorción activa, minuciosa y
constante.
María Montessori enfatizó muchas veces que la mejor preparación para la enseñanza es el estudio que parte del conocimiento constante de uno mismo, es la preparación que cada maestro deberá obtener.
“Debemos insistir en la necesidad de que el maestro se prepare interiormente, estudiándose a sí mismo con constancia metódica; es preciso que logre suprimir los defectos, intrínsecos en él, que serían un obstáculo en sus relaciones con los niño”.
Vivir intensamente
Yo
creo que no es fácil encontrar y mantener la pasión en nuestras vidas
(trabajo, familia, amigos), pero estamos obligados a enfocar y vivir
intensamente lo que nos emociona e ilusiona... y que nuestro corazón, un
corazón apasionado, guíe nuestro destino.
Isabel Allende nos dice que las personas simpáticas no son interesantes; sin embargo, aquellas que luchan apasionadamente —como lo hizo la doctora Montessori en relación a la defensa del niño, quien a pesar de la adversidad social que le tocó vivir como mujer en su tiempo obtuvo grandes logros— son las que trascienden.
La raíz significativa de la pasión
La palabra pasión viene del latín passio y del verbo pati, patior, que
significa, sufrir, padecer, tolerar. Cuando descubrí su raíz me
asombré, pues yo consideraba la pasión como algo positivo, profundo;
después de reflexionar, llego a la conclusión de que en nuestro trayecto
padecemos, sufrimos, pero en nuestras entrañas tenemos muy claro el
objetivo y por lo tanto aceptamos, toleramos, nos adecuamos a las
condiciones que se nos presentan buscando siempre la manera de alcanzar
nuestro objetivo y al final del proceso viene el gozo...
¿Creatividad o Rutina?
Vivir
con pasión es estar, cada día, abiertos a la sorpresa, alasombro, al
descubrimiento… Ser un adulto creativo, que siempre ve lo positivo de la
vida y que está en permanente recreación….
Caer en la rutina es un GRAN peligro, esto lo podemos intuir en la expresión de la cara del adulto, todos podemos tener un mal día, lo cual es natural y humano, pero tener esa expresión TODOS los días, significa que se ha acabo el fuego, es hora de retirarse, los pequeños con vidas en desarrollo no pueden convivir con personas que su vida es rutinaria, sin iniciativa, haciendo el mínimo esfuerzo, siempre buscando una excusa para no hacer lo “que debe hacer” dando un respuesta de “es que”…. evadiendo su responsabilidad, debe quitarse la telaraña de la rutina para poder ver lo que necesita ver.
María Montessori nos dice:
“La Guía debe ser el espíritu de animación de la clase que despierta el interés mediante la enseñanza y le da sentido. Luego viene la libre elección y la repetición del ejercicio. El secreto es siempre presentar estas cosas de la manera más interesante posible y permitirle la libertad de escoger cuando el niño ha comprendido”.
La Guía debe de pensar en su trabajo bajo tres ángulos:
El Niño,
El Adulto y
El Ambiente Preparado
Estos tres factores que interactúan unos con los otros, son la base de la Educación Montessori, si descuidas cualquier ángulo, no obtendrás el resultado deseado.
Debemos tener un AMOR REAL a los niños, ¿qué significa esto?,
- Conocer al niño profundamente en su proceso de desarrollo, ayudarlo, servirlo, y respetarlo.
- Prepararnos para ser mejores Guías, leyendo, estudiando, asistiendo a pláticas, congresos, cultivarnos permanentemente.
- Tener un ambiente con todo lo necesario: materiales completos, bellos, atractivos, armoniosos, recuerda que cada detalle habla de ti.
Los puntos anteriores son las demostraciones vivas y constantes de AMOR hacía los niños.
Amar es un arte, omo bien lo escribe Erick Fromm en su libro El arte de amar, nos dice que para amar se requiere de conocimiento y esfuerzo.
¿Tradición o Traición?
Deseo
citar a Gerardo Mendive que nos habla de dos palabras muy similares,
pero enormemente diferentes: la tradición y la traición…
Nosotros, ¿transmitimos el pensamiento de la tradición de la Educación Montessori, o lo traicionamos haciendo “nuestro propio Montessori”? ¿Cuántas veces actuamos según convenga, ignorando las bases fundamentales de su filosofía? ¿Qué tanto te estas traicionando a ti mismo?
La Signorina Paolinni decía que, si no sabías y lo hacías, era por falta de conocimiento, pero si ya lo sabes y lo sigues haciendo; entonces eres “pecador”.
¿Qué tan congruentes somos con lo que decimos, sentimos y hacemos?
Congruencia, viene del latín coherencia o relación lógica. Se trata de una característica que se comprende a partir de un vínculo entre dos cosas o más.
¿Humildad o Soberbia?
La
Guía debe ser humilde, como mencionó la Dra. Montessori, es una parte
fundamental de nuestro trabajo, ella lo enfatiza cuando menciona que
nosotros somos los sirvientes de los niños, no los amos.
Humildad viene de humus que significa tener los pies sobre la tierra.
La Dra. Montessori nos dice, que debemos luchar contra la soberbia, la ira y el orgullo, “pecados” que detienen nuestro autodesarrollo personal, profesional y espiritual.
Debemos aceptar la crítica fraterna ya que tiene un fondo de crítica constructiva, que nos ayuda a crecer y ser mejores educadores.
Sentido del Humor
Debemos tener sentido del humor, reírnos de nuestros errores, de nosotros mismos, mi Padre decía que el humor “es la chispa de la vida”.
En Montessori los errores son nuestros amigos, y debemos asegurarnos de que los niños se rían TODOS los días.
Generación LIGHT Estamos viviendo en una sociedad “light”, ligera:
- Mínimo esfuerzo
- Inconsistencia
- Todo "rápidito"
- Valores éticos perdidos
- Ausencia de afectos y compromisos
- Materialismo como fundamento
- Ambición sin principios, etc. etc.
A modo de eco, ¡que vibre en nuestro corazón!
La doctora Montessori nos pregunta:
¿Qué mundo queremos?
¡Pongámonos a trabajar apasionadamente para cambiar nuestro mundo!
¿Por qué decidió ser maestra?
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- Escrito por Tita Llerandi
El Maestro se pone a sí mismo al último:
y se encuentra a sí mismo en el lugar de autoridad.
Se separa para todas las cosas:
por lo tanto, se une a todas las cosas.
No piensa en sí mismo.
Está perfectamente conformado.
Cuando los maestros responden a la pregunta: "¿Por qué decidió ser maestra?" La mayoría de las respuestas incluyen alguna variación de "Porque me encantan los niños." ¡Qué fundamento notable! Resulta tan improbable en otras profesiones, sentirse apasionadamente satisfechos sobre el trabajo que hacemos, tanto es así que a menudo estamos dispuestos a hacerlo por poco dinero y poco reconocimiento. La enseñanza para la mayoría de nosotros, satisface cierta unidad interna, obligada por nuestras relaciones individuales con los niños que son quienes nos importan. Quizás una pregunta más informativa sería, "¿Por qué te gustan los niños?"
Dentro de la respuesta a esta pregunta encontramos los obstáculos más difíciles de conquistar, aquellas partes de nuestras relaciones con los niños que hacen que trabajemos en nosotros en lugar sobre ellos. ¿Amamos a los niños o es que nos gusta la forma en la que los niños nos hacen sentir sobre nosotros mismos? Montessori pide un compromiso desinteresado para el niño. Dentro de ese compromiso, hay poco espacio para la búsqueda de lo auto-gratificante, de la aceptación, de aprobación, de amor de los niños. Cuando estamos en el servicio para el niño, estamos también en el sacrificio de nuestra propia realización. Sabiendo, pues, que un niño "me gusta" o incluso "me ama" se convierte en mucho menos importante que el saber que hemos observado al niño y hemos preparado el ambiente más adecuado para su desarrollo.
Cuando nos desconectamos de nuestro trabajo con los niños con el propósito de encontrar nuestra necesidad personal de validación, somos capaces de servir mejor a los niños a nuestro cuidado. Podemos enfocarnos con mayor precisión en sus necesidades, porque las nuestras no se entremezclan para enturbiar las aguas. Podemos observar a los niños fuera de nuestros prejuicios, y prepararnos para ellos fuera de nuestras propias agendas, respetándolos por sí mismos, por lo que son, en lugar concentrarnos en cómo nos hacen sentir que somos. Ser cariñosos con los niños es, en sí mismo, una validación de nuestra capacidad de amar.
¿Estamos, entonces, para ver la enseñanza como una carga? ¿Debemos abandonar la realización personal que sentimos en nuestra práctica? ¡Por supuesto no! Toda la enseñanza y Montessori, en particular, nos lleva por las piezas de nuestro propio corazón que poco a poco se llenan de satisfacción. Servir a los niños primero distanciándonos de nuestras necesidades es singularmente la parte exitosa en Montessori. Las cualidades que identificamos del niño normalizado se manifiestan cuando el niño está libre de todos los obstáculos creados por los adultos, incluso los que aparentemente les encantan. Nuestras aulas se hacen más funcionales, más saludables y más equilibradas cuando quitamos nuestras propias necesidades. Los niños a nuestro cuidado perpetúan la tranquilidad, la motivación intrínseca y la comunidad cuando dejamos de preocuparnos para satisfacer y permitir que sigan sus propias guías interiores. Auténtico, el amor desinteresado para el niño que gira en torno a un auténtico amor a sí mismo... si nos aceptamos a nosotros mismos lo suficiente para que nuestra necesidad de aceptación no dependa de los niños, que son capaces de ofrecer amor incondicional. De hecho, el resultado es claro. El niño que ha sido amado sin expectativa de retribución, es capaz de ofrecer amor a los demás. El niño cuya aceptación está ligada a la satisfacción de las necesidades de otra persona, aprende una lección muy diferente sobre la naturaleza del amor.
Saber que lo que debemos hacer no es ni fundamental ni difícil, y comprender que es necesario deshacerse de la presunción y prejuicios vanos, pues de esto depende que podamos ser capaces de educar a nuestros niños; si no, todo es más difícil. María Montessori.
Congreso de Entrenadores Amsterdam, 2016
- Detalles
- Escrito por Tita Llerandi
Escribiendo la Historia Montessori.
Para conmemorar la conclusión del tiempo que pasaron juntos en Ámsterdam, se tomó la fotografía del grupo de asistentes. Todos manifestaron un gran compromiso al asistir a la reunión de formadores internacionales AMI 2016. Entrenadores de todo el mundo participaron en los intercambios y discusiones pedagógicas sobre el trabajo actual y futuro en los colegios Montessori.
Esta fotografía imprime muchos recuerdos felices del tiempo en el que convivieron juntos, escribiendo la Historia Montessori.