27.8.19

La maestra es un capitán



Y yo, ¿por qué decidí ser maestra? 
Con una pregunta que tendrá respuesta en la reseña de hoy, os quiero presentar el libro “La maestra es un capitán” escrito por Antonio Ferrara y de la editorial Birabiro.
Un cuento para reflexionar y pensar, para entender y apoyar, para identificarse y para empatizar. Un libro para maestras y maestros, para regalar o regalarnos pero también, para leer todos esos que no valoran este trabajo o que lo consideran peor que otros.
Con las ilustraciones graciosas y diferentes de Anna Laura Cantoné que nos ayudan a introducirnos en la historia, descubrimos un libro diferente que refleja la gran realidad en las aulas.
La protagonista de esta historia es una maestra de 6º de primaria que no sabe cómo ha llegado hasta ahí, que se replantea si ha elegido el camino correcto y que no puede más. Esta saturada por el trabajo, cansada de la revolución de cada mañana, indecisa, agotada por todo lo que le espera al llegar a casa, nerviosa por lo que le depara cada nueva mañana, preocupada por su hija a la que no puede hacerle tanto caso como querría, etc. Es una maestra real, una maestra que nos cuenta lo bueno y lo malo de la profesión y que nos muestra las dos caras de la moneda.
Es maestra por profesión, ama de casa en sus tardes y noches, mamá 24h, enfermera de pequeños saltamontes, psicóloga durante los conflictos del cole, observadora, gritona de cuando en cuando, un sargento a ojos de los niñ@s… es todo lo que quiera ser porque en un aula somos como superheroínas sin capa. Sin embargo, más allá de las cuatro paredes de su aula están las familias, los otros maestros, la gente de la calle… está esa otra parte de la profesión que nos lleva a entender que no sólo los niñ@s son nuestro día a día, sino que hay otras mochilas a la espalda con las que también debemos contar.
Cambia cada mañana su casa por el colegio para enseñar y aprender, para descubrir cosas nuevas, para mostrar conocimientos y para conocer a fondo a cada uno de sus alumnos. Sin embargo, no sabe si lo controla como debería porque están revolucionados, no le hace  caso, parece no interesarles lo que cuenta pero aún así, no se rinde y cada día busca las estrategias para hacerlo mejor. No deja de ser maestra en ningún momento y aún cansada o saturada, sabe que su profesión da muchas alegrías.
Pero a la vez no se entiende a si misma, no sabe como cambiar las prisas y los días sin descanso por momentos más tranquilos. Va corriendo a todos lados, llega siempre de última a por su hija a las actividades, hace la cena y comida a prisa, corrige deberes de su hija y de los alumnos para el próximo día, plancha, recoge, organiza… Hace tantas tantas cosas que a veces cree que no podrá con todo. Pero se va a cama, cae rendida y ya empieza otro nuevo día.
Poco a poco avanza el curso, se acerca el final con sus 25 alumnos que irán al instituto y entre todo eso que nos relata de cada uno durante el diario de su vida, descubre que siguen siendo esos pequeños que conoce desde infantil, que no dejan de ser niños y que a pesar de cada agobio o día movido… son sus niños. Cada uno con sus defectos, virtudes o diferencias pero son SUS PEQUEÑOS. Un curso que se termina, una etapa a la que poner fin pero una gran aventura vivida. Esos a los que debe decir adiós pero que la hacen sentir orgullosa del camino elegido. Es una maestra por vocación y que aunque tiene momentos de bajón, sabe que no hay mejor regalo que dejar huella en el corazón!
Una historia que nos hace pensar, que logra que nos identifiquemos con cada página, que seamos maestros de infantil o primaria sintamos lo mismo que ella. Es un cuento para sentir, porque lo bueno de ser maestra es que cada día es diferente y por ello, más gratificante.
Pero os quiero dejar una pregunta en el aire, ¿nos valoran como deberían? Mi respuesta es claramente NO!
La sociedad nos considera una profesión sin importancia, nos quitan el lugar que nos merecemos y hablan de nosotros como si estuviesen diariamente en las aulas. Hablan de esas larguísimas vacaciones (que para nada son como piensan), cuestionan nuestro trabajo, dicen que 25 niños son pocos, no entienden nuestro cansancio (total, el pinta y colorea es una tontería), creen que solo jugamos (lo ven como algo absurdo), lo innovador lo rechazan (si si, mucho mejor decir no que intentar entenderlo y ver sus posibilidades), educar las emociones les parece un trabajo sin sentido… ¿sigo? No hablo de todo el mundo, pero sí de la gran mayoría. Hablo de todos los que ponen en su boca nuestra profesión sin tener idea de la realidad, de esos que nos cuestionan sin conocernos y de los cambios de leyes educativas que nos usan como trapos a su antojo.
Y ¿sabéis que podéis encontrar al final del libro? Una pequeña pizarra donde leemos «Los apuntes de la maestra» donde ella cuando lo reciba podrá escribir o quizá los peques que se lo regalan pueden dar rienda suelta a su pasión como escritores. Una combinación de momentos escritos sobre el papel.
Yo, Profe Alba, soy maestra por vocación, orgullosa de mi trabajo y feliz por levantarme cada mañana haciendo lo que me gusta. Y sí, también me quejo cuando estoy cansada, cuando no me comprenden, cuando tengo una mala mañana, cuando me duele algo, etc. Pero al hacerlo pienso ¿existe alguna profesión mejor que esta? Para mí, NO! Estoy y estaré siempre orgullosa de subirme al barco de la educación y ojalá, algún día podamos celebrar que la sociedad nos valora como merecemos.
¿Qué trabajar? Realmente no veo este cuento como uno de los que podamos utilizar para actividades o juegos. Sin embargo, si que creo que gracias a él podrán cambiarse mentes cerradas y abrir las puertas a cosas nuevas. Es un libro que nos ayuda y que nos comprende, pero también un libro que nos hace darnos cuenta que debemos disfrutar el momento, mancharnos las manos con los niñ@s, jugar con ellos, observar sus aprendizajes y también, hacer un libro. Si tuviese que destacar una actividad para recomendaros os diría…¿Hacemos un álbum de recuerdos? Ese es y será siempre el mejor tesoro de una maestra. Sea capitana o no, pero maestra al fin y al cabo, ese álbum será su mejore regalo.
Mañana, 27 de Noviembre es el  Día del maestro y por eso, este libro es uno de los que recomiendo a todas esas familias que quieran regalar algo a una maestra o que buscan un libro para entendernos.